El «cerebro» de la trama del fuel liderada por Aldama afirma ante el juez que seguía órdenes

Javier Cillán echa balones fuera. La persona a la que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil consideran el «cerebro» de la trama de hidrocarburos con la que el empresario Víctor de Aldama y sus socios consiguieron defraudar 231 millones de euros ha negado este miércoles en la Audiencia Nacional ser su ideólogo. Según fuentes jurídicas consultadas por THE OBJECTIVE subrayan que ha explicado que se trataba de un mero administrativo que seguía las órdenes de María Luisa Rivas y Pedro Antonio Marín, también investigados. Además, ha defendido que Villafuel estaba exenta de pagar IVA por ser operadora.

Cillán, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha insistido que únicamente seguía las instrucciones de la hermana de Claudio Rivas, uno de los socios Aldama. La UCO señala a ambos como «codirectores» de una estructura perfectamente jerarquizada. Por debajo de ellos se encontraría la «subdirectora», que se encargaría de supervisar la estrategia a la hora de desarrollar las operativas comerciales «que posteriormente ejecutará el jefe de operaciones, persona de confianza de la subdirectora».

La UCO precisa que ese papel lo desarrollaba María Luisa Rivas, mientras que su jefe de operaciones y hombres de confianza era Cillán. Ambos coincidieron en la empresa Eurofórum Escorial, que ambos abandonaron para formar parte de Villafuel. La declaración de retenciones practicadas a la empresa subraya que en 2023 el compareciente percibió casi un millón de euros. El investigado ha señalado que si dio órdenes a otros empleados, como constatan los investigadores, es porque así lo requería la dirección.

El papel de Aldama

La trama gestionó su negocio millonario desde una oficina de 40 metros cuadrados. La sede social de Villafuel, y también de su matriz Still Growing, se encontraban en un polígono industrial de Villaviciosa de Odón (Madrid). La UCO recalca en sus informes que las reducidas dimensiones del inmueble «no parecen las apropiadas para albergar a los numerosos trabajadores que se necesitarían para gestionar el volumen de actividad». Cillán es uno de los 11 trabajadores que aseguraba tener la empresa.

Los investigadores le califican a como un especialista en la operativa comercial que desarrollaba la estructura investigada que actuaría como contable. Su tarea sería lograr que se coordinaran todas las partes. Una función que la Guardia Civil considera «imprescindible». Sin embargo, Cillán ha negado la mayor asegurando que no tenía experiencia en el sector de los hidrocarburos cuando empezó a trabajar para Villafuel.

El compareciente se ha desmarcado de esas acusaciones. Durante el interrogatorio ha explicado que trabajaba en el área administrativa de Villafuel, donde se encargaba de análisis de mercado, facturación, órdenes de compra y vente a proveedores y clientes. Cillán ha subrayado que no tenía acceso a operaciones bancarias ni hacía pagos ni transferencias, según fuentes presentes en el interrogatorio. De esa labor se encargaba el tesorero, al que ha identificado como José Luis Ramos.

Cillán ha relatado que no existía ningún vínculo que no fuese comercial entre Villafuel y otras sociedades comercializadoras investigadas. Ha insistido en que la empresa clave de la trama liderada por Aldama no estaba obligada a pagar el IVA de las ventas por su condición de operadora dentro del depósito fiscal. Ese es el motivo por el que la compañía vendía en régimen suspensivo dentro del depósito fiscal, como en su opinión establece la ley de IVA.

Este miércoles también estaba prevista la declaración de Pedro Antonio Marín, administrador único de Villafuel desde el 10 de noviembre de 2020. Sin embargo, su comparecencia se ha traslado al próximo 12 de marzo.