Don de lenguas
El lenguaje digital es universal: aproxima a personas con lenguas que la evolución cultural ha preparado para ser eficaz solamente en lugares reducidos
El lenguaje digital es universal: aproxima a personas con lenguas que la evolución cultural ha preparado para ser eficaz solamente en lugares reducidos
El color rojo fuerza la distinción entre la forma y el fondo
La felicidad es una idea abstracta sin base biológica y sin equivalente en la experiencia humana real.
Sabemos que la vida surgió del agua y que, una vez en tierra firme, los animales evolucionaron hasta los modernos mamíferos. Más tarde, algunos mamíferos reconquistaron el medio acuático. Sus descendientes todavía conviven con nosotros: delfines, manatíes, narvales, orcas y ballenas, entre otros.
Los estudios sugieren que el nuevo espécimen, de más de cuatro metros, podía caminar y nadar
Un grupo internacional de investigadores de las universidades de Huelva y Sevilla, junto a equipos de paleontología de otros cuatro países (Portugal, Canadá, Chile y Japón), han certificado el hallazgo en Gibraltar de la segunda huella en el mundo de un hombre de Neandertal. La pisada, que tiene una antigüedad de unos 29.000 años, correspondería a un joven de unos 130 centímetros de altura.
La endogamia jugó un papel fundamental en la extinción de los neandertales, hace unos 40.000 años. Así lo determina un estudio dirigido por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Antonio Rosas.
Un equipo de científicos, dirigidos por la Universidad de Granada, han descrito una nueva forma de reproducción en plantas, que han denominado ‘masajeo de anteras’. Este consiste en un movimiento coordinado y repetido durante horas, que promueve de forma activa la autopolinización en algunas especies.
La palabra se despega del niño de dos años que se cayó en el pozo. El niño sigue allí –seguirá allí aunque saquen el cuerpo– pero la palabra se mueve en otro mundo, un mundo casi autónomo: de asociaciones, ecos, pensamientos, mitos. Un mundo frío para el niño, que no lo protege; pero nos puede servir para conjurar el miedo, para acompañar la pena, a los que estamos arriba, hasta que dejemos de estarlo.
Para los cangrejos ermitaños no es fácil reproducirse con tranquilidad, ya que se enfrentan al riesgo de que les roben su concha. Algunos de ellos, las especies terrestres, han evolucionado desarrollando penes más largos para tener «sexo seguro» y proteger su hogar, según desvela un estudio publicado este miércoles en la Royal Society Open Science.
Integrantes del Instituto Cavanilles de la Universitat de València han desarrollado un modelo matemático que demuestra que los costes fisiológicos de la frustración sexual pueden acelerar la evolución, y han puesto esa idea a prueba experimentalmente en la mosca del vinagre Drosophila melanogaster.
El verano es, para muchos, sinónimo de descanso. Llegan las vacaciones y cambia la rutina, cambia el estado de ánimo y, por supuesto, cambian los hábitos. Es el momento perfecto para ponerse al día con todo lo que quedó pendiente a lo largo del año, por ejemplo, la lectura. Según datos publicados por la plataforma de lectura digital Nubico, durante los meses estivales los españoles leemos un 36% más que el resto del año. Y la explicación es sencilla: tenemos más tiempo libre. Las cifras no representan solo a los usuarios de soportes digitales, con el papel pasa lo mismo.
Conversamos con Manuel Arias Maldonado acerca de su más reciente libro: Antropoceno. La política en la era humana.
Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación
El índice de precios de consumo (IPC) se situó en enero en el 0,5% interanual, seis décimas por debajo de la subida de precios de diciembre del año pasado
El bonobo, el primo más cercano del hombre en el reino animal, se siente más atraído por las personalidades dominantes e insensibles que por las gentiles y amables, según una investigación publicada en la revista científica Current Biology.
Un grupo de investigadores del Real Jardín Botánico de Kew, en Londres, ha logrado identificar sobre el terreno la secuencia genética de un organismo a través de un innovador dispositivo portátil, informa Efe.
La globalización nos afecta a todos, se percibe en los productos que compramos en el súper, en el número de turistas e inmigrantes que pasean por las calles, en las tendencias sociales, las empresas para las que trabajamos, los idiomas que hablamos e incluso en las series que vemos. Sin embargo, la opinión de que la apertura a otros países y mercados solo traería prosperidad y riqueza ha quedado eclipsada por la desigualdad salarial, el desempleo, el daño medioambiental de una sociedad consumista y la deslocalización de la mano de obra, como demostraron las manifestaciones durante el G20. La globalización, al igual que el desarrollo, es inevitable, por eso, cabe preguntarse si el equilibrio entre las demandas del mercado y el Estado de bienestar es posible, si realmente la globalización puede deshacerse de su cara más oscura.
Hoy está de especial celebración el teléfono inteligente más popular del mundo. El iPhone se hace mayor, concretamente ya alcanza las dos cifras. Sin quitar mérito a grandes avances en la Inteligencia Artificial, con la realidad virtual o la aumentada de por medio, el iPhone es la última gran revolución tecnológica. Su lanzamiento, todo un hito histórico, ocurrió el 29 de junio de 2007, provocando un cambio social que no se recordaba desde la masificación de la televisión.
Los restos más antiguos conocidos del «Homo sapiens», datados hace entre 300.000 y 350.000 años, han sido hallados en el yacimiento arqueológico Yebel Irhoud (Marruecos), a unos 150 kilómetros al oeste de Marrakech, según ha publicado este miércoles la revista Nature.
Se han estudiado 300 especímenes de diferentes especies de un periodo de tiempo de 400 millones de años para observar los cambios de los huesos a través de los milenios. Así, se ha descubierto que los cambios comenzaron cuando el hombre empezó a sostenerse sobre dos piernas. Cuando las especies dejaron de apoyarse sobre las cuatro patas, el llamado cuello del fémur se ensanchó para soportar el peso extra. Los estudios muestran que cuanto más ancho es este cuello, más riesgo de artritis hay. Respecto al hombro, han descubierto que el hueco por el que los tendones y los vasos sanguíneos pasan se ha ido reduciendo con el paso del tiempo, lo que dificulta el movimiento de los tendones y puede explicar el dolor que sufren algunas personas al elevar el brazo.
“Vemos ciertas cosas muy comúnmente en los hospitales clínicos – dolor en el hombro cuando alcanzan algo por encima de la cabeza, dolor en la parte delantera de la rodilla…” explica el doctor Paul Monk, director de la investigación en el Departamento de Ortopedia, Reumatología y Ciencias Musculoesqueléticas de Nuffield. “Nos preguntábamos de qué manera habíamos acabado con esta extraña disposición de los huesos y articulaciones que permite a la gente tener estos problemas”, añade Monk. Utilizando las predicciones obtenidas en este estudio, los investigadores sugieren que los transplantes del futuro se deben re-diseñar para adaptarse a la evolución.
Mediante la recopilación y análisis de una gran cantidad y variedad de datos sobre los comportamientos homicidas de humanos y otros animales, los científicos han establecido que el número de muertes violentas a manos de otros humanos debería situarse en el 2%, lo que viene a significar que «lo natural» es que dos de cada cien personas mueran como consecuencia de la acción homicida de otro humano en crímenes, guerras u otro tipo de asesinatos. José María Gómez, profesor de la Universidad de Granada y co autor del estudio, comenta en declaraciones recogidas por la agencia Associated Press que «los seres humanos somos mamíferos particularmente violentos, y la violencia ha estado presente desde tiempos ancestrales», señalando que curiosamente, la tasa del 2% coincide con la proporción estimada de muertes violentas de nuestra prehistoria. Basándose en la comparación con las tendencias de otras especies, el estudio apunta que los seres humanos «hemos heredado una propensión hacia la violencia», pero que diferentes contextos históricos y culturales son los que modulan finalmente la puesta en práctica del «instinto asesino».
Dice el historiador israelí Yuval Noah Harari que lo más probable es que nuestra especie experimente una evolución en los próximos doscientos años como resultado de nuestra dependencia de la tecnología. Nos hemos convertido en «máquinas de procesamiento de datos». Los avances de la neurociencia siguen descubriendo que nuestras decisiones pueden llegar a ser adivinadas por condicionantes tan sólo de tipo fisiológico. Gracias al estudio de todos los datos que proporciona nuestra hiperconectividad nos convertimos en seres predecibles en nuestros deseos. Nos comportamos inconscientemente de la misma forma y el destino se adivina como algo que ya está escrito en nuestros genes. ¿Cómo quien fue el ser de la razón no va a experimentar un cambio en su naturaleza?
La investigación llevada a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad Técnica de Múnich (Alemania), liderados por Shawn Bishop, explica que «las estrellas masivas que terminan su evolución con una explosión cataclísmica, llamada supernova de tipo II, son los motores nucleares de la nucleosíntesis galáctica». Estas estrellas emiten el componente hallado en los fósiles, el Fe 60, un elemento radioactivo que no puede producirse en la Tierra y que, por lo tanto, prueba que los primeros humanos se vieron «bañados» por la radioactividad producto de una supernova. Un artículo publicado en The Atlantic plantea la posibilidad de que la radiación de las supernovas pudieron afectar la evolución al tener la capacidad de crear mutaciones en el ADN, pero lo más probable es que la radioactividad, que sí se ha relacionado con la desaparición de varias especies marinas, no afectara a los humanos.
Si observamos Gaza, Siria, Libia, Yemen, Ucrania, Afganistán… el tópico de: el ser humano ha evolucionado a lo largo de los años les sonará sangrante. ¿Evolucionar? ¿Nosotros? ¡Si cadadía retrocedemos más!
El americano más antiguo, 12 o 13 mil años. Es la conclusión de un estudio de Carbono 14 y, más fiable, Uranio-Torio sobre un esqueleto encontrado en Hoyo Negro, Yucatán. La noticia, sorprendentemente, habla de ADN mitocondrial como procedimiento de datación.
Cada vez nos lo ponen más fácil. Los móviles se adaptan tanto a las personas que ahora ya podremos caminar y escribir a la vez sin preocuparnos por la farola o la caca de perro que nos esperan en el siguiente paso.
Estamos asistiendo a la verdadera selección natural del hombre de laboratorio. Sí, todo cuanto antes estaba dogmatizado para producir buena ciencia se ha tenido que remendar cual viejo trapo para poder seguir adelante.
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