Podemos y la gestión de los animales muertos
Los ecologistas de ciudad sueñan con tener un día una cabaña de ganado, en mitad de un prado cercano a un río. Ellos creen que eso sería una vida maravillosa. En tal caso, piensan en la dureza de levantarse pronto a ordeñar, pero lo compensan con imaginar el frescor del viento al amanecer en su rostro, y se sonríen. También aventuran que será duro andar limpiando la porquería de los animales, pero se les pasa al entender que eso será oler a Naturaleza pura: a la Madre Tierra.