Distintos y tradicionales desayunos que se hacen en España
En función del lugar, los hábitos varían cuando de desayunar se trata, pero la tradición regional se impone
En esta ocasión nos vamos de desayuno y en serio. Dejamos aparte el brunch, extendida práctica puesta de moda hace algunos años, por eso de permitir ‘desayunar’ bien entrada la mañana y porque combina dulce y salado. Un desayuno-almuerzo que ya en varios locales ofrecen hasta las tres o cuatro de la tarde (si no algo más), superando con creces lo que inicialmente cualquiera entendería por desayunar.
Porque eso, desayunar más allá de las 11 horas, no es lo más habitual, si bien es cierto que cuanto más se estira la hora más espacio hay para alimentos, a priori, no habituales en la práctica más tradicional. Huevos, tortillas, bacon, embutidos, quesos, yogures… conviven con total naturalidad con lo dulce (tostadas, bollería, bizcochos…) que siempre identificó a esa primera comida del día.
Esto en la teoría, porque lo cierto es que las maneras de desayunar en nuestro país admiten múltiples variables. Empezando por el condicionante del tiempo que tengas o puedas dedicarle, sin olvidar que son muchos los que ni lo practican o lo suplen con una mínima ingesta líquida (café, zumo, cacao, leche, infusiones…). Junto a esto, en función de la zona de España a la que miremos hay unas u otras tradiciones a la hora de preparar el desayuno, en algunas con llamativos preparados matutinos por la originalidad y contenido, aparte de tantos dulces típicos señas de identidad en sus regiones respectivas.
El limón serrano
Consiste en una combinación de cítricos con embutidos típico de la sierra salmantina y un suculento plato para trasnochadores antes de irse a dormir por la mañana. En un mismo plato se prepara una especie de ensalada con limones, naranjas, huevo cocido, chorizo y jamón (dependiendo del embutido del que se disponga), aunque luego, como sucede con cualquier plato tradicional, cada casa tenía y tiene su propia receta. Se aliñaba con un buen chorreón de aceite y ajo picado al gusto. Se dice que esta mezcla tiene su origen en la conversión de la comunidad judía, quienes comían de esta forma el cerdo (además de criarlos) para demostrar que se habían convertido al cristianismo.
Las migas
Tienen su origen en el campo. Es un plato tradicional caracterizado por su potencia, dado que la finalidad era aportar energía y calentar al cuerpo. Típico en tierras extremeñas, ahora ya además como desayuno tardío, se hace con pan, ajo, aceite de oliva virgen extra, panceta (o chorizo, hay versiones) y pimentón de la Vera. Un riquísimo plato que nunca pasa de moda. Sin abandonar Extremadura, en concreto Badajoz, también tienen la tostada de cachuela que consiste en untarla con un paté de hígado de cerdo que condimentan con ajo, pimienta negra, pimentón, comino… va en gustos.
Manteca colorá
De sobra conocida, es el desayuno más popular en Cádiz. Una manteca de cerdo, como su propio nombre indica, con trocitos de carne bien picada y pimentón (entre otras especias) que untan sobre los también típicos molletes andaluces y suelen acompañar con un café con leche. Eso sí, apuntar que, de entre todos, el mollete de Antequera es el más afamado, un panecillo que también sirven con aceite de oliva y tomate.
Pan con tomate (pa amb tomàquet)
Andalucía y Cataluña comparten tradiciones fruto de la migración, y una de ellas es esa buena rebanada de pan payés tostado con tomate natural y rico aceite de oliva virgen extra (¡si es posible!). Imprescindible en tierras catalanas pero a día de hoy un básico en cualquier rincón del país porque es uno de los desayunos más populares… y casi uno de los iconos de nuestra gastronomía a pesar de su sencillez. En la intrahistoria de la receta cuentan que era una manera de ablandar el pan duro y dar salida a la cantidad de tomate que obtenían en cada cosecha. A partir de aquí le incorporan embutidos tradicionales como butifarra, longaniza, jamón…
Chocolate con churros
Sin dudarlo, el clásico entre los clásicos, típico de Madrid pero también en otros lugares del país. Pero en la capital es una tradición que se remonta a comienzos del siglo XIX, en concreto lo de desayunar churros que parece fue un producto que extendieron los vendedores ambulantes. Luego, su bajo precio contribuyó sin duda a su popularidad. Respecto a lo de acompañarlos de chocolate llegó después, una vez entrado en siglo XX.
Leche con gofio
Si bien el gofio canario es más un ingrediente, pues forma parte de muchas de sus elaboraciones, es muy habitual en Canarias echarlo en la leche. Se trata de una harina elaborada con cereales (trigo, cebada, maíz) que previamente se han tostado y molido, y luego se espolvorea sobre la leche. Tiene un alto valor energético y también saciante. La cantidad a echar depende de lo espesa que se quiera tomar la leche.
Fartons, fardelejos, trenza de Almudévar, sobaos o ensaimada
Luego, en lo que a dulces tradicionales se refiere el repertorio es extenso en función de la comunidad autónoma de que se trate. Entre ellos la ensaimada mallorquina es de las más conocidas dentro y fuera incluso del país. El relleno típico es el de cabello de ángel, pero puede ir sin nada, y luego están las alternativas saladas. ya hay incluso alternativas con relleno salado. Eso sí, en la región isleña es también típica la tostada con sobrasada!
Tampoco les falta fama a los sobaos pasiegos cántabros, esponjosos bizcochos con la mantequilla como ingrediente principal y que ya se pueden adquirir en tiendas de toda España. En Valencia tienen los fartons, unos bollos blandos y dulces glaseados con azúcar, originarios del municipio de Alboraya y que suelen tomar con horchata de chufa, donde se moja. Uno de los dulces más antiguos son los fardelejos riojanos, bollo rectangular de origen árabe y típico del pueblo de Arnedo (donde lo hacen desde el siglo IX), relleno de una especie de mazapán ligero y recubierto con un fino hojaldre glaseado. La compañía, un café con leche porque los riojanos lo tienen entre sus preferidos a la hora del desayuno.
Entre los dulces típicos en Aragón se cuenta la trenza de Almudévar, un bollo hojaldrado con mantequilla, de textura crujiente y que rellenan con frutos secos y pasas. Una muestra de la extensa oferta dulce que tenemos en el país. Ah, y teniendo en cuenta los días en los que estamos, no podemos olvidarnos de las torrijas, elaboración imprescindible en Semana Santa que en estos días se puede encontrar en todos los rincones, casas particulares incluidas.