
eDiógenes
Creo que nadie se libra del síndrome de eDiógenes, que es la tendencia a acumular información obsesivamente en nuestros aparatos, un mal mucho más dañino que el propio síndrome de Diógenes ya que en este hay un límite.

Creo que nadie se libra del síndrome de eDiógenes, que es la tendencia a acumular información obsesivamente en nuestros aparatos, un mal mucho más dañino que el propio síndrome de Diógenes ya que en este hay un límite.


Espionaje amigo, la Merkel también anda encrespada (han echado a patadas al jefe de la CIA en la embajada de Berlín) porque Obama alcahueteó su móvil. Nada, por filtrar un par de detalles a Washington. Peanuts. No sé.


Hace unos días escuchaba en televisión a un especialista en el mundo árabe explicando una eficaz (¿nueva?) estrategia que se está utilizando allí y que consiste en que grupos reducidos de terroristas llevan a cabo acciones violentas, sencillas pero brutales y más bien aleatorias.



George W. Bush es un outsider en toda regla. Lo más importante del outsider no es la técnica, sino su temperamento y su mensaje. Otra cosa no, pero lo que tenga George que decir le interesa a todo el mundo.

No quiero ni imaginar el dineral que costarán los equipos que llevan encima esos tres hombres. No quiero imaginar tampoco la cantidad de talento humano que habrá hecho falta para crear toda la tecnología que utilizan en sus trabajos.

El espionaje supo envolverse en elegancias cuando a la hora de la verdad Bond no era más que un funcionario. La ficción nos dejó un elenco cumplido de personajes y matices, del melancólico Smiley a ese Harry Palmer menos propenso al champagne que a la cerveza.

Las acciones de guerra sucia más notables las perpetró Reagan en Latinoamérica. Los acontecimientos que se han venido produciendo en las últimas semanas en Ucrania y Venezuela tienen el sello inconfundible del manual de la CIA.




Las revelaciones del exempleado de la CIA han mostrado que Estados Unidos sigue prisionero de una mentalidad paranoica, incapaz de superar el trauma del 11 de septiembre del 2011
Me quedo con la imagen aterradora de la máquina voladora escupiendo fuego sobre uno, dos o cien seres humanos
Hoy tiene uno que ponerle el “presunto” a cualquiera, porque las querellas vuelan y jugarse el tipo tiene su gracia pero no hay que abusar