Del borrón de Lequio al portazo a las críticas: las bombas de Ana Obregón
La presentadora ha comenzado una nueva vida marcada por el nacimiento de su nieta y la tensión con Alessandro Lequio
Ana Obregón ha vuelto a sonreír de la mano de su nieta, una niña a la que ha puesto de nombre Ana Sandra Lequio Obregón. La pequeña nació el pasado 20 de marzo, creando una gran expectación en el mundo entero.
Ahora, la actriz ha hablado para contar cómo ha sido el proceso, cómo se encuentra y, sobre todo, quién es el padre. Tal y como ella misma ha revelado, la gestación subrogada se produjo con un donante de óvulos y el esperma de su hijo, Álex Lequio.
Ana y Lequio, máxima tensión
De esta forma, no solo la presentadora se habría convertido en abuela, sino Alessandro Lequio también. Según ha comunicado Diez Minutos, el colaborador de Telecinco nunca estuvo de acuerdo con esta decisión, pero no consiguió disuadirla ante la idea de volver a ser madre.
El italiano ha optado por el silencio como estrategia, pero su actitud frente a las cámaras ha dejado claro su postura. «Hay cosas de las que me estoy enterando ahora», dijo para El programa de Ana Rosa.
Pero esta distancia en la relación de Alessandro Lequio y Ana Obregón parece que viene de lejos, aunque su único objetivo ha sido mantener las apariencias por deseo expreso de su hijo. «La relación entre ellos es mínima. Pero no es de ahora, tienen mal rollo desde hace meses. ¿Que si es por este asunto? No sabría decirte porque no sé el motivo, pero ahora, viéndolo con perspectiva, me cuadra», ha confirmado una fuente para Semana.
Una mala sintonía que ya fue más que notable en la inauguración de la Fundación Álex Lequio y que hoy vuelve a salir a la palestra. «Esta muy molesto con Ana, pero cuando digo muy molesto es que se sube por las paredes. No está de acuerdo con la maternidad de Ana ni con cómo se ha llevado a cabo», ha dicho la misma fuente a la revista mencionada.
Para Ana Obregón, el nacimiento de la pequeña le ha devuelto las ganas de vivir, algo que no parece ser igual para el italiano. «Le inquieta, sobre todo, que se digan ciertas cosas. Habló con Ana y le expresó su disgusto y su disconformidad», ha sentenciado Semana.
Una decisión que no se puede juzgar
Inevitablemente, esta maternidad ha abierto un debate social al que se han sumado varios rostros conocidos, llegando incluso hasta el Congreso. Pero, para la actriz, nadie puede juzgar su decisión. «Nadie en el mundo puede poner en duda que cuando una madre entierra a su hijo, tiene que cumplir su última voluntad. Si hay opiniones en contra, yo no aguanto ninguna, ni voy a admitir ninguna. Nada más que la de un padre o una madre que hayan enterrado un hijo», ha sentenciado en ¡Hola!.
Y este también fue uno de los motivos por los que quiso mantener esta decisión en secreto. «He tenido muy mala suerte en la vida y pensaba: ‘Hasta que no la tenga en mis brazos y vea que está bien y sana, no voy a decir nada’. Pues por las energías, porque ya ves, ahora la gente opinando sin saber ni de lo que hablan».
Un cambio de vida
Esta idea de formar una familia, Ana Obregón la tomó nada más perder a su hijo, cumpliendo así su última voluntad. Después de crear la fundación y terminar de escribir El chico de las musarañas, la presentadora ha cumplido un sueño.
«Esta niña no es mi hija, sino mi nieta. Lo que la gente no sabe es que esta fue la última voluntad de Álex: la de traer un hijo suyo al mundo. Y así nos lo comunicó de palabra a su padre y a mí una semana antes de fallecer», ha explicado para ¡Hola!.
Se trata de un testamento ológrafo, en el que hay dos testigos, en este caso Ana y Alessandro, que escuchan la última voluntad de una persona. «Este documento existe y es legal. Aquel día estábamos en el hospital; Álex ya estaba muy mal y nos dijo que, si algo le ocurría, quería que supiéramos que él quería dejar descendencia en esta vida. Aunque ya no estuviera», ha zanjado.