Estos son los ganadores de los Premios Gabo de Periodismo 2019
Una historia sobre envenenamiento con plomo en La Habana y otra sobre un operativo contra migrantes en EEUU, entre las premiadas en la séptima edición de los galardones
Una historia sobre envenenamiento con plomo en La Habana y otra sobre un operativo contra migrantes en EEUU, entre las premiadas en la séptima edición de los galardones
Arranca una muestra a propósito del 50º aniversario de la llegada del autor de ‘Cien años de soledad’ a la Ciudad Condal
La joya literaria del argentino Julio Cortázar regresa con secretos sobre su proceso de escritura y prólogos de algunos protagonistas del Boom
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo
«Aquellos años del boom» de Xavi Ayén es una referencia obligada, una pequeña enciclopedia que nos introduce en la historia personal de un grupo de amigos talentosos que cambiaron la perspectiva de la literatura latinoamericana.
Hay una carta o perfil muy emotivo que escribió Gabriel García Márquez a su amigo muerto Julio Cortázar. Escrito con una ternura infinita, nació del recuerdo de dos viajes. El primero, a Praga. Viajaba en tren junto a Carlos Fuentes y Cortázar por su miedo compartido a los aviones cuando el escritor mexicano le preguntó al porteño, tan amante del jazz, que cómo fue que introdujeron el piano en el género. Al parecer, Cortázar dio una clase maestra que se alargó durante horas sin condenarles al aburrimiento. El segundo, en Managua. Cuando Cortázar pronunció un discurso en pleno proceso sandinista.
María Moliner, en lugar de protestar con lamentos ante las imprecisiones de la RAE –ante su elitismo, conservadurismo y misoginia–, los desafió transformando su malestar en palabras consumadas. La bibliotecaria aragonesa se rebeló escribiendo el mejor diccionario que se conoció en la época, el Diccionario del Uso del Español (DUE), con el sudor de su frente y sin ayuda de nadie.
Nunca un presidente español se había expuesto tanto. La Fundación Felipe González ha presentado en público el trabajo incansable de tres años, han reunido y digitalizado cientos de fotografías, notas a mano, cuadernos enteros. El proceso sigue abierto, no han culminado la obra, pero por lo pronto la cantidad de documentos es enorme: son 2912, en gran medida fotografías, aunque también cientos de páginas escritas a mano.
El archivo con todos los manuscritos que sobrevivieron de Gabriel García Márquez está en Estados Unidos. Él, que se rebeló contra todos sus gobiernos, nunca lo habría imaginado. Vendieron el fondo de documentos que había escoltado durante años por más de dos millones de dólares a la Universidad de Texas –a través de la institución Harry Ransom Center–. Parece mucho dinero cuando Gabo –como le llamaron quienes le conocían– vivió con lo justo durante casi media vida. Aquella circunstancia cambió, sin embargo, cuando alguien quedó deslumbrado por Cien años de soledad.
Martín Caparrós lo explicó en su obra Lacrónica (Círculos de Tiza, 2015): «En Estados Unidos lo habían definido como nuevo periodismo o periodismo narrativo; a mí me gustaba pensarlo como buen periodismo, el que me seducía. Pero la idea estaba más o menos clara: retomar ciertos procedimientos de otras formas de contar para contar sin ficcionar. Es la máquina que fueron afinando, desde fines de los cincuenta, en distintos lugares de América Latina, Rodolfo Walsh o Gabriel García Márquez o Tomás Eloy Martínez o Carlos Monsiváis o Elena Poniatowska; es lo que armaron, con mayor capacidad de etiquetarlo, en Estados Unidos Truman Capote o Norman Mailer o Tom Wolfe o Gay Talese. Usaron, sobre todo, las formas de ciertos subgéneros americanos: la novela negra, la novela social de los años 30: mucha acción, mucho diálogo, palabras corrientes, frases cortas, ambientes oscuros».
Rubén Blades no hará más giras de salsa. El cantante que acaba de cumplir 69 años (el 16 de julio) y quien ha destacado en el mundo tanto por la maestría de su música y de sus letras provocadoras y poéticas, como también por su compromiso y activismo político sobre todo en su natal Panamá y en Latinoamérica en general, anuncia que Caminando, adiós y gracias, será su última gira, y se despide de España en los escenarios de Vitoria, Madrid, Barcelona y Canarias.
Los familiares y amigos de García Márquez han dedicado un busto de bronce al autor en el patio central del Claustro de la Merced, de la Universidad de Cartagena, donde ‘Gabo’ llegó a matricularse en 1948 para continuar sus estudios de derecho, que no terminó ya que decidió seguir su carrera como escritor. El escritor y periodista colombiano Juan Gossaín ha revelado que ‘Gabo’ pidió ser sepultado en Cartagena de Indias. El resto de las cenizas permanecerán en México, donde se trasladó a vivir en 1961 y finalmente falleció en 2014.
La Poniatowska vestida de icono y con sonrisa glamurosa de Hollywood ha cerrado un círculo y llenado de rojo pasión el Día del Libro.
La cita, muchas veces repetida, es de Georg Baselitz, el pintor alemán: «El artista no es responsable ante nadie. Su papel social es asocial; su única responsabilidad es su actitud ante su obra».
A Gabriel García Márquez no le gustaban las grabadoras. La grabadora encierra todos los sonidos, incluso las respiraciones, pero no llega a alcanzar lo de dentro, las sensaciones, lo que realmente vale, aquello que es noticia: el ser humano.
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