El móvil perfecto, según los millennials y la generación Z
Los millennials van a suponer «las tres cuartas partes de toda la fuerza de trabajo dentro de apenas seis años» y la generación Z «va a representar el 40% de todos los consumidores en 2020»
El tamaño importa. Los jóvenes, concretamente los millennials y la generación Z, valoran una pantalla grande como uno de los aspectos más importantes a la hora de elegir un teléfono móvil. Otra de las características es la autonomía de la batería, para poder estar hiperconectados las 24 horas del día y los siete días de la semana. También sobresalen la calidad de la cámara, lo intuitivo que sea el software y la facilidad para compartir contenidos por redes sociales. Los jóvenes quieren, además, una buena capacidad de almacenamiento, para disponer de todo su mundo en el bolsillo a golpe de clic.
Son los datos extraídos de un análisis elaborado por el sociólogo de Ipsos Mario Arqued, especializado en las generaciones millennial y Z, y por Wiko, empresa tecnológica francesa dedicada a la fabricación de smartphones. «Lo que ambos comparten es que ambos se sienten hiperconectados con el entorno que les rodea y quieren estarlo», cuenta Arqued a The Objective. «Los dos conciben la tecnología como la herramienta fundamental para relacionarse con el entorno, con lo que les rodea, con todos sus círculos, personales, laborales, o el tipo de círculos que ellos tengan», amplía.
El informe señala cuatro beneficios claves que ambas generaciones (es decir, las personas, a grandes rasgos, nacidas entre principios de los años ochenta del siglo XX y 2010) encuentran, e incluso buscan, en las nuevas tecnologías. Uno de ellos es la exploración. Para ellos, la tecnología es «una ventana al mundo» que les permite «tener acceso a todo tipo de contenidos, de funciones, de objetivos del día día y de todo tipo de acciones que encajan muy bien con un target activo e hiperconectado que siempre quiere saber lo que está pasando fuera», ha explicado Arqued durante la presentación del estudio. Un segundo beneficio es la hipersociabilidad. Estas generaciones valoran muy positivamente que la tecnología móvil les permita estar constantemente «en contacto con sus círculos más cercanos, de amigos, de conocidos».
Un tercer beneficio que apunta Arqued es la posibilidad de desarrollar su personalidad mediante la tecnología. «Ellos utilizan la tecnología para crear su propia personalidad, para entender qué tipo de personas son, para construirse como personas». Un último beneficio es evitar el efecto FOMO (siglas de la expresión anglófona «fear of missing out«, es decir, «miedo a perderse algo»). Consiste en «no quedarme fuera de ningún contenido, de ningún evento de, ninguna acción, de ninguna interacción en la que yo quiera estar».
Potentes fuerzas económicas
Conocer y entender a los millennials y a la generación Z es importante, señala el sociólogo de Ipsos, porque los primeros van a suponer «las tres cuartas partes de toda la fuerza de trabajo dentro de apenas seis años». Sus sucesores, por su parte, «van a representar el 40% de todos los consumidores en 2020».
Pero también presentan «varias diferencias fundamentales» en el uso de dispositivos como el móvil, apunta el sociólogo a The Objective. «Es verdad que los millennials, como generación o como concepto, son un poco menos nativos. Hay una parte que ha tenido que aprender un poco más cómo se manejan los dispositivos o cómo se interactúa por redes sociales o cómo se producen contenidos. En cambio los Z no; ellos son los verdaderamente nativos, los que han nacido con este punto y no les ha supuesto una dificultad el aprender o el naturalizar una relación que de por sí ya es natural desde su propio nacimiento y es una generación que entiende mucho mejor el concepto de prosumición o de que generar contenidos es tan importante como consumirlos».
Pero hay más: la Z es una generación que «maneja con mucha mayor soltura diferentes dispositivos. Al final, los millennials tienen que aprender a manejar y a calendarizar más la parte de ‘tengo una tablet, tengo una tele, tengo un monitor, tengo un móvil o tengo una consola’. Lo manejan bien, pero igual tienen que pensarlo un poco más. En cambio los Z manejan estas cinco pantallas con total soltura: no se plantean la distribución de tiempos, no se plantean la distribución de relevancias. Lo ven como lago natural y es coger una u otra en función de lo que obtienen de cada uno de ellas».
