Ábalos citó al presidente de AENA en su casa para exigirle borrar las cintas del 'Delcygate'
Maurici Lucena se negó al requerimiento del entonces ministro: «No puedo hacer eso, siento que se enfade»
Una de las claves del denominado ‘Delcygate’, la visita de la vicepresidenta de Venezuela a España el 20 de enero de 2020, son las cintas de las cámaras de seguridad del aeropuerto de Madrid-Barajas, que aún no han salido a la luz y que, según ha sabido ahora THE OBJECTIVE, el ministro José Luis Ábalos se afanó en intentar borrar a toda costa para eliminar posibles pruebas de su implicación en aquel asunto.
En concreto, este periódico está en disposición de asegurar que, en los días posteriores al ‘Delcygate’, Ábalos citó en su residencia oficial como ministro al presidente de la empresa pública AENA, encargada de gestionar la seguridad en las pistas del aeródromo. Maurici Lucena acudió raudo a la llamada del ministro, pero la reunión no fue bien.
Ábalos exigió al responsable de AENA el borrado de las cintas de aquella noche, pero Lucena se negó. Según las fuentes consultadas, el por entonces secretario de Organización del PSOE montó en cólera tras escuchar al responsable de AENA: «Yo no puedo hacer eso, siento que se enfade, señor ministro». Acto seguido, abandonó el domicilio.
En febrero de 2020 ya se había judicializado el asunto porque el Partido Popular ya había presentado una denuncia sobre el caso con la intención de que el Juzgado de Madrid prohibiera al gestor aeroportuario el borrado del material audiovisual. Conforme a la normativa, si no mediaba una orden judicial, las grabaciones podían eliminarse a los 30 días según la ley de protección de datos. Pero nunca se destruyeron y siguen estando en manos del juez, a quien se las entregó AENA, empresa que no ha querido hacer comentarios sobre esta información conocida ahora.
¿Qué pasó aquella noche?
La noche del 19 de enero de 2020, Koldo García, asesor del ministro de Transportes, llamó a Víctor de Aldama, comisionista cercano al Gobierno. «Le dijo que tenían que ir al aeropuerto», explican a THE OBJECTIVE fuentes cercanas a Aldama. Minutos antes, José Luis Ábalos había recibido dos llamadas en su teléfono móvil. La primera, del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras saltar la alarma de la comisaría de Policía del aeropuerto de Barajas porque en el listado de pasajeros del vuelo privado que cubría la ruta Caracas-Madrid figuraba una persona que tenía prohibida la entrada en territorio europeo: la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. La segunda llamada fue del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Según las fuentes gubernamentales consultadas, fueron Interior y Exteriores quienes alertaron a Moncloa de la existencia de sanciones de la UE sobre la número dos de Nicolás Maduro.
La orden de Moncloa fue acudir de inmediato a Barajas para informar a Delcy de la suspensión de la agenda prevista durante un periodo de tres días, del 19 al 22 de enero, en la que se encontraba una «cena con sorpresa». Se da la circunstancia de que, tal y como ha publicado este periódico, entre las reuniones que realizaría Delcy durante su estancia en Madrid se encontraba un encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en una casa de la embajada de Venezuela en la capital. De esa agenda, recogida en el último informe de la UCO incorporado al caso Koldo, se deduce que Ábalos no tenía previsto formar parte de la comitiva de bienvenida de la vicepresidenta venezolana: «Domingo 19. Llegada aeropuerto de Madrid sala de autoridades presencia policía y escoltas. Recogida y llegada al lugar». La presencia de miembros de seguridad y la ausencia de cargos gubernamentales revela el trato discreto y secreto que pretendían darle a su llegada, pero confiriéndole un «trato de autoridad de Estado», según las fuentes consultadas.
Ábalos no tenía previsto verse con ella esa noche, pero el «incidente diplomático» del que habló el Gobierno en los días posteriores a la visita de Delcy a Barajas surgió al intentar evitar que la número dos del régimen de Maduro se saltara la prohibición de entrada en el espacio Schengen. Según fuentes de inteligencia consultadas por este periódico, Koldo García fue a buscar a Ábalos a su residencia oficial situada en la calle Balbina Valverde en el coche del partido, un Toyota RAV 4 blanco que habitualmente conducía Koldo. Le recogió y juntos fueron a buscar a Víctor de Aldama, «amigo íntimo de Delcy», y a quien la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil le señala como el «nexo corruptor» de las tramas superpuestas que rodean a la «organización criminal» que investiga el Instituto Armado. Cambiaron de coche y se dirigieron al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas.
¿Subió al avión?
A pesar de que Ábalos llegó a admitir en 2020 haber subido al avión por espacio de 20 minutos, para después verse con Delcy en la terminal ejecutiva, y de que el diario ‘El Mundo’ llegó a publicar unas fotos el 14 de abril de 2024 donde supuestamente aparecía el ministro, las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que «Ábalos no pisó la pista de aterrizaje del aeropuerto de Madrid Barajas». Según esa nueva versión, el ministro habría esperado en la sala VIP de la terminal de autoridades del aeropuerto, mientras Aldama y Koldo sí acudieron al avión. «El primero que subió fue Víctor, después Koldo», y ambos condujeron después a Delcy hasta el ministro.
En ese mes de enero de 2020, Aldama, Koldo y Ábalos no habían empezado aún a tejer el entramado de las mascarillas a través de la empresa Soluciones de Gestión S.L, dado que la pandemia de la covid-19 irrumpió dos meses después, en marzo. Tampoco la trama de los hidrocarburos, cuyas primeras reuniones se produjeron en septiembre de 2020, justo antes de las entregas en efectivo de 90.000 euros en la sede del PSOE en Ferraz, 70. Pero el tridente que señalan los investigadores de la Guardia Civil llevaba un año afianzando sus relaciones personales y comerciales. Como adelantó THE OBJECTIVE, fue Aldama quien instó a Ábalos a invitar a Delcy a España a través de una carta firmada por el secretario de Organización del PSOE.
Una carta que según la UCO redactó el propio comisionista desde su ordenador personal a finales de 2019. Justo un año antes, en diciembre de 2018, Ábalos, Aldama y Koldo participaron conjuntamente en una reunión en el Ministerio de Transportes junto al gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat. Un encuentro que tuvo lugar tres semanas antes de que el entonces CEO de Globalia, Javier Hildalgo, visitara ese estado mexicano junto a su amigo y socio Víctor de Aldama para abrir nuevas líneas de negocio para Air Europa. México irrumpe también en la agenda del ministro en febrero de 2019, cuando el exministro realizó un costoso viaje junto a Koldo García, con encuentros puntuales con Aldama, por el elevado coste de 44.000 euros sin justificar.