China insta a EEUU a «dejar de ocupar ilegalmente el territorio de Cuba»
El país asiático ha calificado al americano de «hipócrita» y se ha referido al territorio como un «campo de concentración»
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El escritor y abogado recorre en ‘La última colonia’ la lucha legal del archipiélago de Chagos y Mauricio con Reino Unido
Saifulá Paracha, empresario de 75 años, fue detenido en Bangkok en julio de 2003 bajo sospecha de pertenencia a la organización terrorista Al Qaeda
Barhoumi, de 48 años, fue capturado por Estados Unidos en marzo de 2002 en Pakistán por ser sospechoso de terrorismo
Esta cárcel para «terroristas», por la que han pasado 779 prisioneros –todos musulmanes– es, además de una aberración, un colosal embrollo político y jurídico
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ha condenado este jueves a Rumanía y Lituania por ser cómplices del programa de la CIA de secuestros e internamiento de prisioneros en cárceles secretas entre 2004 y 2005 y por permitir que los detenidos sufrieran «tratos inhumanos» y otras vulneraciones de derechos humanos. El fallo incluye una indemnización de 100.000 euros a los dos demandantes.
Dos amigos afganos estuvieron encarcelados juntos en Guantánamo, pero siguieron caminos opuestos tras su liberación: uno se convirtió en yihadista del Estado Islámico, el otro se unió a la coalición liderada por Estados Unidos.
Donald Trump ha levantado la polémica una vez más al afirmar que el método de tortura basado en el ahogamiento simulado funciona, y que estaría dispuesto a reintroducir esta técnica en los interrogatorios.
En una entrevista en la cadena estadounidense ABC, Trump dijo: “quiero mantener nuestro país seguro”. Además, añadió que ha hablado “con gente de los más altos niveles de los servicios de inteligencia y les he preguntado ‘¿funciona?’, y la respuesta fue ‘sí, absolutamente”.
A pesar de estar de acuerdo con utilizar este método de tortura, Trump aseguró que consultaría antes con James Mattis, Secretario de Defensa, y con Mike Pompeo, director de la CIA, y dijo que “si no quieren hacerlo, está bien”.
Este centro «nunca debería haber sido abierto, en primer lugar (…) No existe ninguna justificación para que permanezca abierto más allá de la insistente política del Congreso por mantener sus instalaciones», comunica Obama en su correo. Por otro lado, Obama expresa su satisfacción por haber conseguido que de los 800 detenidos que cumplían condensa en Guantánamo, ahora sólo sean 41 los que aún permanecen en las instalaciones, debido a los traslados de la mayor parte de los presidiarios a penitenciarías de otros países. El fracaso de la iniciativa por cerrar la polémica prisión llevada a cabo por el presidente Obama durante su mandato supone una promesa incumplida y oscurece la despedida del mandatario.
Obama deja la Casa Blanca sin haber cumplido su promesa de cerrar la controvertida cárcel situada en una base militar estadounidense en la localidad cubana de Guantánamo, y que encarna para muchos países de todo el mundo los excesos de la lucha antiterrorista emprendida por Estados Unidos tras los atentados del 11 del septiembre de 2001 reivindicados por Al Qaeda y su entonces líder, Osama Bin Laden. Sin embargo, sí consiguió reducir considerablemente el número de presos recluidos en la citada prisión. Cuando Obama llegó a la Casa Blanca en enero de 2009 había 242 presos. El 5 de enero pasado, tras el traslado de cuatro yemeníes a Arabia Saudí, el Pentágono informó que sólo quedaban 55. Con este nuevo traslado a Omán, en la actualidad quedan 45 internos.
«Por orden del sultán Qabus y a petición del gobierno estadounidense que busca una solución a la cuestión de los presos de Guantánamo, diez de estos detenidos han llegado hoy al sultanato para residir aquí de forma provisional», informó el ministerio en un comunicado publicado por la agencia de noticias oficial ONA.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que asumirá el cargo este viernes, ya expresó su oposición a todo nuevo traslado de detenidos de esa prisión militar hacia otros países.
«No debería haber más liberaciones de Guantánamo», había escrito previamente en su cuenta oficial de Twitter Donald Trump. «Son gente extremadamente peligrosa y no deberían poder volver al campo de batalla». La administración Obama se comprometió en una carrera contra reloj a encontrar países de acogida para los detenidos de Guantánamo antes de que concluya su mandato el 20 de enero próximo. El presidente de Estados Unidos no pudo cumplir la promesa de cerrar definitivamente esta controvertida cárcel situada en Cuba y gestionada por EEUU, pero está decidido a dejar un número de presos tan reducido como sea posible.
La notificación llegó justo antes de que se acabara el plazo esta semana, que por ley exige que Obama advierta al Congreso 30 días de antes de sacar a los prisioneros de Guantánamo. Será el último de los traslados recientes destinados a dejar el menor número posible de reclusos para la próxima administración. Sin embargo, el plan de transferencia también significa que la promesa de Obama, que data de la campaña presidencial de 2008, de cerrar las instalaciones, no se cumplirá. Donald Trump ha prometido mantener Guantánamo abierto y “llenarlo de algunos tipos malos”.
«El gobierno está muy comprometido a encontrar una solución a este tema, que pasa por trasladar a Dhiab a otro país donde pueda reencontrarse con su familia», comentó en declaraciones a The Associated Press el delegado de Uruguay para los refugiados de Guantánamo. Dhiab ha protagonizado varios incidentes desde su llegada en diciembre de 2014. Primero viajó a Argentina violando un acuerdo de no salir del país, y allí denunció el fallido intento de Estados Unidos de cerrar Guantánamo. Después comenzó a quejarse públicamente del estilo de vida uruguayo y a protestar frente a la embajada norteamericana. Incluso llegó a presentarse en Venezuela, donde pidió sin éxito ser trasladado a Turquía.
El cierre de esa prisión, creada en la base naval estadounidense en Cuba en 2002 por el expresidente George W. Bush constituye una de las promesas electorales de Obama, galardonado en 2009 con el premio Nobel de la Paz. Esta declaración de intenciones se produce justamente una semana después de la mayor transferencia de presos de Guantánamo en un día, que ha dejado en 61 el número de internos en el penal, sobre cuyo cierre tendrá la última palabra el Congreso de Estados Unidos. En lo que va de año, el gobierno de Obama ha reducido la población carcelaria de Guantánamo por debajo del centenar. No obstante, aún debe convencer al Congreso, de mayoría republicana, de que el cierre de esa prisión es una buena medida para la estrategia de seguridad nacional.
Con el traslado de 12 yemeníes y tres ciudadanos afganos, el total de presos que permanecen en la base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, Cuba, es de 61. La mayoría son detenidos sin cargos o sin juicio desde hace más de una década, lo que ha provocado las críticas de la comunidad internacional por lo que se considera una clara violación de los derechos humanos. No es la primera vez que se realizan este tipo de traslados de presos a Emiratos Árabes.
Obama, que esperaba haber cerrado esta controvertida prisión durante su primer mandato como presidente de Estados Unidos, reiteró su compromiso el pasado mes de febrero de cerrar las instalaciones. Pero, el mandatario estadounidense se enfrenta a la oposición de los legisladores republicanos y algunos demócratas, por considerar que esta decisión solo contribuirá a debilitar al país ante los terroristas islamistas.
Slahi languidece en el centro de detención cubano desde 2002. Antes pasó por una prisión en Jordania y la afgana de Bagram. Las autoridades estadounidenses pidieron su detención por posibles lazos terroristas, pero nunca llegaron a presentar cargos contra él. Esos lazos se remontan a comienzos de los años 90, cuando participó en un campo de Al Qaeda en la época en la que esta organización combatía al Gobierno comunista de Afganistán apoyado por Estados Unidos. Slahi ha asegurado siempre que renunció al grupo terrorista en 1992. Después de trabajar en Alemania y Canadá como ingeniero electrónico, regresó en 2000 a su país. En 2001, poco después del 11-S, EEUU ordenó su detención. En ese momento comenzó su infierno. Un cautiverio sometido a todo tipo de torturas: privación de sueño y alimentación, ahogamiento simulado, palizas, amenazas de violación a su madre, canciones de heavy metal a todo volumen durante horas. La crónica del horror fue plasmada en Guantanamo Diary, que finalmente logró publicar en 2015 tras años de batallas legales. Después de solicitar su libertad en varias ocasiones, ahora una junta ha decidido concederle el hábeas corpus. Los responsables aseguran que Slahi ya no representa «una amenaza significativa para la seguridad de Estados Unidos».
De los 80 prisioneros que quedan, ya ha sido aprobada la transferencia de aproximadamente 30 a otros países. El cierre de Guantánamo es una de las grandes promesas de Barack Obama que aún no ha logrado cumplir.
Canciones tan conocidas como Genie in a Bottle, What a Girl Wants, I Turn to You o Come On Over Baby eran reproducidas durante horas ante la presencia de los detenidos. Con este método, las autoridades intentaban sacarles algo de información. Eran temas del primer álbum de una jovencísima ‘X-Tina’ en su faceta más provocadora. Además, la tortura era muy efectiva dada la imposibilidad del preso de evitarla y porque este tipo de música era seleccionada precisamente para ofender a los detenidos islámicos. La música de Christina Aguilera no es la única con capacidad de torturar a prisioneros, también Alice Cooper o ACDC.
El Post cita bajo anonimato a funcionarios y ex funcionarios estadounidenses, y su investigación partió de una declaración de Paul Lewis, supervisor de los asuntos relacionados con Guantánamo en el Departamento de Defensa, realizada en marzo pasado ante el Congreso. Lewis reconoció en ese momento que varios ex presos de la cárcel de Guantánamo eran responsables de la muerte de estadounidenses fuera de las fronteras, aunque no añadió más detalles. Ahora se conoce que al menos 12 ex convictos estuvieron involucrados en varios ataques contra las fuerzas de EEUU y sus aliadas en Afganistán. Todos los sospechosos fueron liberados de la cárcel durante el Gobierno de Bush.
De los 91 presos que se encuentran actualmente en la prisión en Cuba, 35 han recibido aprobación para ser enviados a terceros países en “los próximo meses”. De los otros 56, una decena han sido condenados ante comisiones militares, y el resto son demasiado peligrosos como para ser enviados fuera de Estados Unidos. “Guantánamo es un símbolo negativo para nuestra seguridad nacional”, añade, “no quiero dejar pasar este problema al siguiente presidente, quienquiera que sea”.
Funcionarios estadounidenses han admitido que tuvieron a Mustafá, que actualmente tiene 37 años y considerado islamista de nivel bajo , en la prisión de la Bahía de Guantánamo durante 13 años, porque su nombre era similar al de un sospechoso de terrorismo de alto perfil.
Según The Wall Street Journal, la propuesta presentada por el ministerio estadounidense ascendía a 600 millones de dólares, una cifra considerada excesiva por la Administración de Barack Obama. Al menos 350 millones habrían ido destinados a la construcción de un nuevo penal en territorio estadounidense al que trasladar a los presos considerados de mayor riesgo. El cierre del penal en suelo cubano es una de las grandes promesas incumplidas de Obama desde el inicio de su mandato en 2008.
Este traslado es el primero de su tipo en los EAU. Washington ha agradecido a los Emiratos Árabes «el apoyo y el esfuerzo de los Estados Unidos para cerrar el centro de detención de Guantánamo». En el penal quedan aún 107 presos.
The transfer is the first to the UAE. Washington thanked the United Arab Emirates “for their effort and support to the United States to close down Guantanamo.” 107 detainees remain in the detention facility.
La liturgia católica se ornó con Victoria y Palestrina y la monodia gregoriana, y por eso mismo escuchar el «Alabaré, alabaré» no deja de ser una razón plausible para apostatar entre espumarajos de rabia cualquier misa de domingo.
Tras decenas de años desde que los rusos consiguieran liberar a los presos supervivientes de los campos de exterminio en Auschwitz hasta nuestros días, el mundo civilizado poco o nada ha aprendido.
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