Restaurantes en Salamanca: un referente, un estreno y nuevos Soles Repsol
La capital charra puede presumir de arte y fogones a partes iguales. Unas cocinas que vienen pisando fuerte con una plaza muy marcada por la tradición culinaria
Salamanca se cuenta entre esas ciudades que no necesitan carta de presentación; es patrimonio de la humanidad y esto ya es mucho decir. Conocida como la ciudad dorada por la piedra de Villamayor con la que está construido el centro histórico y que brilla cuando la luz del sol la acaricia. El atardecer saca de sus monumentales fachadas esos tonos rojizos que las hacen únicas. Y como no, sus restaurantes.
Maravillas arquitectónicas aparte, Salamanca también puede presumir de restaurantes, cocinas y fogones. Una plaza sabrosa, marcada por la tradición culinaria, pero que en la última década ha vivido una muy interesante revisión. Lo ha hecho gracias a la mirada de la joven hornada de cocineros que han llegado para quedarse ofreciendo renovación sin cortapisas ni complejos. Sin duda, tienen muy claras las raíces castellanas, que no pierden, pero van más allá; modernidad, novedad, vanguardia, en definitiva conocimiento y atrevimiento. Y el público y la crítica les viene dando la razón y todos los reconocimientos.
Restaurantes en Salamanca con estrella Michelín
Víctor Gutiérrez (Empedrada, 4. Frente al Palacio de Congresos) y En la Parra (San Pablo, 80) son sus destacados vecinos ‘estelares’, pues ambos cuentan con estrella Michelin. El primero con una cocina en la que fusiona el estupendo producto regional con los sabores de su Perú natal. Mientras, el segundo basa su filosofía en el producto de temporada y proximidad, elaborando un menú en el que el ibérico tiene un papel destacado.
Pero más allá de estrellas, la oferta gastronómica en Salamanca ha ido ganando relevancia y sumando establecimientos que ya se han convertido en referentes ineludibles y visita obligada para quien visita la ciudad. Así es El mesón de Gonzalo (plaza del Poeta Iglesias, 10), tanto por su cocina como por su interés vinícola, más allá de lo previsible. Este restaurante es una de los históricos de Salamanca. Fundado en 1947 y hoy a cargo de la tercera generación familiar, con Gonzalo Sendín al frente. A él se debe la renovación del local, convertido en un espacio moderno, luminoso, pero que no ha perdido ni un ápice de su esencia. Desde la estacionalidad del producto, tradición y modernidad van de la mano en esta casa donde puedes disfrutar a cualquier momento del día.
La novedad llega del grupo Tapas (Tapas 2.0 y 3.0, sus otros locales en la ciudad) con el estreno de Portal del Lino (San Juan de la Cruz, 6), abierto hace muy pocos días en la céntrica plaza del Peso, esto es, muy cerca de sus hermanos mayores. Casa de comidas ilustrada, como ellos mismos adelantan, con una propuesta apetecible, natural, con raíces y muy reconocible. Al frente un equipo muy joven pero ya con trayectoria y las ideas muy claras.
Soles Repsol en Salamanca
Los siguientes acaban de ser ‘tocados’ por otro astro, en su caso no la estrella sino los ya populares Soles Repsol. Hecha pública la nueva lista de agraciados la noche del lunes, en Salamanca la noticia llegaba con el segundo Sol para ConSentido, y el primero para Casa Pacheco, en su caso fuera del circuito de la capital pues se localiza en el pueblo de Vecinos… Un pequeñísimo municipio que este restaurante está poniendo en el mapa y que se sitúa en la carretera que te encamina hacia la maravillosa Sierra de Francia.
ConSentido se encuentra en la Plaza del Mercado, a pocos metros de la Plaza Mayor. Allí, el joven salmantino Carlos Hernández del Río, ha hecho de esta dirección un lugar de peregrinaje para todo gastrónomo y por supuesto foodie. La clave, una cocina dedicada al recetario castellano que revisa, interpreta e innova, y para la que se sirve, en la medida de lo posible, de los productores locales. Ante todo, el suyo es un compromiso con su tierra y con el territorio como queda patente en la carta y también en su bodega.
Un mesón familiar (y muy taurino)
Lo del restaurante Casa Pacheco es una locura desde hace tiempo. Lo que fuera un mesón familiar –muy taurino– de cocina tradicional, con la dehesa salmantina en el centro del discurso culinario (está en pleno Campo Charro), abierto en 1916 y que dista mucho de lo que ahora es. Convertido en una dirección gourmet, cuenta con otro joven equipo a la cabeza comandado por José Antonio Benito (cuarta generación de la familia fundadora) y acompañado por Cris Martín y Sarita Cámara en los fogones y la sumiller Silvia Gaspar como responsable de la bodega, apartado muy destacable. Pero sin perder ni una de sus señas de identidad (lo taurino incluido), más allá de renovar las maneras e implementar modernidad y mimo en todos los detalles. Tradición castellana, materia prima excelsa y mucho producto ibérico.
Entre todos, y los que vendrán, profesionales con los que el relevo está asegurado. Y, sobre todo, cocinas en las que no dejan de sorprender sin abandonar las raíces.
La selección de productos y direcciones responde, exclusivamente, a un criterio profesional.