Fallece Miguel Báez, ‘El Litri’, días después de la boda de su hijo con Casilda Ybarra
El diestro, enfermo desde hacía tiempo, fue el gran ausente en el enlace que tuvo lugar el pasado sábado en Sevilla
Miguel Báez Espuny, 'El Litri' y Miguel Báez Spínola, 'El Litri' | Contacto
Miguel Báez Espuny, ‘El Litri’, falleció en la tarde del miércoles en Madrid a los 91 años de edad. Una muerte que llegó solo cuatro días después de la boda de su único hijo varón, Miguel Báez, con la sevillana Casilda Ybarra. La noticia, publicada por el portal taurino Toreteate, fue confirmada en Twitter minutos después por el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz. «Consternado por la triste noticia del fallecimiento de Miguel Báez ‘Litri’, hijo adoptivo de la ciudad de Huelva y figura del toreo», comienza escribiendo.
Y añadió que «con su pérdida los onubenses nos sentimos huérfanos de un gran hombre que paseó el nombre de Huelva por todo el mundo con gran orgullo». Llevaba un tiempo delicado de salud y fue este el motivo que le impidió estar en la boda de su hijo el pasado sábado en Sevilla.
Capilla ardiente en Madrid y Huelva, donde recibirá sepultura
La capilla ardiente del maestro de origen valenciano se instaló a última hora de la tarde en el madrileño tanatorio de San Isidro, donde a lo largo del día de hoy sus seres queridos podrán darle su último adiós. Miguel Báez fue un hombre muy querido y admirado por el mundo de la tauromaquia, por lo que se espera que el velatorio sea un hervidero de rostros conocidos que acudirán a darle el último adiós.
Tras ser velado en la capital, sus restos se trasladarán a Huelva el viernes donde se instalará la capilla ardiente en el Ayuntamiento de la ciudad andaluza sobre las 16:00 horas. El entierro tendrá lugar el sábado en el cementerio de La Soledad, donde descansará en el panteón familiar.
Miguel Báez, un hombre familiar y muy querido
Aunque su salud estaba algo deteriorada, parece ser que su fallecimiento ha sido algo inesperado. Muy unido a su familia, estaba casado con Conchita Spínola con quien tuvo tres hijos: Miguel, Rocío y Miriam. Nació en Gandía el 5 de octubre de 1930 pero se crió en Huelva. Formó parte de una familia de tradición taurina, convirtiéndose en una de las primeras figuras del escalafón en las décadas de los 50 y los 60.
Su único hijo, Miguel Báez, ‘El Litri’, continuó la saga familiar ‘heredando’ el apodo con el que se les conocía en el mundo del toro. Curiosamente ‘Litri’ padre, como así se le conocía, volvió a pisar el albero el 26 de septiembre de 1987, cuando fue el encargado de darle la alternativa a su hijo.
En aquella ocasión fue en la plaza de toros de la localidad francesa de Nimes. Tenía la ilusión de que la dinastía torera continuara con la figura de su nieto Miguel Báez Herrera -el hijo mediano de Miguel y Adriana Carolina Herrera-, según afirma El diario de Huelva.
Tenía fama de ser un gran cocinero, un arte que se convirtió en su segunda gran afición. Lo aprendió siendo muy joven cuando, junto con sus amigos, iban en busca de capeas donde mostrar su destreza con el capote y la muleta. Y precisamente este amor por los fogones hizo de él un anfitrión de postín al que le gustaba reunir a su familia y amigos en el campo, a quienes deleitaba con sus arroces.
Una vida de película
La vida de Miguel Báez Espuny se llevó a la gran pantalla. En pleno estrellato se estrenó la película El Litri y su sombra. Un filme que se rodó en 1958 que repasaba su trayectoria profesional desde sus inicios como novillero en Huelva hasta que obtuvo el reconocimiento de los aficionados a La Fiesta.
El diestro, que se interpretó a sí mismo, compartió cartel con un elenco de altura como Pepe Isbert, Ismael Merlo o Manolo Morán. Al igual que otros compañeros de profesión, ‘El Litri’ formó parte del mundo activo de la cultura y se codeó con personalidades del séptimo arte a nivel internacional, así como de la aristocracia.
Don Juan de Borbón, don Juan Carlos, Rita Hayworth y Esther Williams, Orson Wells o Gabriel García Márquez fueron algunos de sus seguidores con los que compartió tarde de toros y veladas inolvidables.
Un torero inolvidable
La tradición familiar ya tenía marcado su destino. Y la historia hizo el resto. La primera vez que Miguel Báez, ‘El Litri’, se enfundó el traje de luces lo hizo solo diez días antes de que muriera Manolete en Linares. Era uno de sus referentes. Los entendidos de la tauromaquia destacan su arrojo y su manera de arrimarse a los morlacos en cada lidia.
Junto con Julio Aparicio formaron una pareja de noveles que triunfaba y que eran los más queridos por el público. En 1949 hicieron 114 paseíllos y su fama fue tal, que en 1950 hicieron historia ya que se celebraron más novilladas que corridas de toros. Al final de esa temporada los dos tomaron la alternativa en Valencia y en 1951 ya volaban cada uno por su lado.
La carrera de ‘El Litri’ no hizo más que ir in crescendo. Salió a hombros en Las Ventas tres tardes consecutivas, pero decidió tomarse un descanso durante dos temporadas. Regresó a los ruedos en el 55 y en el 58 volvió a retirarse. A mediados de los años 60 volvió a coger los trastos triunfando en Sevilla y de nuevo en Madrid. Tras cortarse la coleta ejerció como ganadero de reses bravas, estando al frente del hierro de Concha y Sierra.
Cabe destacar que, a lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con la Medalla de Oro de las Bellas Artes en 1998, la medalla de Andalucía en 2007 y la medalla de Oro de Huelva en 2010.
