Estos los mejores trucos para mejorar la receta de la crema de calabacín
La receta varía si es rehogada, en crudo para dietas, con leche para mejorar la salud ósea o con queso ideal para los niños
La crema de calabacín es un plato clásico perfecto para tomarlo en los días fríos del invierno. Su suavidad, sabor delicado y versatilidad convierten a esta crema de verduras en un plato ideal para todas las edades y dietas. Sin embargo, hay maneras de transformar esta receta básica, para que no solo cambie su sabor, sino que tenga propiedades nutricionales todavía más beneficiosas para el organismo.
Aunque los ingredientes necesarios para hacer la crema de calabacín tradicional son: tres calabacines medianos, una patata grande, una cebolla, un diente de ajo, un litro de caldo de verduras, agua, aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto. Como esta receta se puede adaptar a diferentes gustos y necesidades dietéticas. Con unos sencillos trucos, puedes mejorarla y darle un toque especial para potenciar su sabor.
Receta clásica de la crema de calabacín
Para comenzar hay que lavar bien los calabacines y, si prefieres, pélalos (aunque la piel tiene nutrientes beneficiosos y puede darle un color más apetecible a la crema). A continuación, corta los calabacines, la patata y la cebolla en trozos medianos. Y pela el diente de ajo. Coge una olla grande, calienta un par de cucharadas de aceite de oliva. Añade la cebolla y el ajo, y sofríelos a fuego medio hasta que estén tiernos y translúcidos, pero sin que se doren demasiado.
Una vez que la cebolla y el ajo se hayan dorado, agrega la patata y los calabacines, y vuelve a sofreír durante unos minutos. Después, vierte el caldo de verduras o agua suficiente para cubrir los vegetales en la cacerola y añade una pizca de sal. Deja que hierva y luego reduce el fuego, dejando cocinar durante 20 ó 25 minutos, o hasta que las verduras estén bien cocidas y tiernas.
Por último, con una batidora de mano tritura las verduras hasta obtener una crema suave y homogénea. Si la crema queda muy espesa, puedes añadir más caldo o agua hasta alcanzar la consistencia deseada. No olvides probar la crema y ajusta la sal y la pimienta al gusto.
Tipos de crema de calabacín y trucos para mejorarlas
1. Crema de calabacín en crudo
Esta versión es ideal para quienes buscan una opción más ligera y fresca, perfecta para dietas bajas en calorías y para el verano. El truco para conseguir una crema de calabacín más saludable consiste en sustituir el sofrito y la cocción por el triturado en crudo. Además, para una versión baja en calorías, puedes añadir los mismos ingredientes que en la receta clásica, pero sin la patata y el caldo.
Para prepararla, corta los calabacines en trozos pequeños y mézclalos con la cebolla, el ajo (en menor cantidad, para que no domine el sabor) y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra. Tritura todo junto en una batidora de alta potencia. Añade agua fría poco a poco hasta conseguir la textura deseada. Y así obtendrás una crema de calabacín más fresca, ligera y con todos los nutrientes intactos, ideal para consumir fría.
2. Crema de calabacín con quesitos
A los niños les suelen gustar más los platos con textura cremosa y un sabor suave. Por eso, trucos como agregar quesitos (como el queso fundido en lonchas o porciones de queso tipo crema) es una excelente manera de hacer la crema más atractiva para ellos. Tan sólo tendrás que seguir la receta clásica, pero al final de la cocción, antes de triturar, añade entre cuatro y seis quesitos, dependiendo de la cantidad de crema. Como resultado tendrás una crema con un sabor más suave y una textura cremosa que encantará a los pequeños.
3. Crema de calabacín rehogada
Si prefieres una crema con un sabor más potente, que nos recuerde a los guisos, una opción consiste en rehogar los ingredientes antes de añadir el caldo. Es importante que a parte de rehogar bien las verduras, las caramelices ligeramente. Después de cortar las verduras, calienta una cantidad generosa de aceite de oliva en la olla. Rehoga la cebolla, el ajo, el calabacín y la patata a fuego medio-alto hasta que las verduras estén ligeramente doradas. Esto caramelizará los azúcares naturales y le dará un sabor más rico a la crema. Luego, añade el caldo y sigue con la cocción y triturado como en la receta clásica.
4. Crema de calabacín con leche
Para aquellos que buscan incrementar su ingesta de calcio o prefieren una crema más suave, la leche es un excelente añadido. Cocina las verduras como en la receta clásica, pero utiliza solo la mitad del caldo o agua necesaria. Una vez que las verduras estén cocidas y trituradas, añade 250 mililitros de leche (puede ser entera, desnatada o incluso leche vegetal como la de almendras) y mezcla bien. Calienta nuevamente sin dejar que hierva. Obtendrás una crema más suave y cremosa, con un aporte extra de calcio, ideal para quienes buscan cuidar sus huesos o simplemente disfrutar de una textura más delicada.
Los beneficios de la crema de calabacín
La crema de calabacín, en cualquiera de sus versiones, es un plato altamente nutritivo. Es bajo en calorías, lo que lo convierte en una opción ideal para dietas de control de peso. Los calabacines son ricos en fibra, lo que favorece la digestión, y en antioxidantes, que ayudan a combatir los radicales libres en el cuerpo. Además, al incorporar ingredientes como el queso o la leche, aumentamos su valor nutricional con proteínas y calcio, esenciales para el crecimiento y la salud ósea.