MyTO

Populismo

  • En busca de la posmentira

    De Adolf Hitler a Recep Tayyip Erdogan, pasando por Hugo Chávez y tantos otros que acabaron como acabaron (o que van camino de acabar, claro), toda una serie de políticos antidemocráticos llegaron muy democráticamente al poder a través de las urnas y luego mostraron su verdadera cara.

  • Lo que el constitucionalismo no entiende

    Si el constitucionalismo nunca se ha unido bajo las mismas siglas es porque eso es cosa de populismos. Los que defienden la democracia liberal saben que hay que debatir entre ideas y programas, en lugar de buscar la adhesión tribal que alienta la existencia de un nosotros y un ellos. 

  • Juana Rivas y el efecto perverso

    La sentencia de Juana Rivas «fue muy dura porque fue ejemplar» al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

  • Juana Rivas y el efecto perverso

    La sentencia de Juana Rivas «fue muy dura porque fue ejemplar» al pretender evitar que se repita la apelación a juzgar en las calles de lo que deben resolver los tribunales. A este respecto reflexiona Laura Fàbregas en su vídeo de hoy.

  • ¿Una autodestrucción de Trump?

    Hay un momento, en la carrera de un político falsario y corrupto, en que la máscara digna se le cae y queda a la luz de la opinión pública -es decir, de los votantes, cuando ese político vive en un régimen democrático-, generalmente por la acción de los tribunales, del poder legislativo o de la prensa. O de todos ellos. En el caso de Donald Trump, su resistencia ante cualquier revelación, cualquier ataque, cualquier prueba de comportamiento delictivo ha sido notable a lo largo de año y medio de la presidencia más chocante de la historia de Estados Unidos.

  • Paradoja del camorrista

    Casi todas las familias contienen algún miembro problemático que, por el solo hecho de serlo, recibe un trato diferenciado. Hace menos, pero obtiene más; sus faltas se juzgan con menor severidad; sus demandas gozan de prioridad. Son, en una palabra, receptáculos de atención preferente. Y es que jamás se cansan: nunca dejan de expresar sus demandas, acompañándolas de una gestualidad exagerada o de la amenaza de romper la baraja. Ignorarlos es imposible.

  • Una fe que justifica

    Se habla de la envidia y se habla del resentimiento como de dos instintos primarios de la vida política. Miedo y odio, envidia y resentimiento son capas que se superponen la una a la otra. O la una por debajo de la otra, como el poder y la voluntad de poder. El ensayista alemán de origen iraní Navid Kermani escribió lo siguiente al respecto: «Envidia, aunque envidia quizás sea demasiado general y hoy día, en estos años, sería más preciso hablar de resentimiento que de aquella animadversión que reside en la envidia, aunque no sólo en la envidia, sino en la rivalidad y en los prejuicios, en el temor y en el sentimiento de inferioridad, es decir, que de forma inevitable llega al inconsciente».

  • Ilusiones recicladas

    Lo había leído en los titulares ayer a primera hora de la mañana. Las tropecientas notificaciones que uno tiene activadas y que no conceden tregua dominical me propinaron un despertar nutrido de actualidad: los titulares confirmaban que el primero de los tres barcos en que habían sido repartidas las personas que viajaban en el Aquarius había llegado a Valencia. Aún adormilada, también leí en una de esas alertas que Joaquín Sabina se había quedado sin voz en un concierto en Madrid. Me entristeció. No sabría decir siquiera el título de dos canciones del último trabajo del cantautor, pero son tantas las letras que me acompañaron durante la adolescencia que aquella noticia me supo casi a despedida.

  • Juan Ramón de la Fuente: «Los cuatro candidatos de las elecciones de México tienen promesas populistas»

    El psiquiatra mexicano Juan Ramón de la Fuente, exsecretario de Salud de su país y exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México -la mayor institución educativa de América Latina-, entiende las sociedades como organismos que se pueden someter a diagnóstico médico. Así, en su país encuentra «síntomas preocupantes, por ejemplo, el malestar generalizado» provocado por «la violencia, la corrupción, la impunidad…», cuenta a The Objective en Casa de América, donde ha presentado su último libro, La sociedad dolida. El malestar ciudadano, donde desgrana precisamente ese tema. Todos esos factores, considera De la Fuente, van «condicionando un dolor que el organismo exprese su malestar». Es en ese momento cuando hace el diagnóstico: «Desde esta perspectiva, uno puede ver a México como un organismo enfermo». Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina -se celebrarán el 1 de julio-, De la Fuente encuentra que » los cuatro candidatos que hay tienen promesas populistas».

  • Trump o la economía del dinero prestado

    Donald Trump ya lleva un mes entero sin tuitear sobre mercados. La razón es obvia: desde los récords altos de enero la bolsa americana ha caído cerca de un 10% este mes. Y como es de costumbre, el presidente americano solo divulga noticias buenas. Las malas, por supuesto, son falsas. Por tanto permanece callado.

  • Populismos, borracheras y Babel

    El populismo es un estado intermedio de ebriedad política, cuyo desenlace final (la borrachera desmandada) no es otra cosa que la revolución, el desplome del contrato social y la guerra civil. Exagerado, quizás, pero cierto. El licor –la visión maniquea de un sueño utópico, al cual se llega solo tras la destrucción de un enemigo satanizado— es el mismo. Lo que varía es la dosis.

  • ‘Aporofobia’, elegida palabra del año por Fundéu

    ‘Aporofobia’, el neologismo que da nombre al miedo, rechazo o aversión a los pobres, ha sido elegida palabra del año 2017 por la Fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia Efe y BBVA. Por quinta ocasión, la Fundéu BBVA da a conocer su palabra del año, escogida entre aquellos términos que han estado presentes en la actualidad informativa durante los últimos meses y tienen, además, interés desde el punto de vista lingüístico.

  • Estas son las 12 candidatas a palabra del año de la Fundéu

    Cada año la Fundéu elige la palabra en español que más ha marcado esta vuelta al sol, bien sea por su actualidad, por sus dudas sobre la escritura o por suponer una nueva acepción. La elección definitiva tendrá lugar el 29 de diciembre, pero antes la Fundación del Español Urgente ha revelado las 12 palabras candidatas a ser término del 2017.

  • A propósito del viaje de Trump: es tiempo de creerse el cuento chino

    La verdad sea dicha, no hacía falta que Trump fuese a China para recordarnos que estamos en el ocaso de la supremacía norteamericana. Ya algunos morbosos lo sabíamos. Su retórica populista, prepotente, derrotista, su proveniencia del mundo de la “reality tv” y los tabloides neoyorquinos, su carrera empresarial dudosa y fraudulenta –y sí, hasta su peluca, símbolo de inseguridad, vejez y falsedad, de algo que fue y ya no vuelve sino en maquillaje, avisaba de cierto declive, cierta sobredosis de americanidad. Del ocio que se vuelve vicio, el entretenimiento que se convierte en política, el excepcionalismo que es más bien insularidad. Una decadencia que los que seguimos la prensa washingtoniana parecemos atestiguar en tiempo real, escándalo tras escándalo, día tras día.

  • La democracia o el populismo de los ilustrados

    Duro diagnóstico el que presenta José María Lassalle en su Contra el populismo (Debate, 2017). Duro y bien recibido porque puede suponer un golpe retórico efectivo contra el fenómeno estudiado. Bien recibido también por su interesante definición del carácter del populismo: su emotivismo contrario a la razón, su asamblearismo contrario a las instituciones de la democracia liberal, su fundamento en el miedo y en el resentimiento, su relación con el relativismo …

  • La democracia frágil

    Al inicio de su punzante Democracy and Populism, el historiador John Lukacs acude a Tocqueville para plantear una cuestión primordial: “¿Consiste la democracia en el gobierno del pueblo, o, para ser más preciso, en el gobierno por el pueblo?”

  • Macron, el reaccionario

    En términos estrictos, cabe tildar a Emmanuel Macron de reaccionario posmoderno. Su lenguaje no es el del integrismo, sino el de un hombre lúcido que entiende cuál es rostro de la política contemporánea y, sobre todo, en qué consisten sus riesgos. Quiero decir que Macron es un reaccionario postmoderno porque no se bate contra la modernidad –entendida en sus justos términos– sino a favor de ella.

  • Estrella distante

    No será fácil que Europa se aproxime a los ciudadanos. Se trata de un proyecto racional que no se deja sentimentalizar fácilmente. A su favor están los datos; en contra, la facilidad con la que simboliza el status quo cuyo derribo promete acceso a la nación soberana y protectora. Es una ilusión, pero de ilusiones se vive.

  • Las elecciones generales de Holanda, en directo

    Holanda celebra hoy elecciones generales en medio de una expectación y un interés internacional inusitados, debido a la incertidumbre sobre una posible victoria del populismo de ultraderecha en pleno auge de estas formaciones en otros países del continente como Francia y Alemania donde este año también se celebran elecciones.

  • El fantasma del populismo marca las elecciones generales en Holanda

    Este miércoles, los holandeses están llamados a las urnas. Nunca antes unas elecciones generales en este país con 17 millones de habitantes habían acaparado tanta atención fuera de sus fronteras. Pero el creciente apoyo ciudadano, según las encuestas, al líder de extrema derecha Geert Wilders y su Partido de la Libertad (PVV), mantienen al resto de la Unión Europea alerta ante la posible llegada del populismo más exacerbado

  • Y ahora, Le Pen

    El día de la nominación de Donald Trump como candidato republicano a las presidenciales de Estados Unidos una parte de la derecha comenzó un desagradable striptease que, por supuesto, todavía no ha terminado. La siguiente impudicia es ir mostrando, poco a poco, su comprensión con el lepenismo. No mediante un sonoro aplauso, que eso rompería el sugerente clima que requiere el striptease, sino mediante algo más sutil, como la crítica a cualquier crítica que reciba Marine Le Pen.

  • Marianismo exacerbado

    A Mariano Rajoy le hemos señalado su parecido con Bartleby, con Oblomov y con Fabrizio del Dongo, aquel desorientado patricio de La Cartuja de Parma.  Hemos hablado de su letal parsimonia, de su taoísmo innato, de su exasperante ambigüedad galaica, de esa ideología difusa que profesa y que siempre nos termina remitiendo a abstracciones como la normalidad, el sentido común o lo que importa la gente. Hasta le hemos comparado con un percebe, agarrado con más fuerza al poder cuanto más fuerte baten las olas. De él ya lo hemos dicho todo. Ya no queda una gracieta por inventarle.

  • Sánchez, dionisiaco conquistador; susana, apolínea estratega

    El pasado sábado, 28 de enero, Pedro Sánchez se dispuso a tomar el cauce de unas aguas, tras el impulso de la tormenta de Ferraz, en apariencia calmadas. Fue en Dos Hermanas, pueblo de la provincia de Sevilla. Como si de un antiguo rey castellano se tratara, pero a la inversa, Sánchez bajó del norte con intención de conquistar, de reconquistar, el epicentro del socialismo en España, que es andaluz, acaso federal, aunque resida en Madrid por utilidad para la burocracia. En contra de lo que todos apuestan, simpatizantes, militantes y adeptos, hubo apoyo interno -tímido también, sí- en el mitin de Pedro, un aliento que encuentra sus puntos fuertes en el histórico Toscano –alcalde de teoría y cacique de prácticas, en su municipio, se entiende- y Pérez Tapias, ejemplo de un PSOE más inclinado al pensamiento y a la ideología, al tratado y a la filosofía, que al pragmatismo y al eslogan, valores en boga tanto en la sociedad de hoy como en la principal rival de esta facción sanchista, al menos en los titulares y ecos del periodismo, Susana Díaz.

  • Aznar, punki de mayor

    Me he sentado a escribir sobre José María Aznar cuando ha llegado la noticia de la muerte de Paloma Chamorro, nuestra benefactora de ‘La Edad de Oro’. Y me he acordado de lo que contó hace poco Jesús Quintero sobre la primera entrevista que le hizo a Aznar a principios de los noventa. Quintero le había indicado al cámara que mantuviese un primer plano del entrevistado, y nada más comenzar le espetó: “¿Usted ha sido punki?”. No sé qué se trasluciría en su rostro, pero el futuro presidente pensaría sin duda en mazmorras para el entrevistador…

  • En retirada

    La actitud conservadora admite, al menos, dos variantes. La primera se deja guiar por unas convicciones, es doctrinaria y se desplaza de arriba abajo: de las ideas a la realidad más inmediata. La segunda, en cambio, incide en lo que el filósofo inglés Michael Oakeshott calificaba como apego al presente y en la desconfianza hacia los cambios bruscos y las reformas radicales. Para Oakeshott, «ser conservador consiste en preferir lo familiar a lo desconocido, lo contrastado a lo no probado, los hechos al misterio, lo real a lo posible, lo limitado a lo ilimitado…». Por supuesto, en esta concepción del conservadurismo, el credo ideológico prima menos que la estabilidad o que los equilibrios sociales e institucionales del país. Una es activa; la otra, pasiva. La primera quiere imponer un modelo de sociedad –que considera más moderno, más justo o sencillamente más eficaz– y la segunda se conforma con mantener cerrada la caja de Pandora que podría enfrentar a los ciudadanos en una amalgama de conflictos sin soluciones claras. Ambas son instintivas, aunque respondan a instintos de diferente orden. Y, si aplicamos este marco a la política nacional, Aznar y Rajoy representan las dos almas del conservadurismo español, con sus respectivos intereses, sus filias y también sus fobias.

  • La gran diferencia

    Pensé que le estaba plagiando el discurso de investidura a Colau y los podemitas. Por lo de no ser un traspaso de poderes como cualquier otro sino uno que marca un antes y un después. Por lo de estar devolviendo el poder al pueblo y el pueblo al poder. Por lo de que nunca más gente olvidada por su gobierno, nunca más un gobierno sin su gente. Por aquello de las élites que se servían a sí mismas y lo de un gobierno que está, por fin, para servir a su pueblo. Por todo este manual de populismo para dummies, en fin, y valga la redundancia.

  • Seguidores y detractores del populismo, ¿quién contribuye más?

    Lo reaccionario del populismo subyace en su determinismo, en su capacidad de limitar, de antemano, la construcción de cualquier discurso. El mesiánico lo da todo hecho, como los cruceros concertados o las pizzas congeladas. Para los populistas siempre habrá un culpable, un enemigo, una mano negra a la hora de cubrir cualquier contexto: banca, inmigrantes, poderosos, los políticamente correctos, los que en todo ven el populismo. Así, en abstracto, en esa generalización del artículolos que articula, a su vez, el argumento que está por venir. Y es que el populista fija primero al adversario y luego da aire a la idea, en el sentido opuesto a las agujas del reloj de las ideologías. Por otra parte, nos encontramos, obvio, con que ese mundo tan sencillo, tan prefabricado, es una estupenda excusa para declinar motivos razonados, pensamientos, raciocinios, y así satisfacer nuestros instintos ideológicos más cercanos ¿Para qué complicarnos más? ¿Para qué pensar?

  • Merkel llama a la unidad de los europeos ante las negociaciones del Brexit

    «Estamos absolutamente de acuerdo en que no podemos dividirnos», añadió la canciller alemana. La primera ministra británica, Theresa May, tiene previsto comunicar oficialmente antes de finales de marzo el deseo de los británicos de abandonar el bloque en cumplimiento del resultado del referéndum celebrado en junio, dando paso a unas negociaciones de desconexión con la UE de hasta dos años de duración, que se anuncian complicadas.
    El llamamiento a la unidad hecho por Merkel llega después de que el primer ministro de Malta, Joseph Muscat, cuyo país ejerce este semestre la presidencia de la UE, subrayara la necesidad de que los 27 tengan una «misma posición» sobre el Brexit para descartar, así, que Londres pueda apoyarse en posibles divisiones para conseguir concesiones. A pesar de su marcha, Reino Unido ha mostrado su voluntad de continuar en el mercado único europeo, pero sin respetar uno de sus principios fundamentales: la libertad de circulación de trabajadores. Una opción a la que Bruselas se niega.