El promotor de la criptomoneda 'indepe' captó donaciones para 'Tsunami' en un banco suizo
Los investigadores sostienen que Jaume Cabaní era el encargado de transformar el dinero malversado en divisas
Ilustración de Alejandra Svriz.
El informático Jaume Cabaní no solo es uno de los principales investigados por haber participado en la financiación irregular de Tsunami Democràtic. También era el titular de la cuenta en Suiza en la que un banquero de ese país donó 6.000 francos para sufragar las protestas contra la sentencia del procés en octubre de 2019. Y, además, uno de los principales señalados por la Guardia Civil por presunto blanqueo de capitales, un delito que podría dejar sin amnistía a Carles Puigdemont si los investigadores consiguen demostrar sus sospechas, tal y como revela THE OBJECTIVE.
Las protestas independentistas colapsaron El Prat el 14 de octubre de 2019. Ese día, el banquero Nicola Flavio Giulio escribió al director de la oficina de Puigdemont para decirle que disponía de «bastante dinero» en un banco catalán para financiar la entrega de comida y agua a los manifestantes. Dos horas más tarde, Josep Lluís Alay le pidió un ingreso para Tsunami a través de una cuenta en Suiza a nombre de Cabaní, al que los investigadores señalan en distintos informes del sumario como el encargado de «transformar el dinero malversado en criptomonedas».
Giulio, que fue vicedirector de una entidad helvética disuelta en 2015 por su implicación en una red internacional de blanqueo de capitales, anunció que donaría 6.000 francos suizos (6.222 euros). Alay se lo agradece y le transmite que la protesta organizada por Tsunami en el aeropuerto de Barcelona ha finalizado, aunque le avanza nuevas movilizaciones. Los investigadores hallaron en el teléfono móvil de la mano derecha de Puigdemont conversaciones de un posible encuentro entre el expresidente catalán y el banquero, aunque desconocen si se produjo.
La pista de Tsunami
La Guardia Civil rastrea mediante una Orden Europea de Investigación (OEI) la creación de una red de apoyo a Puigdemont en la que colaboró Cabaní, que se registró como informático en una visita al expresidente catalán en Waterloo a principios de 2018. Los investigadores sostienen que se encargaba de los temas digitales, entre los que se encontraría «la transformación del dinero malversado en criptomonedas». Los fondos serían captados de entidades públicas vinculadas al independentismo.
Los agentes del caso siguieron la pista de una conversación entre dos antiguos cargos de Junts per Cataluña. En ella, Víctor Tarradellas explica a David Madí que fue el propio Puigdemont durante su último encuentro en Bélgica quien «me estuvo explicando todo lo que estaba haciendo en base a criptomoneda». En la charla se menciona a Cabaní como la persona que estaba trabajando en esas divisas. Le definen como «gran estructurador, gran cerebro y patriota de piedra picada».
La Policía Judicial reconoce que esa moneda virtual era «la vía ideal para lograr sus objetivos, que no pueden ser otros que disponer de financiación originariamente procedente de fondos públicos, para avanzar hacia la independencia». Los investigadores engloban este plan en el proyecto de República Digital y la intención de evitar los controles del Estado, acción en la que emerge la figura de Cabaní.
El informático creó en agosto de 2019 una sociedad en Estonia llamada Catalitza Oü que recibió un pago en criptomonedas por «servicio consultoría posicionamiento» para financiar «billetes a pepito». Los agentes sospechan que se trata del servicio de una persona que tuvo que desplazarse en avión para determinar la existencia de aparatos de vigilancia encubiertos en la casa en la que reside Puigdemont en Waterloo desde que huyó de España para no enfrentarse a la justicia.
Campaña de donativos
La exconsejera Elsa Artadi ya relató al juez que el expresidente catalán le encargó hablar de estas divisas con emisarios rusos antes de la Declaración Unilateral de Independencia (DUI). Los interlocutores, con los que se reunió en varias ocasiones, estaban preocupados por la financiación de una república independiente y ofrecieron pagar la deuda pública a cambio de una legislación sobre este criptomonedas.
El último informe de la Guardia Civil sostiene que la financiación de Tsunami no recayó solo en Cabaní, también lo hizo en otros individuos, como se desprende de un grupo denominado minicampaña donativos creado en WIRE, una aplicación segura de mensajería. Entre sus miembros hay empresarios como Oriol Soler, que ha solicitado sin éxito que el juez Manuel García-Castellón se aparte de la causa abierta contra la plataforma en la Audiencia Nacional por terrorismo.
Los investigadores han comprobado que Soler tomó parte en decisiones de índole económica en Tsunami. El 5 de noviembre de 2019, por ejemplo, solicitó a otro miembro del grupo en WIRE que adoptara alguna decisión en relación a la web de la plataforma creada por el independentismo para protestar contra la sentencia del procés dictada por el Tribunal Supremo. Para pagar la operación, el empresario propone hacer una factura falsa: «Lo haremos desde la cocina».
El grupo de WIRE conversa sobre la necesidad de lanzar una campaña para recaudar 200.000 euros mediante donativos, tanto por la vía convencional como a través de criptomonedas. Con ese dinero, aseguran, podrán realizar nuevas acciones. Los participantes también explican el gasto del montante recaudado hasta ese momento, que ascendía a 143.265 euros que se destinan a «equipo internacional de informáticos, abogados, material impreso e infraestructura de 9-N (jornada de reflexión de las elecciones generales de 2019)».
Transferencia inmediata
El primer mensaje que se remite por el grupo es significativo para los investigadores. Se publica el 11 de noviembre de 2019 (el mismo día del corte en la AP-7) y señala la existencia de ciertos responsables de áreas. En un mensaje explican que Cabaní (con el seudónimo @Kanabo) pasará las claves de Stripe, una plataforma tecnológica cuyo software permite a individuos y negocios recibir pagos por Internet, para hacer los donativos en tarjeta y en bitcoin (una criptomoneda).
Cabaní alecciona al resto de responsables de Tsunami. En una conversación en marzo de 2020, el informático da indicaciones al empresario catalán Josep Campmajó sobre la forma en la que se debe hacer una transferencia bancaria de criptomonedas. Le explica que debe realizarlo mediante mensajes en clave: «Hola ya he pagado los billetes, pepito. Si quieres de concepto puedes poner análisis de oficinas y rastreo de señales con el importe. La transferencia será inmediata».
El informe al que ha tenido acceso este diario detalla que los miembros del grupo de WIRE también hablaron de la adquisición de material técnico de seguridad. Campmajó fue el encargado de recibir un paquete de walkitalkies encriptados que funcionan fuera del rango de frecuencias estándar. «Los puedes usar si quieres en operaciones especiales», le notifica su interlocutor.
La Guardia Civil relata que el grupo tenía «un excesivo celo por la seguridad no solo de sus comunicaciones, también física». De hecho, los agentes encontraron documentación que indica el interés de Campmajó en asistir a cursos de medios de escucha y videoescáneres de radiofrecuencia y detectores de semiconductores. El empresario era uno de los responsables de la seguridad de Tsunami, como él mismo certificó en sede judicial en noviembre de 2017.
El teléfono móvil de Campmajó aporta la prueba definitiva del papel de Cabaní, que el 20 de febrero de 2019 expone al empresario que no cuenta con nivel técnico para continuar trabajando en lo que parece ser la creación de una moneda digital propia. Le pide que establezca contacto con quien tenga esa cualificación hablando concretamente de hackers que tendrían que proteger el proyecto. Campmajó responde que tendrá una reunión «discreta con el jefe de proyecto máximo y lo encaro».
