Ballenas

Japón reanudará la caza de ballenas con fines comerciales

Japón reanudará la caza de ballenas con fines comerciales

Japón ha decidido abandonar la Comisión Ballenera Internacional (CBI) para poder volver a cazar ballenas con fines comerciales. Los balleneros japoneses reanudarán sus actividades a partir del próximo julio en sus aguas territoriales y su zona económica exclusiva. La CBI, fundada hace más de 70 años, nació con el objetivo de preservar a estos cetáceos evitando su caza indiscriminada y está integrada por 89 países.

Japón captura 177 ballenas más en verano apelando a la caza científica

Japón captura 177 ballenas más en verano apelando a la caza científica

Japón capturó 177 ballenas durante su temporada estival de pesca de cetáceos con fines científicos en el Pacífico Norte, en la costa septentrional del archipiélago, tal y como ha informado la Agencia de Pesca nacional. De los cetáceos pescados esta temporada, que comenzó el 17 de mayo, 43 fueron ejemplares de ballena minke y rorcual aliblanco y 134 de rorcual sei, también llamado rorcual de Rudolphi o norteño.

Japón caza más de 300 ballenas en medio de las críticas internacionales

Japón caza más de 300 ballenas en medio de las críticas internacionales

Una flota ballenera japonesa ha regresado a puerto este viernes después de cazar a más de 300 de esos mamíferos en una caza anual antártica. Mientras tanto, Tokio desafía a las críticas globales continuando el programa de su caza de ballenas. Según la Agencia de Pesca del país nipón, la flota, que constaba de cinco barcos, zarpó en noviembre hacia el Océano Austral, con el plan de cazar a 333 ballenas minke violando la moratoria mundial y la oposición que encabeza Australia y Nueva Zelanda. Tres de esos barcos han llegado al puerto de Shimonoseki el viernes por la mañana.

Así funciona el ruinoso negocio de cazar ballenas en Japón

Así funciona el ruinoso negocio de cazar ballenas en Japón

Los japoneses mataban ballenas mucho antes de que Ahab perdiera su pierna. Japón es históricamente un país ballenero y nunca tuvo que hacer esfuerzos para encontrarlas. Estaban ahí mismo, cerca de las costas, pero en los años 30 comenzaron a escasear o a ser insuficientes y entonces los japoneses tuvieron que explorar la Antártida, por primera vez en 1934, y luego enfrentar la II Guerra Mundial y las malas cosechas y la población comenzó a estar más y más hambrienta y los arponeros tuvieron que ir cada vez más lejos y cada vez era más angustiosamente complicado cubrir una demanda que crecía sin pausa.

Misterios como ballenas

Misterios como ballenas

La multitud trata de salvar a cientos de ballenas varadas. Las rocían con agua, las acompañan. Algunas salen a flote, pero vuelven a vararse, incapaces de separarse de su manada. Los voluntarios las cuidan hasta la muerte. La escena parte el corazón. El reportero no aclara qué les pasa a los cetáceos y despacha la noticia con las frases de siempre: “quizá el sonar de algún barco las confunde” “quizá huyen de un tiburón” «es todo un misterio». Me doy cuenta de que estas escenas de muerte de ballenas y delfines siempre me han afectado y me propongo resolver el enigma. ¿Por qué encallan las ballenas? Descubro que los océanos están llenos de contaminación acústica por maniobras militares, perforaciones petrolíferas, fracking, pesca de arrastre y bombazos. Tras mucha lectura, doy con una web de ciencia que menciona de pasada la teoría de que los animales marinos sufran del mal del buceador. La cosa me deja muy sorprendida y aún más interesada. ¿Las ballenas sufren la descompresión? ¿Es esto posible? ¿60.000 millones de años de evolución no las han curado de tener que ascender despacito, como cualquier turista en el Caribe con aletas y escafandra? Mi curiosidad aumenta y es satisfecha. Leo sobre los trabajos de investigación de un catedrático de patología animal, el español Antonio Fernández, y su equipo de la universidad de Las Palmas. Fueron los primeros en documentar el mal del buceador en un grupo de ballenas de pico que aparecieron muertas en una playa de Canarias pocas horas después de que la Marina realizará maniobras militares submarinas. A raíz de sus investigaciones y de su increíble descubrimiento, el parlamento europeo prohibió los sónares militares en las aguas en las que viven estos animales. Desde que entró en vigor la prohibición, en el año 2004, no se han producido más incidentes de ballenas de pico varadas en nuestras playas. Es posible que nunca sepamos la causa exacta del encallamiento de tanta ballena australiana, pero yo apuesto todas mis fichas a que la culpa la tienen el hombre y sus juegos de guerra y pienso en el cohete de Kin-Jong-un estallando en el mar de Japón y en los animales muertos que estarán llegando hoy a alguna playa lejana y en algún periodista, junto al cadáver, diciendo: «nadie entiende nada. Es todo un misterio».

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