El PSOE se propone «recuperar la humanidad»… de la mano de Óscar Puente
«Cuando el escándalo forma parte de la estrategia, mantener al ministro no es un error: es parte del plan»
El PSOE quiere estar en misa y repicando: hacerse la víctima y a la vez soltar a su buldócer Óscar Puente a ladrar contra la oposición, los españoles, los periodistas, los usuarios de tren y, sobre todo, el buen gusto. Los socialistas habían llamado a la reflexión sobre los límites de la crítica política después del intento de suicidio de José María Ángel Batalla, el ex comisionado de Pedro Sánchez para la dana que, tal y como se demostró, había falsificado el título para acceder al funcionariado hace cuarenta años. Un delito.
Los mismos que llaman asesino a Mazón, que le arrojan los muertos de las residencias a Ayuso o que comenzaron una cacería contra Noelia Núñez por modificar su CV pasaron del ataque a la defensa cuando la campaña iniciada por Óscar Puente sobre la falsificación de títulos se volvió en su contra y se comenzó a hablar de la falsa doble licenciatura de Pilar Bernabé, del doctorado fake de Cristina Narbona o de la «errata» en el currículum del vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Entre otros.
Tras estas revelaciones y tras el intento de suicidio de Batalla, que de manera llamativa recibió el alta en apenas 24 horas, la ministra Diana Morant llamó a «recuperar la humanidad» y «reflexionar». Pero poco duró la reflexión. Dos días después, el ministro de Transportes, Óscar Puente, utilizaba el incendio en Las Médulas, que ha afectado a miles de personas, para hacer chascarrillos de barra de bar y cargar contra el Partido Popular, asegurando que «en CyL está calentita la cosa». Lo típico en este personaje abyecto, que utiliza la polémica para tapar la desastrosa gestión de los trenes durante su mandato.
El PSOE podría sorprendernos y dar una lección de su compromiso con la humanidad cesando a Puente. Sin embargo, cuando el victimismo sustituye a la autocrítica y el escándalo forma parte de la estrategia, mantener al ministro no es un error: es parte del plan.