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Los náufragos no son los únicos que beben agua de mar

Los beneficios del agua de mar son múltiples, y en su consumo moderado está la virtud.

Los náufragos no son los únicos que beben agua de mar

Imaginad que estáis paseando por la calle, bajo los poderosos rayos de sol, con un sofoco tremendo. Vuestro cuerpo comienza a flaquear por el calor, os tiemblan las piernas y más que sudor parece que os hayáis dado un chapuzón en la piscina. Es entonces cuando la anatomía humana, ese complejo y astuto organismo, está pidiendo a gritos una hidratación urgente. Y por supuesto hay que hacerle caso, no vaya a ser que nos deje tirados en cualquier rincón.

Y ahora imaginad que entráis a cualquier tienda para comprar esa bebida milagrosa que os deje como nuevos. Abrís la nevera del local y encontráis una botella reluciente, distinta a las demás. Leéis la etiqueta: “Agua de mar”. ¿La compraríais? Antes de responder, es necesario que resolvamos las múltiples dudas que rodean este agua cuya proporción en nuestro planeta representa cerca del 70% de su superficie.

Características del agua de mar: ¿agua + sal?

El agua marina está compuesta, según diferentes análisis, por hasta 95 elementos de la tabla periódica. Es decir, todos los componentes minerales que pueden encontrarse en la superficie terrestre, como el sílice, el yodo o el fósforo. Así lo asegura Mariano Arnal, de la Fundación Aqua Maris, una institución ubicada en Badalona que lleva años estudiando los beneficios de este agua. Su principal virtud, dice Arnal, es que ofrece un aporte completo y equilibrado para la nutrición humana.

Un buen baño en el mar es maravilloso, y los nutrientes que están diluidos en su agua aún más. (Yannis Behrakis / Reuters)
Un buen baño en el mar es fantástico, y los nutrientes que están diluidos en su agua aún más. (Yannis Behrakis / Reuters)

De esta manera, y teniendo en cuenta que numerosas enfermedades están originadas por un déficit de minerales, la aportación nutricional del agua de mar sólo conlleva beneficios para la salud. Incluso hay varias áreas como el sistema respiratorio, el digestivo y el dérmico que responden especialmente bien al tratamiento con agua de mar. Sin embargo, ¿qué cantidad sería la idónea para su consumo?

Lo primero que debemos aclarar es que en la moderación está la virtud. Arnal propone que cada persona tiene unas necesidades diferentes y cada uno debe encontrar las cantidades que le resulten saludables. “Por norma general, desde Aqua Maris planteamos un límite de 200-250 ml al día. Pero hay personas que pueden tolerar desde 20 ml como máximo hasta 500 ml”, afirma.

Comercialización: del mar a la tienda

“Hoy en día existen más de 10 empresas que comercializan agua de mar”, dice Arnal. Y es que la demanda de este agua ha experimentado un auge sorprendente en los últimos años. Un buen ejemplo de ello son los Laboratorios Quinton, con sede en la provincia de Alicante. Ante tal situación, la European Food Safety Authority ya se ha pronunciado al respecto con un completo artículo sobre los criterios mínimos de higiene que se deben cumplir para el uso doméstico del agua de mar.

Puede que no sea la mejor para hidratarse, pero el agua de mar aporta todos los minerales necesarios para el equilibrio nutricional. (Eric Thayer / Reuters)
El agua de mar aporta todos los minerales necesarios para el equilibrio nutricional. (Eric Thayer / Reuters)

Con la sal ocurre un caso curioso. El cloruro sódico representa, en residuo seco, cerca del 85% del agua de mar. Y en el 15% restante, diluidos en el agua, se encuentran los demás minerales tan nutritivos. Teniendo en cuenta este dato, Arnal asegura que “en la sal que encontramos en el mercado, la ley determina que la presencia de cloruro sódico ha de ser del 94% para la sal marina virgen y de un 97% para la sal pura. Por tanto, el porcentaje de minerales se reduce al mínimo”.

Otro fenómeno que ha crecido considerablemente es el cultivo con agua marina. En Aqua Maris llevan trabajando casi nueve años en el proceso, que consiste en “imitar a la naturaleza aportando el riego desde dentro de la tierra incluyendo, obviamente, agua de mar”. Según Arnal, los resultados son espectaculares si se aplica correctamente.

Despejando mitos

El desconocimiento en este tema ha provocado que surjan numerosos mitos en torno al consumo de agua de mar que, como toda leyenda, tienen su parte de realidad. Eso sí, con puntualizaciones. Se dice que los náufragos que la bebían desesperados para hidratarse durante sus largas travesías oceánicas, acababan volviéndose locos o muriendo por los efectos tóxicos de la sal.

Tom Hanks se divirtió mucho con su amigo, la pelota Wilson, después de estar solo en una isla desierta en la película de Náufrago.
Tom Hanks y la pelota Wilson se hicieron grandes amigos en la película de Náufrago.

La cordura para su explicación está en el punto medio, como casi todo en la vida. Si se consume en exceso, el agua de mar es nociva para la salud. Pero tantos chefs no pueden estar equivocados, ya que son muchos los que la utilizan en la preparación de algunos de sus platos. Por ejemplo Quique Dacosta, al que entrevistamos en The Objective hace unos días.

Volviendo al principio del artículo, situándonos de nuevo en esa tienda donde está la reluciente botella de agua de mar, quizá podríais responder ya a la pregunta de si la compraríais o no. Es cierto que el agua de mar no destaca precisamente por su capacidad para hidratarnos y refrescarnos, pero sí por su riquísimo aporte nutricional. Si tenéis la oportunidad, ¿por qué no comprobáis los resultados por vosotros mismos?

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