Siete maneras testadas de potenciar tu creatividad
«La creatividad es un camino personal en el que aprendes a vivir con curiosidad, asombro, autonomía y, sobre todo, con libertad de espíritu»
«La creatividad es un camino personal en el que aprendes a vivir con curiosidad, asombro, autonomía y, sobre todo, con libertad de espíritu»
«En algunos ámbitos pedagógicos no está muy bien visto hacer de adulto, porque al adulto se lo ve como un niño degradado»
Esta etapa tiene una dimensión social y cultural, así que no puede definirse solo por los procesos de maduración biológica
La pérdida incontrolada de orina durante el sueño, enfermedad denominada enuresis, afecta a unos 500.000 niños españoles
Este libro fue muy buscado, como ocurre con algunos niños. La editorial A buen paso es tan pequeña que apenas saca un libro o dos cada año, cuando el año es bueno, y se decidió por esta aventura infantil de Oti Rodríguez Marchante, a quien conocerás por sus críticas de cine en ABC, como una apuesta asegurada para preadolescentes en busca de identidad. Y aunque su autor todavía se debate en si se trata de un libro con niños, para niños o sobre niños, conoce con seguridad que nació de la observación prolongada de sus dos hijos, de 14 y 10 años, que de manera natural le condujeron hasta el título definitivo: La importancia del primer cero.
Cuando yo era niño, con el calor llegaban las medusas, los alemanes y el olor a Nivea. Es un mundo que sigue ahí, imperturbable, un verano tras otro, aunque se escurra entre mis manos como la arena de la playa.
Usted puede preferir los colegios mixtos. Con quince años, mis amigos y yo los preferíamos. Ardientemente. ¡Qué bien nos lo pasábamos lamentando con un desconsuelo garcilasiano que nuestro colegio no lo fuera! Los argumentos a favor de la enseñanza mixta son muy respetables, incluyendo aquellos razonamientos adolescentes (si me perdonan el oxímoron).
Mi abuela se levantaba muy temprano el día 25, cuando el resto del mundo aún dormía. La noche había transcurrido ruidosa: un marido, seis hijos, cuatro nueras, dos yernos, diez nietos, algunas estrecheces y tres o cuatro achaques físicos.
Parecerá un topicazo, pero una de las cosas más importantes en la vida es no olvidar el niño o niña o transgénero –¡que nadie se ofenda!– que llevamos dentro. No perder la curiosidad ni las ganas de jugar. Cuando todo nos parece conocido y aburrido, conservar esa inocencia de la niñez ayuda a ver el mundo de una forma virgen, sin el ruido mediático y popular al que somos sometidos. Tampoco sin ser (tan) víctimas de nosotros mismos. De nuestra experiencia o prejuicios.
La foto de ese niño filipino escarbando en las cenizas y la basura tratando de encontrar algo que llevarse a la boca vuelve a traer a mi memoria la imagen del negrito y el buitre.
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