Lo que es amar
No hay palabras que puedan contar lo que siento, pero, como soy un tipo obcecado en ir a la contra, necesitaba explicarte, pues eso, lo que es amar.
No hay palabras que puedan contar lo que siento, pero, como soy un tipo obcecado en ir a la contra, necesitaba explicarte, pues eso, lo que es amar.
Sé que él no quería herirme dice Selena Gómez en su último videoclip llamado The Heart wants what it wants (El corazón quiere lo que quiere), tema muy sentimental sobre un amor fallido y tormentoso.
Lo mejor de esta noticia, como en muchas ocasiones, es la foto que la ilustra. Viéndola, me he quedado enredado en el hombro de Angelina, preguntándome qué serían todos esos números y letras.
Nada como la caricia le puede decir al otro que le reconozco, que forma parte de mi mundo, y a su vez me introduce en el mundo del otro. Nada como la caricia le comunica al otro seguridad y confianza, protección y valoración, y como consecuencia autoestima. La caricia reconoce al otro en su irrepetibilidad.

Vamos, esto es la versión moderna del histórico puterío de lujo. ¿O quizá no tanto? Desde luego no es algo nuevo, porque este tipo de alquileres existe desde hace mucho tiempo.
Es tan puro el sentimiento que produce un beso en la lucha del mal contra el bien, que es el amor… ese amor invencible que todo lo puede. Omnia vincit Amor, decía Virgilio, y añadía: et nos cedamus Amori.

Vivimos en tiempos de desencuentro y soledad en los que las almas han optado por buscarse a través de Internet. Y, sobre todo, los usuarios de cierta edad, que ya prefieren ir a tiro hecho y no perder el tiempo en coqueteos romanticones, dado que el amor de momento, no hay empresa que lo fabrique.

En Descalzos por el parque, tras su primera rabieta de recién casada, Jane Fonda le pregunta a su marido cuánto tardará el divorcio. Y yo que sé -responde Robert Redford- ¡si todavía no han llegado los papeles del matrimonio!


La mitad de los divorciados encuestados en Estados Unidos confiesan tener dudas sobre la decisión que tomaron y a un 42% le gustaría tener una segunda oportunidad para reconstruir la relación que rompieron…



Un candado. Una pareja de enamorados. París. Un puente sobre el río Sena. Una promesa de amor eterno. Forman la historia de amor perfecta. Sin embargo, son un combinado de alto riesgo para la estructura de los principales puentes de la capital francesa. París no puede con el amor eterno de miles de turistas. El ayuntamiento toma medidas: los selfies sustituirán los cerrojos.

El amor no sólo es un sentimiento, es una necesidad. Necesidad de recibir y dar amor. Necesidad de conectar con una persona. De compartir sentimientos y necesidades con el corazón abierto. Sin juicios, prejuicios ni exigencias.

El género epistolar de alcoba siempre ha tenido su aquel, y yo voto sin miedo por recuperarlo con la dignidad y el lustre que merece. Recordemos aquel bonito «¿Te lleno el depósito?» del Príncipe Charles a su por entonces amiga Camila.


Observar lo evidente desde un prisma subjetivo permite conclusiones que a simple vista se empolvan. Estas chicas son supervivientes de una felonía: del secuestro realizado por los terroristas de Boko Haram en Nigeria hace meses.


Saltamos de pareja en pareja buscando a la persona ideal y pasan los años sin encontrarla, llevándonos a una soltería perenne. No me extraña que Gallardón quiera prohibir el aborto; si no fuera por los embarazos accidentales, la humanidad se extinguiría.

¿Quién dijo que para exponer una obra de arte se necesita una galería? Nada más especial que caminar desprevenido por cualquier mercadillo en algún lugar exótico y lejano.

Pues yo no lo sabía. Ahora resulta que los elefantes asiáticos se cuidan casi más entre ellos que los propios humanos. Cuando uno de ellos se estresa, el otro lo consuela como harían grandes amigos.

Para los amantes el simple ´click´ del candado acelera el corazón y a partir de ese momento se supone que serán el uno para el otro por siempre.

En esta época se hace complicado mantener la paz, tratarse con amor y crear armonía. Solo los niños conviven aparentemente sin conflicto con la parafernalia navideña

La Navidad dura el tiempo que quieras que dure, porque es un sentimiento más que una fecha. Es una forma de ser, más que una celebración especial en un día marcado en el calendario

Todo es vertiginoso asomados a los abismos que el ser humano es capaz de generar en esta pobre y maltratada madre tierra que nos soporta con sempiterna paciencia