Escándalo en el 'caso Koldo': el guardia civil de la trama usó su portátil pese a tenerlo requisado
Rubén Villalba pudo acceder a varios dispositivos electrónicos el mismo día en que fue detenido en Barajas
El papel de Rubén Villalba resultó clave para la trama Koldo. Los investigadores apuntan a que el comandante de la Guardia Civil se encargaba de su seguridad. Además de realizar «barridos» en sus coches, habría repartido teléfonos opacos para proteger sus comunicaciones. Esa tarea le habría reportado 88.000 euros y el favor para conseguir destino en la Embajada de Caracas. El agente fue detenido el pasado 3 de marzo cuando pretendía coger un vuelo a Venezuela. Se le incautaron teléfonos móviles, ordenadores portátiles y pendrives, dispositivos que se le permitió usar horas más tarde pese a estar requisados.
En el momento de su detención en el aeropuerto de Barajas, Villalba portaba 4.835 dólares repartidos en billetes de distintas cantidades. El comandante fue arrestado pasadas las 14.00 horas por presuntos delitos de cohecho y pertenencia a organización criminal. Se negó a prestar declaración, pero pidió que informaran a su superior en la Guardia Civil. Las fuentes jurídicas consultadas por THE OBJECTIVE destacan a partir de entonces sucedió algo poco habitual.
Horas más tarde de su detención, y a pesar de que sus pertenencias estaban precintadas, Villalba pudo hacer uso de ellas. El comandante de la Guardia Civil comunicó alrededor de las 17 horas a los agentes que le custodiaban que necesitaba hacer una llamada urgente. En ese momento se desprecinta uno de los teléfonos intervenidos y el arrestado realiza una llamada a través de WhatsApp, según una pieza secreta del caso Koldo que instruye la Audiencia Nacional.
Relación con Koldo
Tras concluir la llamada, Villalba puso el móvil en modo avión, los agentes lo bloquean y vuelven a precintarlo. La manipulación de los dispositivos intervenidos no acaba ahí. El arrestado solicita alrededor de las 18.30 horas desprecintar uno de sus ordenadores personales. Los agentes se lo permiten, de forma que el comandante logra acceder al portátil durante un prolongado periodo de tiempo.
La operación se repite con uno de los pendrives. Los agentes también permitieron a Villalba hacer uso de una memoria externa. Cuando acaba de realizar las operaciones pertinentes, devuelve el material, que vuelve a ser precintado. De momento, la Unidad de Asuntos Internos de la Guardia Civil no ha abierto ninguna investigación al respecto, según fuentes policiales. Un día después de su detención, la Unidad Central Operativa (UCO) registró durante casi dos horas su domicilio en Benamejí (Córdoba), donde se encontraron 900 euros dentro de un armario.
Los investigadores destacan «la vinculación directa, personal y permanente» de Villalba con Koldo García. El comandante de la Guardia Civil es uno de los investigados de la trama. Los agentes apuntan a que la relación con el asesor del exministro de Transportes José Luis Ábalos «resulta de interés» porque le habría podido alertar de la existencia de una investigación contra él a través del empresario murciano Rogelio Pujalte.
Villalba también habría abierto a la trama Koldo «un par de puertas en Venezuela», donde fue destinado como agregado de Interior en la Embajada de España en octubre del año pasado. Los informes de la UCO revelan que Villalba viajó a Caracas semanas antes de ser destinado allí. El comandante de la Guardia Civil coincidió en avión con otro de los investigados en el caso Koldo, Ignacio Díaz Tapia, uno de los socios del empresario Víctor de Aldama.
Destinado a Venezuela
Air Europa facilitó los billetes a ambos sin coste, por lo que solo tuvieron que abonar las tasas aeroportuarias. Los agentes de la UCO señalan que fue el propio Díaz Tapia quien le facilitó los pasajes por correo electrónico. Esa misma tarde, Villalba acudió a La Chalana, el restaurante que servía de cuartel general a la trama. No fue la única vez, ya que el comandante se encontró con Koldo García en ese local el 17 de octubre, el mismo día que fue destinado a Venezuela.
Koldo García había comentado a sus colegas que se reuniría con «guardias civiles» para que le explicaran el motivo de haberle puesto seguimiento. Villalba, comandante en la Unidad de Información, le conocía de su época en Navarra y País Vasco, donde el asesor de Ábalos llegó a ser confidente de la Benemérita en asuntos de ETA. La relación con Aldama comienza en 2019, según ha acreditado la UCO. Sin embargo, el primer pago que obtuvo de la trama data del 3 de mayo de 2021.
Un mensaje de WhatsApp enviado por Aldama a uno de sus socios demuestra que el comandante de la Guardia Civil recibió 1.000 euros: «600 del Hotel Cayenna 1.600 Piedad, 1.000 R [que los investigadores atribuyen a Rubén Villalba]. Y tenía algo más, pero no me acuerdo si me lo mandas a la cuenta mejor. Buenas noches». En los meses posteriores, se detectan otros mensajes similares sobre pagos recurrentes de 2.000 euros. Según los investigadores, la trama ingresó 88.119 euros a Villalba.
«Es lo mejor que tenemos», aseguró Díaz Tapias en el chat 4 mosqueteros, que compartía con Aldama y varios de sus colaboradores. En las conversaciones intervenidas por la UCO, el empresario de la trama y Koldo García se refieren a Villalba con expresiones que denotan su colaboración: «Eres nuestro». Tanto, que el comandante de la Guardia Civil fue una de las personas que estuvo en el aeropuerto de Barajas el 20 de enero de 2020, la madrugada de la polémica visita de la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.
Móviles opacos
El papel de Villalba se centraba en asegurar que la trama se comunicara de forma segura. Para eso proporcionaba móviles opacos a los miembros de la red. Incluso Ábalos dispuso de uno de esos terminales después de que Koldo García le pidiera averiguar si su móvil estaba pinchado. El comandante de la Guardia Civil llegó a utilizar a otros agentes para realizar dichas maniobras, según las conversaciones intervenidas por la UCO. Además, llegó a comprobar las bases de datos policiales para saber si estaban investigando a los socios de Aldama.
La comisión del caso Koldo en el Senado le citó el pasado lunes, aunque Villalba se negó a declarar por estar inmerso en un proceso judicial. Antes había solicitado que la sesión se celebrara a puerta cerrada y que no se pudiera ver su rostro. El comandante de la Guardia Civil estuvo suspendido de sus funciones seis meses, que terminaron recientemente por ser el tiempo máximo que permite la ley. En la actualidad está en «situación de activo sin destino y excluido de poder obtenerlo mientras se mantenga su situación procesal».