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La izquierda jacobina 'ficha' en Cataluña a exmiembros de Cs y del PSC antinacionalistas

El Jacobino se refuerza en la región, donde habría un nicho ante la «complicidad de la izquierda oficial con el nacionalismo»

La izquierda jacobina ‘ficha’ en Cataluña a exmiembros de Cs y del PSC antinacionalistas

El líder de la plataforma El Jacobino, Guillermo del Valle, presenta su libro 'La izquierda traicionada' en la librería Byron de Barcelona (Cataluña). | Cedida

La izquierda centralista, aglutinada en El Jacobino, sigue ganando adeptos. La plataforma liderada por Guillermo del Valle, nacida para dar alternativa a los progresistas contrarios a los pactos con los nacionalistas y a las políticas identitarias, gana peso en Cataluña gracias a exmiembros de Ciudadanos y del PSC. Entre estos, Sergio Sanz, exdiputado de los liberales en el Parlament, y Julio Villacorta, exsecretario de organización de los socialistas en Barcelona.

«En Cataluña estamos creciendo, y hay base no sólo del ámbito de Ciudadanos, sino antiguos socialistas como Villacorta y gente que viene del espacio EUiA», explica en conversación con THE OBJECTIVE Guillermo del Valle, que apunta a un denominador común: «Todos en torno a una izquierda antinacionalista, claro».

Los jacobinos han encontrado un nicho catalán porque «los partidos de la presunta izquierda llevan demasiado tiempo oficiando como cooperadores necesarios de la relación nacionalista». «Los comunes defienden una Hacienda propia para Cataluña y muestran servilismo con la ultraderecha de Junts, mientras que el PSC defiende el federalismo asimétrico o el principio de igualdad», explica el líder de El Jacobino, que califica estas opciones de la «izquierda oficial» como «la negación de un proyecto socialista por la vía del confederalismo y las políticas nacionalistas».

La izquierda traicionada

Frente «a un sistema autonómico asimétrico e ineficiente», del que se nutren los nacionalismos periféricos, desde El Jacobino son partidarios de «un estado igualitario sin privilegios territoriales». Esto es, «un sistema tributario nacional armonizado, justo y suficiente, en el que la contribución de ciudadanía y empresas se determine bajo estrictos criterios de igualdad, capacidad económica y progresividadsin privilegios fiscales ni asimetrías entre los territorios».

Esta y otras propuestas aparecen desarrolladas en el libro La izquierda traicionada, que el propio Guillermo del Valle presentó esta semana en la librería Byron de Barcelona, en un acto al que acudieron los antes citados, Sergio Sanz y Julio Villacorta, pero también Ricardo García Manrique (miembro de Universitaris per la Convivència), Fran Jurado (exmiembro de la junta de Sociedad Civil Catalana) o Miquel Riera, fundador de El Viejo Topo, revista de carácter marxista.

Presentación del libro de Guillermo del Valle, ‘La izquierda traicionada’ (Península), en la librería Byron. Cedida.

En esta aparente mezcolanza de nombres e ideologías se aglutina la izquierda antinacionalista «cansada de que sus votos sirvan para establecer barreras lingüísticas en nombre de la identidad, para someterse a un proyecto corrupto, supremacista y genuinamente de derechas y, además, para olvidarse de sus intereses cuando están en el gobierno, al que llegan gracias a los que humillaron a la resistencia antinacionalista que salió a las calles en 2017 reclamando por fin su condición de ciudadanía plena», en palabras de Del Valle.

«Si los tripartitos y el Estatut abrieron una puerta para que la izquierda real se rebelase contra la complicidad de los partidos de la izquierda oficial con el nacionalismo, ¿cómo no iba a haber una clara oportunidad ahora?», zanja el abogado con respecto a las posibilidades de lograr arraigo en Cataluña.

Elecciones a la vista

Pero antes de pensar en las elecciones catalanas, que se celebrarán previsiblemente en 2025, El Jacobino se presentará a las europeas de junio de 2024. Con otro nombre —aún por decidir— y la convicción de que tienen posibilidades de obtener un escaño, que calculan que costará en torno a los 32o.000 votos a nivel nacional.

Para obtenerlos confían en dos circunstancias: la circunscripción única —los escaños del Parlamento Europeo se reparten en una demarcación única— y el enfado de aquellos electores progresistas desencantados con la deriva del PSOE. Del mismo modo que Vox y Podemos aprovecharon los comicios comunitarios como ventana de oportunidad tras el 1-O y el 15-M, respectivamente, El Jacobino espera captar a los votantes de izquierda que rechazan las cesiones al separatismo.

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