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Openchip: la firma 'fantasma' mimada por el Gobierno que ha fichado a la pareja de Albares

El 2022 tenía un empleado y perdió dinero, pero tras ella hay un consorcio público y un gran contratista del Estado

Openchip: la firma ‘fantasma’ mimada por el Gobierno que ha fichado a la pareja de Albares

El ministro Albares y su pareja Therese Jamaa. | Ilustración de Alejandra Svriz

Openchip & Software Technologies, la empresa que el pasado mayo fichó a Therese Jamaa, pareja del ministro de Exteriores, Juan Manuel Albares, es una auténtica caja de sorpresas. La firma, que recibió una subvención de 111 millones solo siete meses antes de la incorporación de Jamaa, únicamente tenía un empleado en 2022. Ese ejercicio lo cerró con unas pérdidas de 67.500 euros y no tuvo ingresos financieros. Openchip, que tiene su sede en Barcelona, es una compañía muy joven, constituída en noviembre de 2021 con un capital social de apenas 3.214 euros.

La enorme subvención, procedente de fondos europeos Next Generation, contrasta con el perfil de esta microempresa, que tiene detrás un importante consorcio público y un gigante tecnológico cuyos grandes clientes son ministerios y organismos estatales. Además, como una gran empresa, y pese a contar con un solo empleado, tiene presidente, secretario no consejero, cinco consejeros y tres apoderados. Los gastos de personal de sus asalariados supusieron hace dos años 143.000 euros, según sus cuentas abreviadas.

Los datos a los que ha accedido THE OBJECTIVE a partir de la Plataforma de Subvenciones y de diferentes registros empresariales muestran que Openchip tiene como accionistas a Barcelona Supercomputing Center -49,67%- y a GTD Innovation & Technologies, una empresa del grupo tecnológico GTD, con el 50,33%. La primera compañía es un ente público en el que participan el Ministerio de Ciencia, la Generalitat de Cataluña y la Universidad Politécnica de Cataluña.

Un consorcio público, tras Openchip

Este consorcio, que tiene su sede en el Edificio Nexus II de Barcelona al que se ha trasladado recientemente la empresa en la que trabaja la pareja de Albares, tiene una alianza con Indra para desarrollar el caza europeo. El centro de supercomputación catalán colaborará en el desarrollo de tecnologías altamente innovadoras para incorporarlas al caza que estará operativo a partir del 2040.

El Barcelona Supercomputing Center–Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) también cuenta con el superordenador europeo MareNostrum 5. A la inauguración acudió el pasado diciembre a Barcelona el presidente Pedro Sánchez. Este superordenador, capaz de realizar hasta 314.000 billones de cálculos por segundo, está entre los 20 supercomputadores de mayor capacidad del planeta.

Contratos con Defensa y Navantia

La segunda compañía que participa en la empresa de la mujer de Albares es un gigante tecnológico e importante contratista con el Estado, cuyas filiales han logrado numerosas subvenciones y créditos de distintos ministerios y que tiene como uno de sus principales clientes a Defensa. El análisis del Portal de Contratación muestra que ha recibido del Ministerio que capitanea Margarita Robles y de Navantia una treintena de contratos desde 2021. Uno de los encargos habituales de Defensa a Openchip es el mantenimiento del Sistema Español de Comunicaciones Militares por Satélite (Secomsat). También tiene como clientes, según recoge en su web, a la Guardia Civil, Puertos del Estado, Red Eléctrica, Gamesa y Acciona.

El Confidencial adelantaba ayer la subvención a Openchip y el fichaje posterior de la pareja de Albares. Señalaba que esta empresa es propiedad de un exdirectivo de Naturgy y ha sido uno de los principales beneficiarios de fondos Next Generation en Cataluña. Desde la compañía se justificaba el fichaje por «la contrastada trayectoria de Therese Jamaa en el sector tecnológico».

Su paso por Huawei e Hispasat

La pareja de Albares ha sido vicepresidenta de Huawei en España desde comienzos de 2022 hasta mayo de 2023. También sigue siendo consejera de la compañía estratégica Hispasat. La pareja de Albares, de origen libanés y que habla ocho idiomas, salió del gigante chino tras su exclusión en el despliegue de la red 5G en decenas de países europeos, al considerar que constituía un serio riesgo para la seguridad nacional. Su desembarco en Hispasat generó polémica y Partido Popular y Vox no tardaron criticar la politización de organismos y empresas públicas.

Hispasat realizó el nombramiento al aprobarse la designación del nuevo presidente de la compañía pública, el exministro de Ciencia, Pedro DuqueHispasat está controlada en un 89% por Red Eléctrica; la SEPI tiene otro 7%. Mientras, la SEPI tiene un 20% de Red Eléctrica, principal accionista. La compañía semipública está presidida por Beatriz Corredor, exministra de Vivienda, lo que termina de despejar cualquier duda respecto de la influencia del Gobierno en aquel nombramiento.

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