Britney Spears no se sentará de nuevo en el banquillo (en contra de la petición de su padre)
La jueza ha aceptado la petición del abogado de la cantante, que no tendrá que declarar una vez más sobre su tutela legal
Britney Spears recuperó su libertad hace nueve meses y desde ese instante no ha hecho más que disfrutar de su nueva vida tras quitarse el yugo que ha supuesto estar bajo la tutela de su padre, Jamie Spears. Se ha casado, se ha cambiado de casa y está a punto de regresar al mundo de la música, pero su caso no está cerrado del todo.
El progenitor de la intérprete de Toxic pretendía que su hija volviera a declarar sobre el asunto, en relación a la investigación que se está realizando por presuntos abusos financieros. Ha sido la misma jueza que supervisó lo referente a la tutela legal de Britney la que ha denegado la petición de los representantes legales del padre de la diva del pop.
Brenda Penny, magistrada de la Corte de Los Ángeles determinó el miércoles que la cantante no tendrá que volver a someterse a un interrogatorio que le haga rememorar todo lo vivido en los últimos 14 años. El abogado de Britney Spears, Mathew Rosengart, ha explicado que «está traumatizada por lo que vivió». Por eso, hacerla pasar de nuevo por lo mismo no haría más que aumentar este trauma.
Las cuentas del padre de Britney Spears, a examen
La jueza ha sido tajante a este respecto y ha dejado claro que continúa velando por el bienestar de la artista. Según el portal TMZ, en su dictamen la jueza indica que cualquier tipo de información que necesite Jamie Spears para defenderse de las acusaciones de abuso durante la tutela a su hija, las puede obtener por medio de otras vías tales como documentos u otros testigos.
Durante el juicio por el que la cantante consiguió recuperar su libertad, su representante legal insinuó que el padre de su cliente podría haber ganado hasta seis millones de euros de una manera fraudulenta. También aseguró que además de Jamie Spears, varios empresarios y letrados se aprovecharon de la situación legal bajo la que se encontraba la cantante, para enriquecerse sometiéndola a un férreo control por el que Britney no tenía acceso a sus cuentas ni tampoco potestad para decidir sobre sus proyectos.
El pasado mes de junio, el padre de Britney presentó en el juzgado una documentación a través de la que solicitaba a la jueza que obligara a su hija a declarar nuevamente. Su argumentación se basaba en la campaña que, según él, estaba haciendo Britney en redes sociales para destrozarlo, y esto era extensible al contenido de las próximas memorias de la cantante.
Control sobre la salud de Britney y tácticas de espionaje
Entre los diferentes temas sobre los que los abogados del padre de la intérprete de Womanizer pretendían interrogarla, estaba el que habla sobre el control sanitario al que Britney hizo alusión. Recordemos que durante el juicio explicó que le obligaron a dar hasta ocho tubos de sangre para un tratamiento sanitario, también dijo que se vio obligada a recibir terapia y que no se le permitió tener analgésicos.
Para rizar más el rizo, The New York Times publicó un reportaje con el testimonio de tres personajes que habían formado parte del equipo de trabajadores de Britney Spears. Estos declararon que Jamie Spears, además de colocar micrófonos en el domicilio de su hija, también intervenía sus mensajes, sus llamadas y hasta las distintas comunicaciones con su propio abogado.
Los tribunales californianos ignoraban esta información, por lo que se ha obligado al padre de Britney a que entregue una declaración y toda la documentación sobre la tutela de su hija, con el objetivo de poder aclarar los hechos. El plazo expira el próximo 12 de agosto. Del mismo modo, están llamados a declarar su antigua representante, Lou Taylor, y su socio Robin Greenhill. Los dos son sospechosos de firmar contratos contra la voluntad de Britney Spears.