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Política

Podemos intentará desgastar a Díaz ante la previsión de un ciclo económico con recortes

La UE volverá a introducir un freno al gasto y al déficit en 2024 y Podemos puede aprovechar un estallido social

Podemos intentará desgastar a Díaz ante la previsión de un ciclo económico con recortes

Irene Montero y Ione Belarra con Gabriel Rufián en el Congreso. | Europa Press

Podemos quiere aprovechar el ciclo económico que se abre a partir del próximo año para liderar una oposición a la izquierda tanto de Sumar como del PSOE. El cálculo que apuntan desde el sector morado es que, con las nuevas reglas fiscales europeas (al expirar las concesiones acordadas por la covid), España deberá corregir su gasto. Esto implicará, de acuerdo con las previsiones que contemplan en Podemos, una oleada de retoques o recortes que el gobierno de Pedro Sánchez se verá obligado a asumir. Podemos, que ya no forma parte del Ejecutivo, tendrá más autonomía parlamentaria y de discurso para desmarcarse de posibles medidas impopulares que apruebe la coalición de Gobierno.

Podemos asumió el veto a Yolanda Díaz en la negociación de las listas electorales para el 23-J porque estaba convencido de que ganaría la derecha. En ese contexto, los morados consideraron que no era asumible romper con Díaz. No querían ser señalados como los culpables de la ruptura de la unidad en la izquierda y de la victoria de la derecha. Su cálculo fue equivocado. El resultado de las urnas sorprendió a Podemos, que tuvo que corregir su hoja de ruta y aplazar la ruptura de Sumar hasta el pasado martes, cuando después de la investidura de Sánchez y de su exclusión del Consejo de Ministros, salió del grupo parlamentario liderado por Yolanda Díaz.

Ahora, ya fuera del grupo de Sumar, Podemos quiere hacer oír su voz. Y celebra el hecho de que, si llegan los recortes, la formación morada podrá desmarcarse de los mismos. La batalla parlamentaria que Podemos abordará así reivindicaciones económicas, como una reducción de las partidas previstas para la Defensa, un aumento del salario mínimo y la intervención del mercado de la vivienda, que en un contexto de dificultades sociales por los posibles recortes podrían resultar rentables desde el punto de vista electoral.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz sellan el pacto de coalición e investidura
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz sellan el pacto de coalición e investidura

Vuelta a la situación pre-covid

La situación económica cambiará a partir de 2024. Más allá de que en junio se celebrarán las elecciones europeas, y que de ahí se definirá un nuevo ejecutivo comunitario, la Unión volverá a introducir reglas fiscales iguales o parecidas a las de la época pre-covid. Sánchez recuerda a menudo que su labor como presidente se vio afectada por la explosión de la pandemia. Pero también es cierto que por la pandemia la UE otorgó a los Estados miembros mucha más flexibilidad a la hora de cuadrar las cuentas. En 2024, o más tarde en 2025, Bruselas volverá a exigir una senda de gasto más atenta y ponderada.

En el departamento de Economía cuentan con estos reajustes. Sánchez amplió el gasto público en diferentes sectores estratégicos. La deuda pública ha crecido a lo largo de estos años y lo plausible es que desde Bruselas se vuelva a exigir más firmeza. El ministerio que lidera Nadia Calviño está intentando lidiar con las autoridades europeas para afianzar una nueva fórmula de gasto y déficit que modifique los requisitos de la época pre-covid y consolide una mayor flexibilidad. Pero será difícil encontrar un modelo que satisfaga a todos los Estados miembros, sobre todo a los países del norte de Europa deseosos de imponer al sur un apretón de cinturón.

Lucha en la calle

De reintroducirse vínculos fiscales parecidos a los que existían antes de la covid, el Gobierno de Sánchez deberá volver a frenar parte su gasto público. Y Podemos cree que entre la crisis internacional generada por lo ocurrido en Gaza y la recuperación de las normas fiscales pueda desembocar una ola de protestas o malestar ciudadano del que quiere convertirse en intérprete y promotor.

Podemos no está dispuesto a tragar al igual que hizo cuando sus dirigentes ocupaban varios ministerios. Ahora, sostienen en la formación morada, todo queda bajo el control de Sumar y del PSOE, mientras que ellos tendrán autonomía de discurso y voto en función de lo que pueda ocurrir a nivel social. Este es uno de los ases en la manga que el partido de Montero y Belarra cree poder jugar si la situación política y social se complica. Y por ello ya trabaja en una entente con otras formaciones de la izquierda nacionalista, concretamente Bildu y ERC, para crear un bloque en el Congreso.

El peligro para Sánchez es que, más allá del «muro» contra la derecha, se levante otra barrera con algunos de sus actuales socios de investidura. Y para Podemos se pueden abrir interesantes espacios para seguir con su política de lucha fuera de las instituciones. La clave para los morados será señalar al PSOE y a Sumar como posibles traidores de las reivindicaciones y necesidades de las clases populares, y buscar un revulsivo parecido al que les proyectó en la política nacional durante la crisis financiera de 2008.

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