No tiene más de ocho años y va vestido de verde. El ISIS va a ejecutar a un prisionero en Mosul y nadie quiere perdérselo. Hay otros niños presentes y portando armas, pero este asiste en primera fila a tan solo unos metros. Otro lo intenta, pero no le dejan. Desde que el ISIS tomó el poder en Mosul, las ejecuciones a sangre fría que se hicieron populares en Siria son habituales en Irak. La ONU cree que en Tikrit se están produciendo cientos de ejecuciones, que podrían constituir un “crimen de guerra”.