«Como católico, me siento orgulloso de ser parte de una institución que muestra de modo tan claro que ‘la verdad os hará libres’»
La tradicional gestión de los casos de pederastia dentro de la Iglesia católica ha ocasionado los graves problemas de credibilidad a los que se enfrenta a cada paso la institución.
Tan fuerte y tan malo, tan musculitos y tan asqueroso, tan machote y tan inmensamente cobarde. Y prefiero la oscuridad. Y la luz, salida de la noche oscura que vivieron sus víctimas.
¿Qué nos pasa? Me refiero a los adultos, deberíamos proteger a los niños, evitar que los destruyan de por vida. ¿Por qué no saltan las alarmas cuando tienen que saltar? ¿Hacia donde estábamos mirando cuando ocurría (y sigue ocurriendo) todo esto?