Víctor de la Serna: no todo es ajo ni preocupaciones religiosas
«Nunca perteneció a ese periodismo servil y manipulador, enfangado o subvencionado. Ni al fabricado con bulos y advenedizos»
«Nunca perteneció a ese periodismo servil y manipulador, enfangado o subvencionado. Ni al fabricado con bulos y advenedizos»
«Detrás de esa fachada dura se ocultaban una bonhomía restallante y un sentido del humor castizo y socarrón y, especialmente, un periodista de raza»
El periodista fue el primer español graduado por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York
«La Iglesia parece en camino de abandonar su papel de faro espiritual para acomodarse a las exigencias de lo políticamente correcto, o lo que pasa por tal en estos tiempos»
«Pedro Sánchez no está, con toda esa sarta de controvertidas medidas, mermando apenas el apoyo que recibe la coalición gubernamental de la opinión pública. Es decir, está ganando la batalla»
«¿Qué hace Trump? Sigue riéndose de la Kung Flu, desdeñando su gravedad y ofendiendo a los millones de personas que sufren»
«El problema es que ni Cs ni PP van a poder llegar al éxito en su esfuerzo porque ello exigiría dos condiciones en la parte contraria que en realidad no existen: la buena fe y la competencia»
«Una nueva forma de ver el mundo ha ido ganando adeptos y fuerza: de los oponentes ya no se quieren conocer las ideas, ni siquiera las maldades, sino solo vituperarlos»
«Los males de una revolución industrial como la de hace siglo y medio, unida a un poder autocrático marxista y al desarrollo tecnológico del siglo XXI, producen estos monstruos, y más que producirán»
«La democracia parlamentaria, la iniciativa privada, la libertad de expresión, son evidentes objetivos a destruir para Iglesias, y lo es una institución esencial, la Justicia independiente»
«Hace dos semanas nos preguntábamos aquí si la democracia sería la última víctima del Covid-19. Esa inquietud, por desgracia, ha ido ‘in crescendo’ ante el espectáculo de un país y un mundo sin respuestas»
«De una antiquísima familia noble, este grande de España innovó desde siempre, no contentándose con ser gran terrateniente como sus antepasados, sino marchando a formarse como ingeniero agrónomo en Estados Unidos»
«Muchos conservadores europeos y españoles admiran a Trump por lo que ven su capacidad de decisión. Otros dudamos de su raciocinio y quisiéramos volver a ver a un moderado que construye en lugar de un radical que castiga y premia a su capricho»
«Cuando cayó el muro de Berlín nos dijeron que las democracias habían ganado la guerra a las autocracias. Pero no era la guerra, era una batalla»
«El silencio y la falta de iniciativa de Casado mientras Inés Arrimadas, a la cabeza de su mermada cohorte de Ciudadanos, intentaba convencer a Pedro Sánchez de que formase un Gobierno constitucionalista, son de los que dan que pensar»
España es un país amenazado de liquidación. Ni los atentados, ni un golpe de Estado estuvieron tan cerca de doblegarla
El presidente de Vox asegura que «los dos perdedores» de las elecciones han cometido la «mayor y más burda estafa electoral de la democracia»
Todo apunta a que Pablo Iglesias tendrá una de las vicepresidencias del Gobierno, con competencias, muy probablemente, en derechos sociales
«La rapidez de la reacción de Sánchez significa: todo lo dicho hasta ahora queda sometido a revisión»
«Si hasta el ‘Financial Times’ ya propone que se reforme el capitalismo, los liberales habremos de conceder al menos que el sistema se ha ido torciendo»
«No hay mayor contraste con las gallardas hazañas de nuestros deportistas que el inmovilismo político en el que está sumido este sufrido país. Ese contraste no ha pasado inadvertido para una enorme cantidad de ciudadanos»
Fuentes demoscópicas menos interesadas que las que dirige ese Tezanos que jamás ha falsificado un dato en su vida –es lo que ha declarado a El Mundo- han corregido la cocina del último y tan nombrado sondeo del CIS: la intención real de voto sería del 31%, no del 42%, al PSOE y 15% a cada uno de sus oponentes a la derecha, PP y Ciudadanos. Aun con esa rectificación que hemos visto avalada en las redes sociales por personas solventes, como Narciso Michavila, y suponiendo que el trabajo de campo haya sido correcto, las perspectivas a principios de agosto de cara a una posible convocatoria de elecciones en noviembre siguen siendo bastante espinosas para quienes desearían salir de este desliz hacia el populismo desmadrado y la disgregación nacional.
Para que las disensiones políticas no acaben extendiéndose de forma irreparable al resto de la vida del país, parece imprescindible que las fuerzas democráticas empiecen a encontrar unos mensajes más positivos y conciliadores
Está claro que ni a Sánchez ni a Salvini les va a hacer ninguna gracia la vigilancia acrecentada a la que pueden esperar enfrentarse a partir de ahora.
Hace medio siglo éste era el momento en que los madrileños nos preparábamos para el placer de la temporada: ¡Por fin iban a llegar las frambuesas!
Las coaliciones cortoplacistas podrían calmar a los mercados, pero no son solución para un país gravemente amenazado por la implosión, por la ruptura dolorosa porque los más hayan abdicado ante los menos
Refugiarse en el menosprecio por los métodos de sondeo del inefable Tezanos para esperar que las predicciones sean desmentidas por los votos y la derecha salga mejor parada de lo que dicen las encuestas es, a un mes de las elecciones generales, un ejercicio demasiado azaroso, o incluso un remedo del avestruz que hunde su cabeza en la arena.
Quizá haya sido el momento definitorio de la presidencia de Donald Trump, o al menos el inicio de un desenlace accidentado: le denuncian directamente por actividades delictivas desde su cargo, y su cacareada cumbre con el apestado dictador norcoreano se rompe en unos minutos cuando Kim le exige el fin de las sanciones sin aceptar la liquidación total de su programa nuclear.
Este cronista ha frecuentado muy poco, por no decir nada, a la actual generación de políticos que ocupan las portadas de los medios españoles en 2019. Pero el pluriempleo periodístico y la afición deportiva le llevó antaño a conocer a José Vicente Hernández, Pepu para todo el mundo, en los momentos que lo convirtieron en un personaje nacional tras llevar a un grupo de chavales a conquistar en 2006 el Mundial de baloncesto, proeza que no volverán probablemente a contemplar nuestros ojos ni los de nuestros hijos.
Fue el sueño de una breve legislatura y yo recuerdo el camino hacia la Constitución de 1978 a través de un prisma bastante particular: el de quien era un periodista joven, atosigado por el momento histórico y por la responsabilidad de redactor jefe de cierre de un diario vespertino -sí, esas cosas existían- obligado a meter con calzador la mayor cantidad de noticias históricas cada día antes de las tres de la tarde, y a la vez el del hijo de uno de los senadores que estaban escribiendo aquella Constitución democrática.
Los republicanos han afianzado su mayoría en el Senado, y con eso Donald Trump y todos sus partidarios dentro y fuera de Estados Unidos están proclamando una gran victoria. Y puede que lo sea, y que la confianza generada por ella sea la que ha movido al presidente a echar a la calle a su ministro de Justicia -fiscal general, en la terminología local- Jeff Sessions y a declarar prácticamente la guerra a la Cámara de Representantes. Pero puede que no lo sea tanto, y que la tendencia general del voto hacia los demócratas y la pérdida de esa Cámara baja hayan sacudido al trumpismo y empiecen a atemorizarlo.
De Adolf Hitler a Recep Tayyip Erdogan, pasando por Hugo Chávez y tantos otros que acabaron como acabaron (o que van camino de acabar, claro), toda una serie de políticos antidemocráticos llegaron muy democráticamente al poder a través de las urnas y luego mostraron su verdadera cara.
La memoria histórica, así, sin mayúsculas, sin carga ideológica particular, sin exclusiones, siempre es útil para comprender de dónde venimos, y por qué venimos de allí.
La tragedia de la autopista genovesa que ha sacudido Italia es muy italiana, sí, pero no podemos taparnos los ojos ante su dimensión europea. Es la de un continente que salió triunfalmente de la posguerra como líder de la modernidad en el mundo pero ha acabado, a lo largo del último cuarto de siglo, atenazado por varias formas de parálisis económica y social, de ensimismamiento, de abstrusas polémicas partidistas en las que los extremistas de derechas e izquierdas piadosamente englobados en ese eufemismo de «populistas» han dominado un estéril debate mientras la actividad creativa poco a poco se agostaba.
Es fácil hacerle frente a un verano caluroso si tenemos los alimentos correctos en la mesa. Imprescindibles en el menú del verano: el gazpacho y el bonito.
Ya se ha glosado estos días la situación de penosa contradicción interna en la que se ha colocado el PSOE, recién llegado al poder, con su ataque frontal a lo que ve como herencia del horrible régimen franquista en la España posterior a Franco, incluida la hoy denostada Transición. Claro está, como aquélla fue consensuada entre políticos que procedían del Régimen, de la oposición interna y del exilio, la denuncia de la relanzada Memoria Histórica recae sobre todos ellos, incluidos los prohombres del propio PSOE: sin la participación de Felipe González, de Alfonso Guerra, de Gregorio Peces-Barba, de Enrique Tierno y de tantos otros, jamás habríamos tenido Transición. Fueron tan importantes como Fraga, Suárez o Carrillo. Y tan reprobables. ¿Qué espera Pedro Sánchez para repudiarlos, para quitar el carnet del partido a los que aún viven? Ellos blanquearon la dictadura y dejaron al dictador en su tumba de Cuelgamuros, según el nuevo credo, ¿no?
España, país milagroso donde los percances climáticos no afectan la calidad de los vinos.A partir de 1993 no hay ni una calificación que sea menos que buena
Muchos productos silvestres adquieren en la primavera sus cualidades más gloriosas y delectables. Merece la pena ir en su busca.
El periodista Víctor de la Serna opina sobre la libertad de expresión en tiempos de redes sociales y sobre las potenciales consecuencias para la sociedad del «todo vale».
El periodista Víctor de la Serna opina sobre la libertad de expresión en tiempos de redes sociales y sobre las potenciales consecuencias para la sociedad del «todo vale».
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