Este domingo, cerca de 70 jefes de Estado y de Gobierno conmemoran en París el centenario del fin de la Gran Guerra, en un acto que busca reavivar el multilateralismo cada vez más amenazado por los discursos nacionalistas.
En 1918 terminó la Primera Guerra Mundial, que por entonces conocían como la Gran Guerra y que se saldó con 22.477.500 bajas en el lado de los Aliados, y con 16.403.000 en el de las Potencias Centrales. Además del trauma que supuso una contienda de tales dimensiones, hubo otra serie de efectos colaterales. Uno de los principales fue que, terminada la guerra, el mapa de Europa sufrió un cambio sustancial dada la secesión de las provincias del Imperio austrohúngaro o, por ejemplo, que en la revolución rusa había comenzado tan sólo un año antes, en 1917.
Han sido hallados los restos del primer submarino del Gobierno australiano, el HMAS AE1, que desapareció el 14 de septiembre de 1914 cerca de las islas del Duque de York, al noroeste de Papúa Nueva Guinea.
Un submarino alemán de la I Guerra Mundial ha sido encontrado este martes en el mar del Norte, según han informado las autoridades belgas. El submarino, que ha aparecido frente a la ciudad belga de Ostende, se encuentra casi intacto y en su interior es probable que aún se encuentren los cuerpos de los 23 miembros de su tripulación, informan varias agencias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha participado este viernes en el desfile militar de la Fiesta Nacional de Francia en París junto a su homólogo francés, Emmanuel Macron. El presidente francés, durante un breve discurso pronunciado antes de despedir a su huésped, ha asegurado que “nadie separará jamás” a sus dos países, informa Efe.
La amenaza es real. Las pruebas balísticas constantes de Corea del Norte, con su extravagante líder y su carrera nuclear hacia ninguna parte, ponen en tensión a las potencias occidentales, que celebran reuniones y organizan actos para prepararse para el día en que esos lanzamientos sean algo más que ensayos. Con todo, lo cierto es que existe otro peligro, mayor y silencioso, que podría desencadenarse en cualquier momento sin la solemnidad de un lanzamiento atómico.
En su autobiografía, Christie escribe sobre el dilema que se le presentó a la hora de crear al detective que iba a resolver las historias que tenía pensado escribir. «Entonces me acordé de nuestros refugiados belgas. Teníamos una importante colonia de refugiados belgas viviendo en Torquay», explica. «¿Por qué no hacer que mi detective sea belga?, pensé. Había todo tipo de refugiados. ¿Por qué no un oficial de policía refugiado?, me pregunté. Un policía retirado. No demasiado joven».
Los hechos acontecidos hace ya más de un siglo ejemplifican, para los diputados alemanes, “las matanzas masivas, la limpieza étnica, las expulsiones y los genocidios que marcaron el siglo XX de una manera tan terrible”. Esta resolución, pactada previamente por democristianos, socialdemócratas y verdes, ha contado tan sólo con un “no” y una abstención, y con una aplastante mayoría a favor. El Imperio Otomano era aliado del Imperio alemán, por lo que el texto reconoce también el papel germano en el genocidio en tono de autocrítica. Tras la votación, un grupo de armenios invitados al Bundestag mostraron carteles con un mensaje muy simple: “Gracias”. La principal incógnita es ahora cómo reaccionará el ejecutivo turco, y cómo afectará esta resolución del Parlamento alemán a las relaciones y el acuerdo entre la Unión Europea y Turquía. Por ahora, Erdogan ya ha llamado a consultas al embajador en Alemania tras el reconocimiento del genocidio armenio.
El mes de los muertos. Recuerdo mi primera visita adulta a Londres; días también de noviembre y esa niebla tupida y densa dicen los ingleses- como crema de guisantes.
Dejémonos de celebrar aniversarios de guerras. Sobre todo, ahora, que hay tantas. No son mundiales, son bestiales. Y como sigamos celebrando, de aquí a 100 años se pasarán el año recordando cuándo empezó lo de Afganistán, lo de Ucrania, lo de los Balcanes, lo de Irak, lo de Siria…
Se celebra el centenario del inicio de la I Guerra Mundial. Fue el final de un mundo que ya no volverá. Un mundo que describió, con la nostalgia de la absenta y del vino del Rin, un tipo que no pudo resistir aquel derrumbe: Joseph Roth.
Desde hace años, en la búsqueda de vacunas, y quizá de armas biológicas al mejor estilo Indiana Jones, se buscan gérmenes en lugares aislados, escondidos, sin influencias ajenas.