Los resultados han dado la razón a los sondeos. El centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen han sido, con un 23,86% y un 21,43% de los votos respectivamente, los candidatos que se disputarán la presidencia de Francia en la segunda vuelta de las elecciones. De momento, las encuestas son poco optimistas para la representante del Frente Nacional, pero Le Pen ha conseguido apuntalar, con unos resultados históricos, la presencia de un partido que nunca había pisado tan fuerte como ahora. «Las elecciones han reflejado una gran polarización del voto entre los partidos extremistas y los moderados. La ruptura ahí no es tanto entre partidos tradicionales y partidos nuevos, sino entre el voto extremista radical antieuropeo y el voto moderado reformista proeuropeo», considera José María Peredo, catedrático de Comunicación y Política Internacional de la Universidad Europea de Madrid, que analiza para The Objective los resultados de los comicios.