
Nigeria


Violencia
Se le sale la tristeza, la rabia y el cansancio a borbotones por el blanco de los ojos, unos ojos pequeños llenos de cosas que van perdiendo la luz cada día que pasa.

Las mentiras del atlas
Siempre, desde pequeño, me gustaron los mapas. No fue hasta hacerme mayor que me dí cuenta de que mentían, al menos, los políticos. Ahí estaba mi país, España, identificado con su bandera y limitado con líneas no menos seguras y precisas que, digamos, Nigeria o Irak.

El Califato Islámico en África
El líder de Boko Haram ha proclamado la ciudad de Gwoza, en el estado de Borno, como “parte del califato islámico” en un vídeo distribuido el domingo 24 de agosto, siguiendo la estela del Al-Baghdadi y el ISIL. El Gobierno de Nigeria dedica un breve mensaje en Twitter a desmentirlo. Los expertos consideran que Boko Haram está más cerca que nunca de formar un estado islámico en el norte de Nigeria.



El ébola tiene cura desde 2010
¿Será por eso que a la portavoz del gobierno Obama se le escapó el otro día en rueda de prensa la expresión ataque con ébola cuando daba repaso a la situación? ¿No era que se había producido un contagio espontáneo?




Sacrificio inútil
Boko Haram revela la maldad perversa de tantos asesinos que emplean niños y niñas en sus atrocidades. Les suministran drogas. Les inoculan el miedo a la jefatura. Les instruyen mínimamente en el manejo de las armas. Y de ahí a la ruleta rusa. A morir la vida.

Boko Haram en el corazón de las tinieblas
Quedarse en la sanguinaria anécdota de Boko Haram y regodearse en la distancia que nos separa de esa caterva de salvajes es perderse uno de los fenómenos geopolíticos más importantes de nuestra época: la guerra por el Sahel.


De amor sí se muere
Observar lo evidente desde un prisma subjetivo permite conclusiones que a simple vista se empolvan. Estas chicas son supervivientes de una felonía: del secuestro realizado por los terroristas de Boko Haram en Nigeria hace meses.

Hombre valiente
Huir para salvar a los tuyos es valiente. Dejar que otros se queden con lo que os ha costado sudor y lágrimas conseguir sin volver la vista atrás, es heroico. Lo llevas en la sangre, lo dice tu nombre: guerrero, héroe, hombre valiente.


Lo suyo, su vida
La huida de Joy Bishara de las cadenas de sus captores es una historia de inteligencia y valentía. No hace falta sólo coraje para poder escapar cuando un asesino te tiene secuestrado. El miedo debe atenazarte hasta invalidar tu cuerpo.



Amar, no usar
Adokiye Kirian la ha liado. Esta cantante nigeriana, de 23 años, se ha ofrecido a la organización terrorista Boko Haram a cambio de la liberación de las 219 niñas secuestradas. Estremece escuchar sus declaraciones a una televisión.


#bringbackourgirls, sentimentalismo global
Si la ONU sirviera para algo, cogería con mano firme su resolución 1325, aprobada en el 2000 y no la de Angelina Jolie para alertarnos de la situación de violencia que viven las mujeres en los conflictos armados. Y no piensen que dudo de Jolie.

800 vacas
Lo cierto es que la práctica del terror, proveniente del estado o del contra-estado, suele obedecer a motivos más materiales que espirituales, pero en cualquier caso necesitan revestirse de una legitimidad casi mística para ser comprada por afines y contrarios.

Vacaciones para valientes
En el mundo conviven los lugares más hermosos que pueda imaginar el hombre con las regiones más castigadas por la injusticia o la sinrazón. Guerras, hambrunas, pandemias, dictaduras… son los dramas que se tornan habituales en determinados escenarios del teatro de este planeta. El turismo es ese público dispuesto a revivir como testigos ese guión. Pero hay actos que no son aptos para todos los públicos. He aquí algunos. ¡Ábrase el telón!


Bárbaros y cafres
He aquí un nuevo sujeto internacional para recordar: Boko Haram. No sé lo que significa ni me importa. Es una nueva cara del prisma del terrorismo. Ese enemigo avanza porque aprovecha las lecciones pasadas. Las tácticas terroristas triunfan.



Yo acuso
Hace ya muchos años, como de casi todo, la película francesa “Yo acuso” revolucionó las conciencias de los ciudadanos del país vecino. A veces los humanos necesitamos de un empujón para tomar las decisiones pertinentes.

La miseria de un secuestro
Una vez más, se nos hace patente que el enemigo de la civilización occidental es el islamismo político en la forma de lo que nosotros llamamos terrorismo. Quizá no hubiera que etiquetarlo así, pero sigue siendo cada vez más descarado y peligroso.
Que lo cacen pronto
Hace años conocí a un líder rebelde en una guerrilla africana. Da igual el país. En un asalto a un pueblo secuestraron a un montón de mujeres, y a las que no mataron las convirtieron en sus esclavas sexuales. Excepto a una.

Busquen en España a las niñas nigerianas secuestradas
Es una moda. #BringBackOurGirls. De buena gente. En el colmo de la ironía, se han fotografiado con el cartel de #BringBackOurGirls políticos que han dado la orden de dejar sin asistencia sanitaria a cientos de miles de inmigrantes pobres.

Boko Haram y el error Ben Laden
Boko Haram lleva tiempo expandiendo el Islam de manera salvaje pero discreta. Su terrorismo, metódico y sostenido, se adapta al terreno y a los objetivos: de aldea en aldea y de valle en valle, lleva a cabo una eficaz limpieza cultural y religiosa.

Cuando la educación es pecado
Casi nadie había oído hablar de Boko Haram hasta hace unas semanas. Este grupo terrorista lleva tiempo sembrando el odio en Nigeria. Un país tan pobre como olvidado por la comunidad internacional. Sólo el más atroz e inaudito acto terrorista lo ha devuelto a las portadas.

#BringBackOurGirls
Militantes de Boko Haram (grupo islamista que lucha para instaurar un califato islámico medieval y cuyo nombre significa “la educación occidental es pecado”) atacaron el pasado 14 de abril una escuela secundaria en el pueblo de Chibok , en el estado de Borno, secuestrando a más de 200 alumnas.


¿Y si fueran sus hijas?
Estas mujeres lloran por sus hijas como cualquier madre lloraría por las suyas, cortándose el alma hasta morir. Pero pongan el oído: a ellas no las escuchamos. No nos importan. A pesar de que el dolor traspasa cada píxel de la fotografía, seguimos sin escucharlas.