El gesto de Vinicius en Mestalla abre la puerta a que la Fiscalía le llame a declarar como testigo
Los expertos sostienen que ese paso puede suponer un castigo sin precedentes. LaLiga ha denunciado 10 casos contra Vinicius, la mayoría archivados
El gesto de Vinicius en Mestalla puede dar un giro en la lucha contra el racismo en el fútbol. El jugador brasileño se acercó al público y señaló a quienes le insultaban. Los expertos sostienen que ese paso puede suponer un castigo sin precedentes. De momento, LaLiga ha denunciado 10 casos contra el delantero del Real Madrid, aunque la mayoría han sido archivados ante la imposibilidad de identificar al agresor. Solo en dos ocasiones los clubes han sancionado al aficionado. La Fiscalía, que ya investiga los presuntos insultos racistas, podría llamar a declarar al futbolista como testigo.
La pesadilla de Vinicius empezó mucho antes de que Burgos Bengoetxea diera comienzo al partido contra el Valencia. Un grupo de aficionados le recibió a las puertas de Mestalla con gritos de «mono». La polémica detonó en el minuto 72, cuando un defensa local pateó el balón que había lanzado la grada y desbarató una prometedora jugada del brasileño cuando su equipo perdía.
Vinicus se acercó al público y algunos comenzaron a insultarle. El brasileño, visiblemente enfadado, señaló a los seguidores y el árbitro activó el protocolo contra el racismo. El partido se detuvo 10 minutos, pero no cejaron los improperios cuando se reanudó. Un calvario que sufre el delantero cada vez que juega lejos del Santiago Bernabéu y que, según un tuit, incluso le ha llevado a pensar en abandonar la competición española.
Insultos a Vinicius
«El jugador señaló a su agresor durante el partido. Eso cambia todo porque hasta ahora no se había llegado a un enjuiciamiento penal», revela José Domingo Monforte, penalista y especialista en derecho deportivo. En su opinión, la persona que identificó Vinicius puede enfrentarse a «un delito serio». El artículo 510 del Código Penal prevé una pena de prisión de uno a cuatro años para aquellos que emitan delitos de odio.
Monforte desarrolla el asunto en un artículo. Afirma que, para que transciendan al acto delictivo, debe estar presente la intencionalidad y ánimo discriminatorio, la animadversión hacia la persona, o hacia colectivos que, unificados por el color de su piel, por su origen su etnia, su religión, su discapacidad, su ideología, su orientación o su identidad sexual, constituyen la tipicidad de los delitos de odio.
«Con esta modalidad delictiva se pretende la protección penal de la integridad moral y exige para su apreciación la presencia de un odio hacia determinado colectivo por razón de su mera pertenencia, es decir, orientada a la discriminación sectaria», insiste el director de Domingo Monforte Abogados.
El Tribunal Supremo ha resuelto estas situaciones declarando que no toda expresión de esa naturaleza supone un delito de odio, reservándolo solo para aquellas en las que el acto del agresor se halle presidido «por la animadversión o por el ánimo de menospreciar a la persona por su raza». No obstante, Monforte sostiene que el Código Penal es un instrumento que está para utilizarlo, y eso no quiere decir «que los organismos deportivos no actúen o conciencien del problema».
Castigar a los clubes
«El problema es que identificar a los culpables es muy complicados, lo que no permite depurar responsabilidades», reconoce el experto. LaLiga, que ha denunciado ante la Fiscalía los delitos de odio, no tiene capacidad para cerrar gradas o estadios ni para imponer otros castigos. «Se trata de una conducta arropada por el anonimato de la masa y es muy difícil identificar al agresor», lamenta el abogado Alfredo Arrien, de Paredes & Asociados.
El propio Vinicius se pregunta qué falta para criminalizar a esas personas. «¿Y castigar deportivamente a los clubes? ¿Por qué los patrocinadores no piden responsabilidades a LaLiga? ¿No se molestan las televisiones en retransmitir esta barbaridad todos los fines de semana? El problema es muy grave y las comunicaciones ya no funcionan», ha insistido el jugador brasileño en un tuit.
Las sanciones por conductas racistas están previstas en la ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, aprobada en 2007. El artículo 28 atribuye la competencia de castigos administrativos a la Delegación del Gobierno mientras que las sanciones deportivas están incluidas en el Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
«La RFEF no ha dicho nada del árbitro. Debió suspender el encuentro. Lo puede reiniciar más tarde, y si continúan los insultos, aplazarlo de forma definitiva y, en última instancia, darle los tres puntos al Real Madrid», indica Francisco Javier Soto, de Fearless Sports Abogados. En su opinión, los aficionados que insultaron a Vinicius están «perfectamente identificados». De hecho, el Valencia ya ha anunciado que lo ha hecho con uno de ellos y que le prohibirá la entrada al estadio «de por vida».
El plátano de Alves
Soto afirma que ahora la Fiscalía tiene seis meses para investigar lo ocurrido, pero que el comportamiento de Vinicius abre un nuevo camino. «Alves se comió el plátano que le lanzaron, Eto’o amenazó con irse, pero ninguno señaló al infractor. La identificación puede ser definitiva para el proceso penal».
El Ministerio Público ha solicitado este lunes al Valencia el nombre de los aficionados implicados para investigar un presunto delito de odio. El Real Madrid, la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y Movimiento contra la Intolerancia han denunciado los insultos racistas. También lo ha hecho LaLiga, que desde la temporada 2018/2019 ha presentado 14 denuncias a la Fiscalía de Delitos de Odio, 10 de ellas con Vinicius de protagonista.
La mayoría han sido archivadas, aunque varios equipos, como el Real Valladolid y el Mallorca, sí expulsaron de su estadio a los autores de los insultos. En el caso balear, un Juzgado de Palma incluso impuso una multa de 4.000 euros al agresor. La sanción no sirvió de ejemplo y Vinicius fue diana de los insultos a su vuelta a la isla, pero también en Pamplona, Sevilla y Barcelona. Este martes, la Policía Nacional ha detenido a cuatro personas por colgar de un puente un muñeco con la camiseta del jugador brasileño el pasado enero.