Abascal blindará aún más su núcleo duro frente al sector crítico en la asamblea general de Vox
Pedro Fernández, mano derecha de Javier Ortega Smith, podría abandonar el CEN, donde entraría Pepa Millán
(I-D) El portavoz del Comité de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé; el presidente de Vox, Santiago Abascal y el secretario general de Vox, Ignacio Garriga. | Jesús Hellín (Europa Press)
El adelanto de la Asamblea General Extraordinaria de Vox anunciado por Santiago Abascal esta semana tenía como objetivo pillar a contrapié al sector crítico del partido para evitar una alternativa y revalidar su mandato durante cuatro años. Entre otros motivos, como evitar que el cónclave se celebre después del previsible batacazo en las elecciones gallegas. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, el dirigente vasco reforzará aún más su núcleo duro con «leves cambios en cargos poco relevantes» del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que ya está de facto compuesto por sus personas de máxima confianza.
El CEN está compuesto en estos momentos por el propio Santiago Abascal (presidente), Jorge Buxadé, Javier Ortega Smith, Reyes Romero (vicepresidentes), Ignacio Garriga (secretario general) o Pablo Sáez (tesorero). Fuentes cercanas a la cúpula apuntan a la más que probable salida de alguno de los vocales, con especial hincapié en Pedro Fernández, quien fuera mano derecha de Ortega Smith en el juicio del procés, y que se enfrentó con el líder el año pasado.
Estas mismas fuentes señalan que Pedro Fernández discutió con Santiago Abascal en el chat de WhatsApp del CEN cuando el presidente de Vox pasó la propuesta de lista a las elecciones generales de Madrid. «Dijo que no entendía que se antepusiera a la hermana de [Esperanza] Aguirre [Rocío] a Mireia Borrás, y que había que cuidar más a los nuestros». ¿Qué pasó entonces? Siempre según esta versión, «Abascal difamó gravemente a Mireia para justificar su decisión, y luego borró el mensaje, pero todos pudieron verlo».
Rocío Aguirre ha sido precisamente la que ha terminado recogiendo el acta de diputada tras la renuncia de Carla Toscano, muy cercana también a Ortega Smith, y que se marcha de la Cámara Baja pero continúa como concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Otra muestra, su marcha, de que cada vez hay más descontentos con el «control total» que Bambú ejerce sobre delegaciones provinciales y Congreso. En su mensaje de despedida, de hecho, ni menciona a Santiago Abascal.
Millán o García-Gallardo
Pedro Fernández, Mireia Borrás, Javier Ortega Smith, Víctor Sánchez Del Real o Rubén Manso son algunos de los cabecillas del sector crítico, con cada vez menos peso en la toma de decisiones. Este será directamente nulo con la remodelación del CEN, en la que no se prevé la salida del vicepresidente «porque sería demasiado evidente», pero sí se espera la entrada de, entre otros, Pepa Millán, la flamante portavoz parlamentaria y ojito derecho de la dirección nacional.
Las fuentes consultadas por este medio instan a «contemplar la imagen del pasado mes de septiembre, cuando se reunió el Comité de Acción Política» para intuir otros nombres que compondrán el nuevo organigrama del CEN. En esta panorámica también estaban Rodrigo Alonso, líder del sindicato Solidaridad, o el diputado José María Figaredo. Entre otros, como el polémico Ignacio de Hoces.
Pero también señalan que para suavizar la posible imagen de «bunkerización» es posible que abran la dirección nacional a algunos líderes autonómicos, aunque paradójicamente estos activos del partido son algunos de los hombres de máxima confianza del líder, tales como Juan García-Gallardo.
Congreso refundacional
El sector crítico del partido cree que se le pretende orillar aún más, y por eso ha sido especialmente belicoso con la actual cúpula en los últimos días. El pasado jueves, sin ir más lejos, los marginados divulgaron un manifiesto que reivindica más «democracia interna» y «volver a los orígenes», en referencia a «los valores que fueron capaces de generar una enorme esperanza en millones de españoles».
El documento, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, sin contar con firma alguna, critica la deriva adoptada por el actual CEN, por cuanto actuaría como «un grupo reducido, cooptado y oligárquico» en el que sus miembros «se han apartado de su razón de ser». También se denuncia la retirada de las primarias internas para la designación de los candidatos territoriales, que se hace a dedo desde Bambú. La elección en Galicia de Álvaro Díaz-Mella es el último ejemplo.
Por último, denuncian que el adelanto de la Asamblea General Extraordinaria es «de dudosa legalidad, con la cantinela de fortalecernos frente a los enemigos de España», pero que responde en última instancia a la voluntad de «fortalecerse los que tienen el poder del partido para consolidar Vox como estructura a su servicio». El escrito, muy crítico con Santiago Abascal y los suyos, habla incluso de un «golpe de mano a la venezolana». Los críticos, en definitiva, saben de las intenciones del dirigente vasco, que se «bunkerizará» aún más el próximo 27 de enero.
