Apuñalado en un acto de campaña el candidato para la presidencia de Brasil Jair Bolsonaro
El candidato de derecha para las presidenciales de Brasil, Jair Bolsonaro
El candidato de derecha para las presidenciales de Brasil, Jair Bolsonaro
El escritor, poeta, narrador y ensayista español Fernando Aramburu, y periodistas de Argentina, Brasil, Costa Rica, Colombia, Cuba, Portugal y Venezuela han ganado los Premios Rey de España de Periodismo 2018. Junto a los premiados, el diario El País ha logrado el galardón al Medio de Comunicación más Destacado de Iberoamérica, que se concede por primera vez.
La Sociedad China de Educación (CSE, por sus siglas en inglés), una asociación afiliada al Ministerio de Educación, ha lanzado un vídeo de dibujos animados de 10 minutos de duración, que ya se proyecta en las escuelas, y que alerta a los niños de los peligros del espionaje extranjero y les anima a denunciar cualquier actividad sospechosa.
El viernes estaba en redacción y pensaba que la vida es una mierda: qué se puede esperar de un mundo en el que los sobres contra el resfriado saben a coca-cola (eso tan de capitalismo triste, de hedonismo amargo), joder que me estoy muriendo, cread medicinas que no parezcan cubatas, y qué frío, que diluvie ya o pase algo, y encima se muere Federico Luppi, qué tarde he nacido para tantas cosas que hubiese amado, como charlar con él en un bar de Madrid sobre que el futuro es un cachondeo, no más que una trampa del sistema para que agachemos la cabeza y nos convirtamos en esclavos.
Cada vez que asisto a algún congreso de filosofía política en Estados Unidos y llega el momento de tomar un tentempié entre conferencia y conferencia, me invaden dos certidumbres. La primera, que el café que nos ofrezcan estará bastante malo. La segunda, que otros profesores me preguntarán a qué me dedico. Yo entonces contestaré que, entre otros, a analizar las diferencias entre patriotismo y nacionalismo. Mi interlocutor me inquirirá entonces amablemente si no son diferencias evidentes. Y yo deberé aclararle, algo azorado, que en España no.
«Orgullosos de ser españoles». Este es el lema escogido por el Ministerio de Defensa para celebrar el 12 de octubre, el día de la Fiesta Nacional española. El acto central de esta festividad es sin duda el desfile militar que se celebra en Madrid, presidido por los reyes de España, y que todos los años congrega a miles de personas, entre ellas las principales autoridades políticas del país. No obstante, no es el único acto institucional del día, y es que los 16 Museos Estatales dependientes de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, también se unen a la celebración. Te desglosamos en 5 puntos lo más importante de esta fiesta y de la edición de este año:
Sólo en España hay que pedir disculpas por utilizar la palabra patria o declararse patriota, aunque se puede exclamar en público impunemente que se tiene vergüenza de ser español. Pero el patriotismo no es sino la confianza en nosotros mismos expresada en la alegría de nuestra copertenencia. Me imagino que será un escándalo añadir que el patriotismo es una virtud, pero los pueblos que tienen confia nza en sí mismos siempre parten con ventaja a la hora de enfrentarse a una crisis.
Hay un fragmento, escrito por el maestro Antonio Machado, al que acudo a menudo, y que le lavaría la cara a este país cainita si estuviera colgado en lo más alto de cada aula en cada colegio de cada provincia. Ese texto, que tiene por título “Nuestro patriotismo y la Marcha de Cádiz”, fue leído por don Antonio durante el primer centenario de la Constitución de 1812, y deja en el aire ideas, por dar algunas pinceladas, tales como “Sabemos que la patria no es una finca heredada de nuestros abuelos; buena no más para ser defendida a la hora de la invasión extranjera”, por ejemplo, o “la patria es algo que se hace constantemente y se conserva sólo por la cultura y el trabajo”. Pero, sin duda, mi favorita es ésa que reza “no es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra; no basta vivir sobre él, sino para él”. Les recomiendo encarecidamente que lean el fragmento completo si no lo han hecho ya.
El Ministerio Público de Venezuela designado de manera unilateral por la Asamblea Nacional Constituyente madurista ha anunciado el nombramiento de dos fiscales para investigar a los «traidores a la patria» que respaldaron las sanciones económicas contra el país caribeño adoptadas por Estados Unidos del viernes pasado.
Los profesores universitarios a veces sentimos tanta curiosidad por conocer el mundo que incluso aprendemos cosas de nuestros alumnos borrachos. Es lo que les ocurrió a Daniel Katz y su mentor, Floyd Allport, con el gran número de estudiantes que, a inicios de los años 30, abusaban del alcohol en el campus de la Universidad de Princeton. Si el recurso a líquidos espirituosos era tan frecuente, se preguntaron Katz y Allport, ¿era porque verdaderamente los estudiantes ansiaban beber tanto o porque creían que la costumbre era esa y querían adaptarse a los gustos de todos? Su investigación dio como resultado que, de media, los estudiantes deseaban alcoholizarse bastante menos de lo que pensaban que la mayoría quería beber. Es decir, todos creían que había una opinión mayoritaria que, en realidad, no era mayoritaria. Katz y Allport denominaron a este hecho “ignorancia pluralista”.
Patria, de Fernando Aramburu, explica cómo el terrorismo horadó los cimientos morales de la sociedad vasca. Para ello, despliega un escenario innominado por el que transitan todos y cada uno de los arquetipos que, bajo la férula de ETA, se fueron enquistando en las páginas de sucesos.
El 2016 cierra con un ritmo acelerado de eventos y polémicas en el mundo de los libros, desde el Nobel hasta la muerte del dramaturgo italiano Dario Fo.
Algo bueno de ser español, no lo mejor pero sí algo rotundamente positivo, es el pertenecer a una patria poco exigente. Cuando tenía 16 años me llamaron a filas. Acudí al cuartel acompañado de dos amigos. Una señora nos recibió, nos miró y apuntó en un papel lo que creía que medíamos y lo que creía que pesábamos. No acertó en ninguna de sus mediciones. Ni siquiera se acercó. Nosotros acudíamos con vocación sumisa y le sugerimos que, ya que habíamos ido hasta allí, quizás sería conveniente que nos subiera a la báscula. El interés que la patria tenía en nosotros no daba para tanto. Nos despedimos con cordialidad. Hasta ahí llegó la patria conmigo. No volví a tener noticias de ella. Ni de la patria, ni de la señora. Para colmo unos años después me fui a vivir a Madrid, que actúa como el perfecto disolvente de la identidad.
Me preocupa cierto deje colectivo de lejanía, desapego o superioridad cuando nos referimos al conjunto de países hispanoamericanos
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