La infanta Cristina, Iñaki Urdangarin y su inesperado beso de la paz
Los exduques de Palma han dejado sus diferencias a un lado en una fecha muy especial
Todas las miradas están puestas en su inminente divorcio. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin esperaron a que su hija Irene cumpliese la mayoría de edad para oficializar su separación ante notario, pero todavía no ha llegado ese día.
Se dijo que sería después de las vacaciones de verano cuando dieran ese paso al frente que tanto dolor de cabeza les ha traído. Hasta la fecha, no se tiene constancia de que eso vaya a suceder pronto.
Lo que sí se ha podido saber es que han conseguido dejar sus diferencias a un lado y firmar la paz con beso incluido en uno de los días más especiales para su hijo Pablo. Una forma de enterrar el hacha de guerra de una vez por todas.
Un día importante
El pasado 2 de septiembre, Pablo Urdangarin debutó en su nuevo equipo, Granollers. Una fecha marcada en rojo en su calendario en la que contó con el cariño de su novia y el apoyo de sus padres y de sus hermanos.
Tal y como ha publicado ¡Hola!, la infanta Cristina llegó al pabellón acompañada de sus hijos Miguel e Irene, con la notable ausencia de Juan. En el interior se encontraba el exduque de Palma, al que no dudó en saludar de una forma cariñosa que no se había visto desde su separación.
Ambos se dieron dos besos y compartieron una sonrisa con la que dejaron constancia de que el pasado, pasado es. No les importó ser el objetivo de las cámaras, tan solo velaron por la felicidad de sus hijos y, por supuesto, por el día tan importante para Pablo.
De esta forma tan casual y natural, la hija de don Juan Carlos y el abogado firmaron la tan deseada paz. Ahora están dispuestos a luchar por su familia, aunque el siguiente paso sea firmar, de una vez por todas, su separación.
Un cambio de vida
Ha pasado más de un año desde que se descubrieran las fotografías de Urdangarin junto a Ainhoa Armentia que terminó por dinamitar su relación con la infanta Cristina. Desde entonces, el camino de la hermana del Rey ha sido cuanto menos rocambolesco.
Después de un año marcado por la soltería y los enfrentamientos con el exduque de Palma por el acuerdo de divorcio, la hija de doña Sofía está dispuesta a comenzar una nueva etapa e, incluso, a cambiar de libro.
Su verano ha sido un no parar, comenzando con primera parada en Mozambique, después haciendo un viaje a Grecia junto a Irene y Miguel y finalizando en Bidart, uno de sus lugares favoritos y cargado de significado.
En esta ocasión, la infanta Cristina no se reunió allí con Urdangarin, como sí ocurrió el año pasado. Como tampoco llegó a instalarse en Marivent junto a sus hijos, como se especuló y como así pidió doña Sofía.
Mientras tanto, el exjugador de balonmano ha continuado con su vida con total normalidad. Ainhoa Armentia sigue ocupando su corazón, y durante este verano han hecho alguna que otra escapada a Asturias o Alicante.
Pero ambos tienen un objetivo en común más allá de su divorcio: velar por el bien de sus hijos y conservar esa familia que lograron formar. Pronto, sus caminos se separarán de forma oficial, pero siempre seguirán unidos.