Irlanda del Norte quiere un trato especial en la Unión Europea
“Theresa May dice que ‘Brexit significa Brexit’, pero en lo que a nosotros nos concierne significa un desastre para la gente en Irlanda”, añade McGuinness. Opina también que los líderes políticos de Belfast y Dublín deben trabajar juntos para conseguir que se apliquen reglas especiales a Irlanda del Norte. El Partido de Unión Democrática también está de acuerdo con que Irlanda debe ser tratada como un caso especial en Bruselas, pues el Brexit les puede causar problemas en temas de fronteras, comercio, paz y seguridad. Los líderes políticos de Irlanda ya habían avisado de “un desastre económico” en ambos lados de la frontera, pero no se ha llegado aún a una decisión para afrontar el inminente abandono de Inglaterra de la Unión Europea.
El Brexit sigue provocando polémica. Irlanda del Norte no descarta presionar a la Unión Europea para convertirse en asociado especial, o incluso en miembro, con el fin de evitar las consecuencias devastadoras de la salida de Reino Unido de la UE para los irlandeses, según ha explicado Martin McGuinness, ministro principal de Irlanda del Norte, al periódico The Guardian. En el referéndum que se celebró el pasado mes de junio, la mayoría de los irlandeses del norte votó a favor de quedarse en la Unión Europea, pero se verán forzados a dejarla cuando lo hagan los británicos.
“Theresa May dice que ‘Brexit significa Brexit’, pero en lo que a nosotros nos concierne significa un desastre para la gente en Irlanda”, añade McGuinness. Opina también que los líderes políticos de Belfast y Dublín deben trabajar juntos para conseguir que se apliquen reglas especiales a Irlanda del Norte. El Partido de Unión Democrática también está de acuerdo con que Irlanda debe ser tratada como un caso especial en Bruselas, pues el Brexit les puede causar problemas en temas de fronteras, comercio, paz y seguridad. Los líderes políticos de Irlanda ya habían avisado de “un desastre económico” en ambos lados de la frontera, pero no se ha llegado aún a una decisión para afrontar el inminente abandono de Inglaterra de la Unión Europea.