El chat que revela la inocencia del fiscal Grinda: «Si tienes 15 años, no podemos hablar de sexo»
El expediente del caso acredita que el fiscal Anticorrupción desconocía la edad de la menor de Jaén que le denunció por un presunto delito contra la intimidad sexual
Son los chats que exculparon al fiscal anticorrupción José Grinda del presunto delito contra la intimidad sexual de una menor de Alcaudete (Jaén). Un caso en el que tuvo que declarar como investigado, pero que acabó archivado. Los mensajes confirman que el fiscal desconocía la edad real de la joven y puso fin a las conversaciones con ella en el mismo momento en que supo que era menor: «No sabíamos que solo tenías quince años, sorry. Si es así, chao, no queremos problemas».
Las conversaciones, a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, se remontan a febrero de 2009. Durante cinco días, la joven había mantenido contacto a través de la red social Badoo con un hombre y una mujer que nunca llegó a ser identificada en la causa. Los chats revelan el carácter sexual de las conversaciones y apuntan a que la pareja habría intentado que la chica les viese a través de la webcam mientras mantenían relaciones.
Sin embargo, también demuestran que nunca recibieron fotos de la joven a través de esa red social. Ni siquiera vieron su rostro. Además, acreditan que la chica mintió y ocultó su edad real. «Debí decirlo», reconoce en uno de los mensajes intercambiados justo después de que la pareja descubriera que tenía quince años. Momentos después, pusieron fin a las conversaciones por Badoo.
«Es que no podemos hacer lo que hemos hecho, tía (…) podemos hablar tranquilamente, pero no de sexo (…) nos pueden denunciar si llegamos a tener sexo. No es ninguna broma», le respondía la pareja con la que durante días había mantenido contacto en Badoo. En su perfil en esa red social, cuyo acceso es exclusivo para mayores de edad, la chica decía tener 22 años. Así consta, junto a los chats y todas las diligencias practicadas, en el expediente del caso instruido por el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá la Real (Jaén).
A instancias del Tribunal Constitucional, el Juzgado de Jaén ha abierto el expediente completo de la investigación por la que el fiscal Grinda tuvo que prestar declaración como investigado en 2011, tras ser identificado por la Guardia Civil como el hombre que hablaba con la joven. La madre de la chica, que en el momento de los hechos tenía quince años, denunció ante la Guardia Civil que su hija «había establecido contacto con una persona por Internet, a través de Messenger, quien por medio de una cámara le había mostrado vídeos de contenido pornográfico y le había pedido que se desnudara».
El caso quedó sobreseído en 2013 «al no estar debidamente acreditada la comisión de los hechos denunciados» y como consecuencia del «desconocimiento de la edad de la víctima por parte del investigado». A esa conclusión llegaron la Fiscalía y el juez instructor tras analizar todas las pruebas aportadas y tomar declaración tanto a la familia de la chica como al fiscal, en calidad de investigado. El asunto fue archivado en 2017 de forma definitiva al considerarse prescrito el delito y Grinda quedó exonerado.
El origen de la denuncia
Los chats incluidos en la causa confirman la versión oficial. El fiscal Grinda y la mujer que estaba con él conocieron la edad verdadera de la chica después de cuatro días intercambiando mensajes en Badoo. En plena madrugada, el hermano de la joven se metió en el ordenador, revisó las conversaciones y escribió a la pareja amenazando con denunciarles ante la Guardia Civil por «prostitución con menores».
También les advirtió de que tenía pruebas. Entre otros documentos, el joven tenía vídeos del fiscal que constan en la causa y que, según la versión de la joven, fueron obtenidos mediante un programa que el hermano había instalado para poder grabar a las personas que hablaban con ella. Las imágenes fueron aportadas a la Guardia Civil en un DVD junto con la denuncia interpuesta por la madre y un documento de texto en el que el hermano copió todas las conversaciones.
¿Extorsión o chantaje?
Durante su declaración ante los investigadores, la progenitora añadió que recibió una llamada del presunto autor de los hechos el mismo día en que puso la denuncia. El número desde el que recibió la llamada coincidía con el hombre que aparecía en las fotografías, según acreditó meses después la Guardia Civil. Era el fiscal anticorrupción José Grinda.
La madre afirmó que en aquella conversación telefónica el hombre «le pidió disculpas y le ofreció dinero» si no lo denunciaba «porque no quería tener problemas». Añadió que recibió llamadas posteriormente de la misma persona, pero desde otro número telefónico.
El fiscal desmintió en su declaración como investigado haber ofrecido nunca dinero a la madre. Admitió haber hablado con ella «en dos o tres ocasiones» y añadió que «recordaba perfectamente que siempre pensó que se trataba de una chica de veinte o veintitantos años». Frente a la denuncia de la madre, Grinda aseguró que la mujer le manifestó que «alguien tendría que pagar el tratamiento psicológico de su hija».
«Manifiesta que la madre de la menor le indicó que el tratamiento psicológico sería de 2.000 euros, a lo que contestó que en absoluto pagaría nada y que hiciera lo que tuviera que hacer», indica el atestado sobre la declaración como investigado del fiscal.
Los misterios del caso
Los chats que ahora revela este diario confirman que Grinda decía la verdad en varios de los hechos investigados. Se enteró de la edad real de la joven a través del hermano, la chica mintió en su perfil de Badoo y las conversaciones con ella por esa red social cesaron en cuanto el fiscal supo que tenía quince años. No obstante, varios asuntos del caso siguen siendo un misterio por las versiones contradictorias entre una y otra parte.
En su declaración en sede judicial, la joven aseguró que a través de Messenger se vieron por la webcam. Y que en una primera conversación vio la imagen de dos personas desnudas, un hombre y una mujer, «que estaban de pie en una habitación muy rara». Añadió que no llegó a ver nada más, sin recordar si fue porque «el messenger dejó de funcionar o ella se fue porque no le gustó aquello».
Sin embargo, este extremo nunca pudo ser acreditado. Cuando la Guardia Civil procedió a analizar en 2010 los ordenadores de la chica y de su hermano en busca de los chats de Messenger, los dispositivos habían sido formateados. Los borrados de los discos duros hicieron imposible que se pudiera comprobar si aquella videoconferencia existió. Además, la chica dijo recordar que desde un primer momento informó a Grinda y a la mujer que estaba con él de cuál era su edad real. Una versión que se contradice y queda desmentida por los chats de Badoo.
Las contradicciones en la versión de la chica y la imposibilidad de comprobar si existió esa conexión por webcam, vía Messenger, llevaron a la Fiscalía a solicitar el sobreseimiento de las actuaciones en 2012 «al no estar debidamente acreditada la comisión de los hechos denunciados» y como consecuencia del «desconocimiento de la edad de la víctima por parte del investigado».
El fiscal apunta a la mafia rusa
En un informe de noviembre de 2010, la Policía Judicial de la Comandancia de Jaén también destacaba que, durante su declaración como testigo por la operación Telémaco, el fiscal argumentó que había llevado causas y procedimientos contra organizaciones criminales internacionales «con las capacidades suficientes para encargar una interferencia en sus equipos informáticos» para desprestigiarle públicamente.
Proteger la imagen y el prestigio del fiscal Anticorrupción era, precisamente, el principal motivo al que se agarraron la Fiscalía y el Juzgado de Alcalá la Real para impedir durante años que la joven que denunció a Grinda en Jaén pudiera acceder al expediente completo de su caso. Entendían que las conversaciones, fotos y vídeos que constan en el expediente de la causa de Jaén podrían ser utilizadas para desprestigiar su imagen. La causa se declaró secreta.
Sin embargo, como contó este diario, el Tribunal Constitucional amparó a la chica el pasado mes de septiembre al entender que se había vulnerado su derecho a una tutela judicial efectiva. La sentencia concluyó que el juzgado y a fiscalía habían protegido al fiscal de una manera «manifiestamente infundada», al negarle a Miriam Serrano el acceso a las actuaciones practicadas en una causa que ella denunció como posible víctima de un delito contra la intimidad sexual cuando era menor.
Villarejo, Emperador, Venezuela…
El juzgado de Alcalá la Real ha hecho entrega ahora de todas actuaciones de la causa a la joven de Jaén, que estudia la posibilidad de presentar una demanda civil contra Grinda para exigirle una indemnización. Fuentes cercanas al fiscal enmarcan el recurso de amparo de Miriam Serrano en un nuevo intento por desprestigiar la imagen de Grinda y sospechan que personas con intereses ajenos a esta causa están financiando la defensa de la joven en su intento por reabrir el caso.
En el año 2015, la Asociación Transparencia y Justicia, dirigida en la sombra por el excomisario José Manuel Villarejo -según la Fiscalía-, solicitó personarse como acusación particular en el caso. La petición fue denegada por la Audiencia Provincial de Jaén debido a que la investigación había sido sobreseída.
Seis años después, la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional encargada de la investigación del caso Tándem remitió al Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional un informe que implica al comisario jubilado José Manuel Villarejo en una presunta trama para chantajear o presionar a Grinda con «acusaciones de pedofilia».
En declaraciones a un medio italiano, el fiscal anticorrupción atribuyó unas declaraciones del abogado Ignacio Peláez a una supuesta campaña en su contra alentada por la mafia rusa. Grinda había liderado varias investigaciones contra mafiosos rusos en España. Además, ha dirigido diversas causas mediáticas como el caso del cobro de comisiones del 3% en Cataluña, el caso PDVSA o la operación Emperador, en la que se investigaron presuntos vínculos de diversos policías con la mafia china liderada por Gao Ping.