
La Biblia y los escritores
«La Biblia es muchas cosas diferentes, y si hay quien está convencido de que es un libro sagrado cuya redacción se hizo bajo influencia divina»
«La Biblia es muchas cosas diferentes, y si hay quien está convencido de que es un libro sagrado cuya redacción se hizo bajo influencia divina»
La fijación por las primeras líneas, que en la literatura ha sido siempre un tema de análisis, ha llegado agresivamente al periodismo con el asunto de las suscripciones. Quien escribe solo dispone de 200 caracteres para inyectar el veneno en el lector
“La realidad que nos rodea empieza a ser como leer la Biblia y la gente se burla de Greta como se burlaban de Noé, empeñado en su barco porque en esta vida descreída, ni creemos en el dolor ajeno, ni creemos en las noticias que avisan de todas esas cosas más terribles por venir”
El joven oficial salva la vida “de milagro” porque “gracias a Dios tenía una Biblia que ha frenado el proyectil”, según la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen
El Jesús histórico, el hombre que fue ejecutado por el Imperio Romano en el siglo I, era un judío de piel oscura procedente de Oriente Medio
La primera vez que Philip Hoare se encontró ante una ballena ocurrió siendo un niño, sin salir de la bañera, y aquella pintura cetácea, dibujada por el abuelo al que nunca conoció, gobierna una plaza privilegiada de sus recuerdos de infancia en Southampton, una ciudad sureña de Inglaterra bañada por el océano. La segunda vez que vio a una ballena sucedió en un parque acuático: “Cautiva, un animal de circo exhausto, completamente destruido”. No sintió fascinación; más bien un sentimiento de compasión y tristeza. Fue en la tercera ocasión de encontrarse con una ballena, finalmente una ballena libre, que quedó petrificado. Encontró una sola palabra para explicarse tanta belleza: “¡Joder!”.
La muerte de José María Setién, el obispo de ETA, me ha pillado leyendo el Eclesiastés, el libro de la Biblia que dice: “Vanidad de vanidades y todo es vanidad”. Ahora también él descansa, sobre todo de sí mismo y de su miseria. Su gran suerte es que no existe su Dios y no deberá rendirle cuentas. La Nada le absuelve, como nos absolverá a todos. En la Tierra deja, eso sí, una memoria pestífera.
El filósofo Michael Oakeshott solía decir a sus discípulos que durante su larga vida había logrado mantener a raya el principal vicio de los seres humanos, en especial de los intelectuales: la propensión a tomarse demasiado en serio.
Toda religión hace referencia a algo que sucedió antes del tiempo y que puso en marcha el tiempo.
En un breve pasaje de la traducción latina de la Biblia se puede leer un pasaje que resuena hoy de un modo especial: “Todo el pueblo veía las voces”, escribe en la Vulgata san Jerónimo, subrayando el misterio de unas voces que se hacen visibles en medio del desierto. El filósofo francés Jean-Louis Chrétien ha construido uno de sus más bellos ensayos, La llamada y la respuesta, en torno a las implicaciones de este versículo del Éxodo, escrito hace más de dos mil quinientos años.
Hace tiempo que caí en la cuenta de que envidio a Pablo Iglesias. El motivo de mi cainita bajeza podría figurar dentro de los márgenes de la estética, ya que posee una mata de pelo tan boscosa y saludable como exangüe y quebradiza es la mía. Otra causa que podría haber incitado mis celos es la facilidad que tiene el diputado para vivir con desapego a los bienes atractivos del mercado. Quizá la exhibición de su inmueble en televisión sólo fuera atrezzo proletario y haya halcones malteses ocultos entre sus salmorejos de marca blanca, pero sí estoy segura de que a Pablo no le come el coco la agónica trampa de las modas, y yo no puedo jactarme de ello.
La Biblia es el libro más vendido y leído de la historia, ha sido traducido a más de 2.000 idiomas y a lo largo de los siglos se han editado miles y miles de ejemplares diferentes. Se dice que el primer ejemplar impreso de las Santas Escrituras fue realizado por Gutenberg en en la primera imprenta dotada de tipos móviles, en torno al año 1455. Si para muchos ya estaba todo visto sobre este libro sagrado, ahora Catawiki, el portal de subastas online de artículos singulares de mayor crecimiento, está subastando la que ya ha sido catalogada como la Biblia más pequeña del mundo.
Evangelio del ordenador: En el principio fue el Iphone y el Iphone era con Jobs y el espíritu estaba con él y todo en el mundo era hecho por Steve Jobs y nada en la creación fue hecha antes del momento epifánico en que Bill Gates creó la computadora personal…
El papa Francisco ha instado este domingo a los fieles católicos a llevar consigo siempre la Biblia, “como se lleva el teléfono móvil”, para poder leerla más a menudo y meditar sobre su contenido. “Por favor, no olvidéis, no olvidéis, qué sucedería si tratáramos la Biblia como tratamos a nuestro teléfono móvil, pensad en esto: la Biblia siempre con nosotros”, ha dicho el pontífice el pontífice al final del tradicional rezo del Ángelus ante numerosos fieles congregados en la Plaza de San Pedro.
Reconozco que me cae bien el papa Francisco. ¿Cómo podría no hacerlo un hombre tan dicharachero, tan paternal? En un mundo repleto de gritos, es reconfortante contar con un líder como él, tan bienhumorado (o, al menos, bienhumorado hasta que le mencionas el liberalismo, que parece ser de las pocas cosas que le excitan cierta agresividad). Me imagino perfectamente a Jorge Bergoglio como un buen cura de mi parroquia, alguien con quien sentarte a tomar pastas en torno a las faldillas de la camilla mientras el invierno castellano, fuera, arrecia, enciende un poco el brasero, Jorge, anda.
Los hombres pueden comportarse mejor o peor. Pero está claro lo que se supone que deben hacer los cristianos. Y también está claro que los musulmanes deben hacer exactamente lo contrario.
Maldita la cultura nuestra que descarta a nuestros ancianos como si fueran objetos de productividad. Maldita porque aquello que hacemos con ellos, un día no muy lejano revertirá contra nosotros.
Asusta en verdad la imagen de los cinco terroristas con sendos Kaláshnikov M-47 en el regazo y con el Corán en la mano.
Invito desde lo más profundo de mi ser a que todas las mujeres os sentéis al volante el próximo sábado y gritéis con la ventanilla bajada y la mayor de las sonrisas: “Yo peco, ¿y tú?”