Podemos pide a Nacho Álvarez dar un paso atrás y rechazar ofertas ministeriales de Díaz
El partido no purgó al dirigente pese a las dudas y ahora teme que se convierta en ministro de Industria con Sumar
Ione Belarra con Nacho Álvarez. | Europa Press
La dirección de Podemos está convencida de que Nacho Álvarez, economista, exmiembro destacado de la cúpula del partido y todavía secretario de Estado del ministerio de Ione Belarra, no debe dejarse «utilizar» por Yolanda Díaz en una operación que puede convertirse en una humillación para los morados. Este diario desveló en sendas exclusivas que Álvarez perdió hace tiempo la confianza de miembros destacados de la dirección del partido (entre ellos, Irene Montero), y que ahora Díaz piensa en él para ocupar un departamento ministerial en caso de que se desbloquee la investidura. Si se produce este desenlace, Podemos cree que Díaz le usará para zanjar definitivamente la posibilidad de que Irene Montero repita como responsable de Igualdad.
La negociación presupuestaria del año pasado hizo saltar todas las alarmas. La formación se dividió. Algunos consideraron que aquella era la prueba del doble juego del secretario de Estado, una de las personas a las que Podemos había concedido un equipo de colaboradores propios y que todavía gozaba de la confianza de Pablo Iglesias. La decisión de aceptar la portavocía económica de Sumar corroboró los peores presagios.
Ahora, tanto en Podemos como en Sumar califican a Álvarez como uno de los «ministeriables» de la vicepresidenta del Gobierno. Y los morados creen que todo forma parte de una operación para aniquilar a Montero, tal y como desveló este diario hace dos semanas. Es por ello por lo que Podemos pide ahora, y casi a la desesperada, a Álvarez a no sumarse a ese juego. Y que se decante por volver a la universidad, tal y como sostienen fuentes del partido (y también recoge el diario adscrito a la televisión de Iglesias, Canal Red) que habría prometido hace un tiempo.
Doble traición
La incertidumbre mantiene en vilo a Podemos. Iglesias y otros miembros del partido asumen que si Álvarez acaba aceptando una oferta ministerial de Díaz, posiblemente de un ministerio económico como el de Industria, sería un golpe para la formación. Álvarez no es un dirigente cualquiera en el partido morado. Sobrevivió a diferentes purgas internas porque supo ponerse de perfil, y defender un perfil técnico que le permitió aglutinar a su alrededor a los técnicos con más capacidad del partido morado.
Por ello, su definitivo viraje hacia Sumar y el entorno de Díaz tendría el sabor de una doble traición, y también de una humillación para la formación que le descubrió y aupó hasta una secretaria de Estado. Pero sobre todo serviría a Díaz para hilar el argumento que excluya a Podemos de tener una cuota de poder ministerial. «Un equipo de gobierno con Podemos pero sin Podemos», según también recoge el diario afín a la formación morada Diario Red.
Todavía Díaz y Sánchez no han hablado directamente -o por lo menos no ha trascendido- de reparto de carteras ministeriales. Lo único que asumen en Sumar es que el PSOE dibuja un ejecutivo más ligero que el anterior. Es decir, con menos ministerios que los 22 actuales. En la última legislatura Unidas Podemos controlaba cinco departamentos (Trabajo, Consumo, Derechos Sociales, Igualdad y Universidades). Y todas las informaciones apuntan a que Sumar y Díaz verían rebajada su cuota, posiblemente de cinco a cuatro o tres ministros. Nacho Álvarez, sin embargo, podría estar entre los elegidos, al gozar de cierto prestigio y respeto también en otros ministerios económicos controlados por el PSOE.
Enfado en la dirección del partido
En su momento, cuando Podemos empezó su última purga ministerial, que acabó con las salidas de algunos altos cargos del departamento de Irene Montero, entre ellos el líder del PCE, Enrique Santiago, fue Belarra quien se decantó por ganar tiempo y evitar el despido de Álvarez. Este diario desvelaba que la dirección morada estaba abordando el debate, pero Belarra prefirió evitar un cese que alimentaría las críticas sobre su mano dura.
Ahora, muchos entienden que esta decisión no fue acertada. Álvarez, en efecto, no tardó mucho en aceptar la oferta de portavocía de Sumar cuando la campaña electoral para el 23-J, y al igual que Alejandra Jacinto generó un agujero interno que debilitó al partido favoreciendo la ofensiva de Díaz en la negociación para las listas, que acabó con la exclusión de Montero. Tanto Álvarez como Jacinto destacaban en el partido como dos dirigentes muy apreciados. Y su salida en plena negociación para las listas, estando además en la dirección nacional, rebajó notablemente la fuerza y expectativas de Podemos.
Podemos, en definitiva, sabe que Álvarez ha cambiado de bando, pero confía en que evite participar en una operación que Díaz quiere lanzar para aniquilar a Montero. Hay mucha irritación en la formación por lo que muchos consideran un doble juego derivado de la negativa en su momento de nombrarle ministro.
Algo parecido a una venganza, que en Podemos consideran arbitraria e inmerecida, entre otras cosas porque el partido siempre le impulsó a pesar de no haber formado parte de las listas electorales. Pero este caso, al igual que el choque permanente que se vive con el núcleo duro de Díaz, alimenta las voces que apuntan a romper cuanto antes la baraja. La próxima contienda de los comicios europeos podría ser el banco de prueba de esta desconexión.
