El exasesor jurídico de Rubiales carga contra su gestión: «Era un chanchullo para trincar pasta»
«Es acojonante con lo que nos la hemos jugado todos en su momento, ¿eh?», protesta Cueto en unas conversaciones
Tomás González Cueto, exasesor jurídico de Luis Rubiales, mostró su malestar con el expresidente federativo en varias conversaciones recogidas en oficios policiales a los que ha tenido acceso EFE. El que fuera mano derecha del anterior responsable de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le acusó al mismo de querer «dar palos», «trincar pasta» y de pedirle algo «ilegal». De esas conversaciones, a la Guardia Civil le «resulta llamativa» una frase de Cueto: «Es acojonante con lo que también nos la hemos jugado todos en su momento, ¿eh?».
En la primera de ellas, del pasado 25 de enero, Cueto relata que ha pagado «muchas deudas» a Rubiales y se queja de que el expresidente de la RFEF «lo único que quiere es dar palos, no se ha planteado trabajar» y que dice que «necesita 100.000 euros al mes». «Está como una puta cabra», se desahoga el exasesor ante su interlocutora, a quien la Guardia Civil sólo identifica con su nombre y que opina que Rubiales está «endiosado».
También comenta una supuesta operación por la que un patrocinador coreano «iba a pagar 7 millones en cinco años» para abanderar una escuela de fútbol en el país asiático. «Bueno, yo creo que era un chanchullo para trincar pasta, pero que quería cobrar el 20 % (…) Él quería trincar 100.000 de ahí», dice supuestamente en referencia al expresidente de la RFEF.
Cueto, que pasó a disposición judicial hace un par de semanas y se negó a declarar, alude asimismo una operación fallida en la que le pidieron «ayuda para financiación» y se lo comentó a Luis Rubiales porque «conoce gente en Arabia»; este, según él, le dijo que quería «1 kilo para él». «Todo de aurora boreal», sostiene.
El exasesor jurídico externo de la RFEF mostró en estas dos conversaciones recogidas en el sumario su malestar ante el reproche de Rubiales por contratar a su hija en la Federación, y reveló haber hecho «enjuagues para poder pagar algo de dinero a tíos que él necesitaba darles dinero porque estaban con una mano delante y otra detrás y quería tenerlos más o menos de su lado».
En la otra conversación, del pasado 16 de febrero, Cueto señaló que estuvo en República Dominicana con Rubiales y que ya no se hablaba con él porque tuvo un «pequeño altercado»: este le habría pedido hacer «una cosa que era ilegal» y él se negó porque, además, ponía en riesgo su despacho.
Según contó el exasesor, Rubiales le reprochó de nuevo la contratación de su hija, y Cueto indicó que «últimamente pide cosas que no se pueden hacer». «Es acojonante con lo que también nos la hemos jugado todos en su momento, ¿eh?», protesta el abogado.
La Guardia Civil otorga una «gran capacidad de influencia» a Cueto en la toma de decisiones en calidad de comisionado de control externo de la RFEF y recoge otra conversación en la que él mismo reconocía que su «función principal era proteger a la casa y proteger a los directivos y obviamente al presidente de la casa», primero Rubiales y luego Pedro Rocha.
Los investigadores han detectado un incremento en los ingresos de Cueto tras la llegada de Rubiales al frente de la RFEF, y señalan que el propio expresidente federativo admitió que antes éste tenía un despacho «que facturaba 500.000 euros» y ahora 3 millones de euros.
En otra conversación Cueto reconoció que la RFEF era «su principal fuente de ingresos» y que «si tuviera una alternativa económica análoga, dejaba la Federación».
Ambos están investigados por un juzgado de Majadahonda (Madrid) por contratos presuntamente irregulares vinculados a la RFEF.