María Casado llora en directo, preocupada por los datos de audiencia de su programa

Cuando se cierra una puerta se abre una ventana, y María Casado no ha tenido suficiente con una. El pasado 2 de febrero, la presentadora estrenó Las tres puertas, un nuevo programa de entrevistas en la noche de los miércoles en TVE. Algo que supuso el regreso de la periodista a la que fue su casa con un nuevo espacio propio. Han sido cinco las entregas del formato que, a tenor de los índices de audiencia, parece que no ha conseguido calar en los telespectadores.

Y eso es algo que le preocupa a su conductora. Hasta el punto de que en el programa de esta semana, María no pudo evitar las lágrimas sentada junto al último invitado de la noche, Pedro Ruiz. Uno de los maestros de la comunicación se sentaba frente a ella para reflexionar sobre el momento que atraviesa la televisión en la actualidad. Su presencia en el programa no tenía otro objetivo que opinar sobre la evolución y la programación de las cadenas.

No pudo resistirse a intercambiarse los papeles con la entrevistadora y hacerle una pregunta que consiguió desbordarla: «¿Hay algo que te preocupe?». María se emocionó y confesó, antes de derrumbarse, que el programa es lo que le quita el sueño por no saber qué va a pasar con el futuro del formato.

La respuesta del mítico presentador de Estudio Estadio fue una inyección de ánimo para ella: «Sonríe. Es mucho más difícil desintoxicar que intoxicar», le dijo. «Los medios ahora ofrecen más dinero por ensuciar que por limpiar. Te ofrecen un montón de dinero por meterte en una isla y hacer no sé qué cosas. Pero por limpiar les parece mucho más fácil. No, señores, es mucho más difícil limpiar que ensuciar. Y tiene mucho más mérito», continuó.

Para terminar su alegato, Pedro alabó la labor de Las tres puertas: «Este programa limpia. Tendrá la audiencia que tenga, pero los números no son el alma de la vida».

Así es el nuevo espacio de entrevistas

El día del estreno la audiencia fue del 6.4% -menos de 800.000 espectadores- y anoche obtuvo un 5.4%. Las cifras son las que son, pero no se puede negar la ilusión del equipo y el nivel de los invitados a los que entrevista semanalmente María. Y lo hace en directo, un punto a favor además del hecho de que Antonio Banderas y su Teatro Soho Televisión estén detrás del proyecto.

El día de su presentación, se anunció el espacio como un lugar «de reflexión y entretenimiento» proponiendo a los telespectadores «un respiro para hablar con calma, calidez e inteligencia de temas que nos preocupan». Para la presentadora era «el proyecto más apasionante de mi vida». Algo que surgió tras muchas conversaciones con Antonio Banderas, durante las que llegaron a la conclusión de que se había perdido «la charla serena en televisión».

Las tres puertas bien podría ser un guiño al espíritu de los programas que hicieron historia en la televisión pública de donde salieron entrevistadores de renombre como Mercedes Milá, el propio Pedro Ruiz o Jesús Quintero. El título del mismo invita a hacer una reflexión, a hacerse las tres preguntas que cualquier persona debe hacerse antes de decir algo: ¿Es verdad? ¿Es bueno? ¿Aporta algo? Cruzar las puertas significa «darle el verdadero valor a la palabra».

Anoche pasaron por allí, además de Pedro Ruiz, la presentadora Raquel Sánchez Silva; el ganador del Goya Honorífico de este año, José Sacristán, y la pareja de artistas formada por Beatriz Luengo y Yotuel Romero. Pero antes que ellos se han sentado frente a María Casado: Antonio Banderas, Mario Vargas Llosa, Carmen Posadas, Paula Echevarría, Carmen Machi o Edurne Pasaban.

Las otras veces que María Casado no ha podido evitar las lágrimas

Esta no ha sido la primera vez que María ha llorado en Las tres puertas. El propio Antonio Banderas, su jefe y amigo, consiguió emocionarla el día del estreno del programa. Ocurrió al finalizar su conversación. La presentadora le agradecía su ayuda y le confesaba lo mucho que le quiere. Y el actor la correspondió con creces: «Me encanta tener esta llave que va a abrir muchas puertas. Desde luego las que están entre tú y yo llevan abiertas mucho tiempo. Te quiero mucho, ya lo sabes. Te quiero mucho, pero sobre todo me importas».

Es una mujer sensible y, a pesar de su fortaleza y su profesionalidad, sus lágrimas también han aflorado en otros momentos de su carrera televisiva. En marzo del 2018, durante su trabajo como conductora de La mañana de la 1 lloró al finalizar la conexión con el corresponsal del programa en Almería. El periodista entrevistó en directo a los padres de Gabriel Cruz, Patricia y Ángel, días después de la desaparición del pequeño. Una conversación en la que pedían desesperadamente encontrar a su hijo. «Es la primera vez que veo a alguien tan roto», dijo la comunicadora con un hilo de voz impactada por la escena.

También se mostró muy emocionada en abril del 2020 cuando recordó a su compañero José María Calleja, fallecido a causa del covid. Acababa de empezar la pandemia y las noticias eran terribles. «Entre los fallecidos, quien más y quien menos tiene un familiar, un amigo, un padre, un abuelo», explicó entre lágrimas. «Lo que no pudo hacer ETA lo ha conseguido, me van a permitir, este puto bicho».