Se han publicado cientos de estudios, se han gastado millones de euros en cumbres climáticas, se han realizado protestas y manifestaciones; los que contaminan siguen contaminando.
A este cronista lo que más le ha impresionado de un par de visitas a la capital es ese cielo permanentemente amarillo de Pekín hasta la noche es amarillenta-, con ese aire acre que te irrita la garganta y te agota al caminar.