Las secuelas de Filomena: ¿quién cubre los daños del temporal en coches, viviendas y empresas?
Tras 48 horas de auténtica ciencia ficción, empezamos a recuperar la normalidad. Las secuelas de Filomena inundan las calles del país y se acumulan los siniestros en hogares, coches y comercios.
Las últimas 48 horas han sido auténtica ciencia ficción. Las calles de Madrid, cubiertas de blanco como no lo estaban desde 1971, amanecían el sábado pasado sin carreteras ni coches, pobladas únicamente por familias, amigos y parejas que hacían muñecos de nieve o se enterraban bajo los casi 60 cm de nieve que cubrían las aceras.
Sin embargo, una vez que se vaya recuperando la normalidad tomaremos conciencia de la cantidad de siniestros producidos en hogares, edificios y comercios por hundimiento de tejados y de cubiertas debido al peso de la nieve y del hielo, por filtraciones por el deshielo y por la caída de árboles. Ante la incertidumbre y un cierto caos, en The Objective resolvemos las dudas sobre quién cubre los gastos y daños producidos por las secuelas de Filomena.
¿Qué es el Consorcio de Compensación de Seguros y qué cobertura tiene?
Este nombre es uno de los que más se ha escuchado en las últimas horas, ya que muchos lo han considerado la opción principal a la que recurrir dadas las dimensiones del temporal Filomena. El Consorcio de Compensación de Seguros es una entidad pública empresarial, adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que se encarga de cubrir daños producidos por riesgos extraordinarios.
Entre los eventos bajo su cobertura están las inundaciones, los embates de mar, las tempestades de viento con rachas superiores a 120 kilómetros por hora, los tornados y los terremotos; pero no las nevadas. ¿Cuál va a ser entonces el papel del Consorcio tras los efectos de Filomena?
Esta entidad pública no cubrirá los siniestros producidos directamente por la nieve o por heladas derivadas del temporal, pero sí indemnizará los daños derivados de la inundación por deshielo posterior o por fuertes vientos. La cobertura del Consorcio es del 100% en caso de daños sobre viviendas, automóviles o comunidades de propietarios; y del 93% para siniestros en fábricas, empresas y comercios.
Eso sí, «en estos momentos, el CCS no tiene estimaciones de los daños asegurados producidos por las nevadas. En primer lugar, porque no tiene habilitación legal para indemnizar estos daños; y en segundo lugar, porque las verdaderas consecuencias que estas nevadas tendrán para el CCS se conocerán más adelante, cuando se generen, en su caso, anegamientos y desbordamientos por el deshielo», explica el Director de Operaciones del CCS, Alejandro Izuzquiza.
El organismo público dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital tiene atribuida la indemnización de los daños que ocasionen determinadas catástrofes naturales, siempre y cuando las personas y los bienes afectados se encuentren asegurados y bajo supuestos perfectamente tasados, aclara Izuzquiza. En ese caso, hay dos formas de reclamar los daños que sí estén cubiertos por el Consorcio:
En caso de inundación, los asegurados deben solicitar su indemnización al CCS. Esto puede hacerse en la página web del CCS en cualquier momento o en el centro de atención telefónica (su teléfono gratuito es el 900 222 665), a partir de las 9:00 de este lunes.
En caso de daños por viento, los asegurados deberán dirigirse a sus entidades aseguradoras directamente, ya que el CCS tiene un convenio con estas. Una vez determinadas las zonas en las que el viento ha superado los umbrales establecidos en la legislación del seguro (mediante informes de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)) el CCS reembolsará a las aseguradoras las indemnizaciones que estas trasladarán a sus clientes.
¿Cuál es el papel de las aseguradoras tras las secuelas de Filomena?
Dadas las limitaciones del Consorcio de Compensación de Seguros para cubrir el deterioro por nieve, está en manos de los seguros privados hacerse cargo de estas indemnizaciones. Las compañías aseguradoras tendrán que ocuparse de los costes asociados a siniestros que haya ocasionado la nevada de forma directa o las heladas posteriores.
Entre los principales accidentes y daños producidos se esperan los siguientes: caída de árboles, aludes, desprendimientos de tejados o cornisas, tuberías congeladas y cortes en el agua, rotura de puertas de cristal o infraestructuras frágiles por el viento, accidentes de tráfico en zonas heladas o nevadas, pérdida de ingresos por cierre temporal de negocio, daños entre vecinos (como desprendimientos o humedades), estallido de tuberías por tapones de hielo, cables congelados y después humedecidos que crean cortocircuitos, e incluso un exceso de utilización de aparatos de calefacción que no estén en condiciones de uso y generen accidentes domésticos. Ante tal variedad y dispersión de siniestros, las aseguradoras piden cautela.
Desde la correduría de seguros Bidarte insisten en que «cada contrato es distinto», y en la Mutua Madrileña aseguran que la indemnización que particulares o empresas puedan reclamar «dependerá de la cobertura que tenga cada cliente». «Ahora todavía es pronto; el afectado tendrá que dar un parte, hacer fotografías, y tendrá que ir un perito», comentan. Por ejemplo, para los daños en vehículos por el viento (si este tiene una velocidad inferior a 120 km/hora y, por tanto, no lo cubre el CCS) o el impacto de objetos desplazados, como la caída de árboles por el peso de la nieve, hay cobertura para los dueños de vehículos con seguros a todo riesgo.
Dadas las dificultades para desplazarse provocadas por el temporal, algunas aseguradoras, como Allianz, han intensificado sus sistemas de peritación digital, los cuales permiten valorar los daños a través del teléfono móvil. Con este sistema, la compañía realiza más de 100.000 peritaciones digitales al año.
¿Y qué ocurre con el deterioro de las viviendas? Filomena ha dañado mayoritariamente balcones, terrazas o fachadas. En este sentido, es fundamental saber hasta qué punto nos cubre la comunidad de vecinos propietarios. Es muy frecuente que los seguros contratados por la comunidad no cubran lo relacionado con el mantenimiento del inmueble, pero sí puede estar cubierta la llamada «responsabilidad civil»: esta se refiere a los daños a terceros que haya podido ocasionar, por ejemplo, el desprendimiento de una cornisa o una humedad en casa del vecino.
En cuanto a daños sufridos por negocios o comercios, como el «lucro cesante» (cuando se pierde una ganancia legítima o una utilidad económica como consecuencia de un evento dañino), pueden estar cubiertos por el «seguro de comercio», explican desde Bidarte. De nuevo, dependerá del contrato de cada cliente, pero si un empresario tenía mercancía perecedera en su comercio, no ha podido acudir y la mercancía que iba a vender se ha estropeado, el seguro de comercio al que esté sujeto la tienda cubrirá esa pérdida.
Sin embargo, los seguros se encuentran también a la espera de que se pronuncien las autoridades: Madrid ha pedido al Gobierno central que se le declare «zona catastrófica» para que los gastos de todo lo ocurrido sean soportados por el Estado, y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha asegurado este lunes que habrá que evaluar los daños para tomar una decisión.
Por otro lado, comienza un proceso de negociaciones y gestión entre las administraciones y el Ministerio de Asuntos Económicos para determinar si lo ocurrido con Filomena se puede incluir en los «hechos consorciables». Esto puede llevar hasta seis meses, pero si el Consorcio se hace cargo finalmente de las secuelas del temporal, todos los seguros privados trasladarían sus gastos al CCS, y la prima que el asegurado tiene que pagar a su compañía tampoco subiría.