Víctor de la Serna

Un centro-derecha electoral es posible

Un centro-derecha electoral es posible

Fuentes demoscópicas menos interesadas que las que dirige ese Tezanos que jamás ha falsificado un dato en su vida –es lo que ha declarado a El Mundo- han corregido la cocina del último y tan nombrado sondeo del CIS: la intención real de voto sería del 31%, no del 42%, al PSOE y 15% a cada uno de sus oponentes a la derecha, PP y Ciudadanos. Aun con esa rectificación que hemos visto avalada en las redes sociales por personas solventes, como Narciso Michavila, y suponiendo que el trabajo de campo haya sido correcto, las perspectivas a principios de agosto de cara a una posible convocatoria de elecciones en noviembre siguen siendo bastante espinosas para quienes desearían salir de este desliz hacia el populismo desmadrado y la disgregación nacional.

¿Arreglo? Esto tiene poco

¿Arreglo? Esto tiene poco

Para que las disensiones políticas no acaben extendiéndose de forma irreparable al resto de la vida del país, parece imprescindible que las fuerzas democráticas empiecen a encontrar unos mensajes más positivos y conciliadores

Ante nuestra hora más grave

Ante nuestra hora más grave

Refugiarse en el menosprecio por los métodos de sondeo del inefable Tezanos para esperar que las predicciones sean desmentidas por los votos y la derecha salga mejor parada de lo que dicen las encuestas es, a un mes de las elecciones generales, un ejercicio demasiado azaroso, o incluso un remedo del avestruz que hunde su cabeza en la arena.

Trump: punto de inflexión... ¿o no?

Trump: punto de inflexión... ¿o no?

Quizá haya sido el momento definitorio de la presidencia de Donald Trump, o al menos el inicio de un desenlace accidentado: le denuncian directamente por actividades delictivas desde su cargo, y su cacareada cumbre con el apestado dictador norcoreano se rompe en unos minutos cuando Kim le exige el fin de las sanciones sin aceptar la liquidación total de su programa nuclear.

Lo de 'Pepu' define a Sánchez

Lo de 'Pepu' define a Sánchez

Este cronista ha frecuentado muy poco, por no decir nada, a la actual generación de políticos que ocupan las portadas de los medios españoles en 2019. Pero el pluriempleo periodístico y la afición deportiva le llevó antaño a conocer a José Vicente Hernández, Pepu para todo el mundo, en los momentos que lo convirtieron en un personaje nacional tras llevar a un grupo de chavales a conquistar en 2006 el Mundial de baloncesto, proeza que no volverán probablemente a contemplar nuestros ojos ni los de nuestros hijos.

Del sueño de 1978 a 40 años de desgaste

Del sueño de 1978 a 40 años de desgaste

Fue el sueño de una breve legislatura y yo recuerdo el camino hacia la Constitución de 1978 a través de un prisma bastante particular: el de quien era un periodista joven, atosigado por el momento histórico y por la responsabilidad de redactor jefe de cierre de un diario vespertino -sí, esas cosas existían- obligado a meter con calzador la mayor cantidad de noticias históricas cada día antes de las tres de la tarde, y a la vez el del hijo de uno de los senadores que estaban escribiendo aquella Constitución democrática.

Nervios tras esa pírrica 'victoria'

Nervios tras esa pírrica 'victoria'

Los republicanos han afianzado su mayoría en el Senado, y con eso Donald Trump y todos sus partidarios dentro y fuera de Estados Unidos están proclamando una gran victoria. Y puede que lo sea, y que la confianza generada por ella sea la que ha movido al presidente a echar a la calle a su ministro de Justicia -fiscal general, en la terminología local- Jeff Sessions y a declarar prácticamente la guerra a la Cámara de Representantes. Pero puede que no lo sea tanto, y que la tendencia general del voto hacia los demócratas y la pérdida de esa Cámara baja hayan sacudido al trumpismo y empiecen a atemorizarlo.

En busca de la posmentira

En busca de la posmentira

De Adolf Hitler a Recep Tayyip Erdogan, pasando por Hugo Chávez y tantos otros que acabaron como acabaron (o que van camino de acabar, claro), toda una serie de políticos antidemocráticos llegaron muy democráticamente al poder a través de las urnas y luego mostraron su verdadera cara.

Quo vadis, Europa?

Quo vadis, Europa?

La tragedia de la autopista genovesa que ha sacudido Italia es muy italiana, sí, pero no podemos taparnos los ojos ante su dimensión europea. Es la de un continente que salió triunfalmente de la posguerra como líder de la modernidad en el mundo pero ha acabado, a lo largo del último cuarto de siglo, atenazado por varias formas de parálisis económica y social, de ensimismamiento, de abstrusas polémicas partidistas en las que los extremistas de derechas e izquierdas piadosamente englobados en ese eufemismo de «populistas» han dominado un estéril debate mientras la actividad creativa poco a poco se agostaba.

Memoria histórica… hasta 1931, por favor

Memoria histórica… hasta 1931, por favor

Ya se ha glosado estos días la situación de penosa contradicción interna en la que se ha colocado el PSOE, recién llegado al poder, con su ataque frontal a lo que ve como herencia del horrible régimen franquista en la España posterior a Franco, incluida la hoy denostada Transición. Claro está, como aquélla fue consensuada entre políticos que procedían del Régimen, de la oposición interna y del exilio, la denuncia de la relanzada Memoria Histórica recae sobre todos ellos, incluidos los prohombres del propio PSOE: sin la participación de Felipe González, de Alfonso Guerra, de Gregorio Peces-Barba, de Enrique Tierno y de tantos otros, jamás habríamos tenido Transición. Fueron tan importantes como Fraga, Suárez o Carrillo. Y tan reprobables. ¿Qué espera Pedro Sánchez para repudiarlos, para quitar el carnet del partido a los que aún viven? Ellos blanquearon la dictadura y dejaron al dictador en su tumba de Cuelgamuros, según el nuevo credo, ¿no?

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