«En el caso del COVID-19, al convertir las normas de prudencia en normas jurídicas respaldadas por sanciones, la sociedad consigue superar su previsible irracionalidad por un medio indirecto»
«La mayor parte de las decisiones que en estos momentos están tomando las autonomías afectan a distintos derechos fundamentales»
Que se le reproche a “los catalanes” no haberse manifestado contra los golpistas, que se reproche a los “empresarios catalanes” y a los “ciudadanos catalanes” el silencio en que se han mantenido hasta el último momento me parece injusto.
Las sentencias cumplen en el ruedo ibérico un doble cometido: tanto enjuician y determinan una causa como, no sé si por acción u omisión, emiten un juicio crítico, o un retrato, sobre la sociedad en la que persisten. Daños, benditos daños, colaterales del Estado de derecho, acaso.
Tuve que leer varias veces el pie de foto para confirmar que mi lectura era real. No salgo de mi asombro. Si hay algo que respeto son las decisiones ajenas. Cada quien sabe con qué puede lidiar.
Es curioso cómo este Gobierno de patanes que tenemos, gusta de apretarnos las tuercas de la manera más injusta y persistente. Está claro que la conciencia de España que tienen nuestros políticos de circo, es la de que el país es su cortijo.
La aclamada espiritualidad de la India siempre me ha parecido más un eslogan que una realidad.
La justicia humana es casi siempre injusticia que se disfraza de derecho para parecer virtuosa