El Emérito rompe su silencio en sus memorias por sus fotos sin ropa: «Se respetó a la Corona»
‘Reconciliación’ se ha publicado este mismo 3 de diciembre después de que viera la luz en Francia en noviembre

'Reconciliación', las memorias del rey Juan Carlos ya se han publicado en España. | Una ilustración de Alejandra Svriz
Reconciliación, las memorias del rey Juan Carlos, ya se han publicado en nuestro país. El libro, escrito por Laurence Debray y que narra la vida y obra del Emérito, vio la luz el pasado mes de noviembre y ya revolucionó la opinión pública. La biografía, que se publicó en el idioma galo, relata todos los momentos importantes que el rey Juan Carlos ha vivido fuera y dentro del trono, poniendo el foco en su relación con Franco, su conexión con su hijo Felipe, sus tensiones con la reina Letizia y su adoración por su mujer, la reina Sofía. Han sido pocas las informaciones que hemos conocido, en este último mes, sobre cómo iban a ser las memorias traducida y si se iba a incorporar nuevas imágenes o se aportaría información inédita.
El monarca narra distintos episodios de su vida que, ahora, podemos conocer en profundidad. Probablemente, las páginas más interesantes son las que tienen que ver con su vida sentimental, el día que tuvo antojo de churros, sus palabras hacia la reina Sofía, la razón por la que no fue a la boda de Carlos y Diana de Inglaterra y los hermanos Roca. Uno de los puntos más sorprendentes, sin duda, es cuando el monarca hace referencia al desnudo en su yate, en el Fortuna, donde los paparazzis le pillaron durante unas vacaciones sin ropa. Unas imágenes que nunca salieron a la luz y que se echó de menos una mención en sus memorias en francés, como publicaron otros medios.
El rey Juan Carlos y su desnudo en Palma de Mallorca

En su página 400, el monarca hace referencia a su vida personal. «No me gusta exhibir mi vida privada. Ya he dicho que me molesta ver mis problemas de salud comentados por la prensa. Asumir un cargo público como el de la Corona exige hoy en día sacrificar tu intimidad», escribe el Emérito. Y es que «en el pasado», «los muros de palacio protegían la vida cotidiana de la Familia Real y solo la corte estaba al tanto de sus vicisitudes. Al principio de mi reinado, la prensa española respetaba cierta confidencialidad». «Era el momento de los desafíos políticos. Estábamos inmersos en la construcción de un proyecto de sociedad y las aventuras amorosos de unos u otros no interesaban a nadie», sigue comentando.
Es en ese momento cuando el rey Juan Carlos hace referencia a que «un verano» la Familia Real posaba para los fotógrafos en las puertas del Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca. «Yo los conocía, ellos me conocían y había cierto entendimiento. Consiguieron hacerme una foto desnudo, tomando el sol en mi yate, que se vendió a la prensa italiana. Ningún periódico español quiso publicarla. En aquella época todavía se respetaba la institución de la Corona», continúa, para seguir mencionando distintos capítulos sobre sus deslices personales.
Sus paseos en ‘El Fortuna’
Fue el periodista Antonio Montero quien relató, en Telecinco, cómo había visto al rey Juan Carlos en el verano del 89 en la isla. «Aparece el rey boca arriba en la segunda cubierta, porque el barco Fortuna tenía dos. Sale completamente desnudo y la verdad, es una fotografía completamente inesperada; nunca piensas que vas a ir a hacer este tipo de foto. Ese barco era difícil de seguir por su potencia espectacular, y yo en esa época no tenía. Dimos con ello por un fallo de seguridad porque había un barco de guerra que acompañaba su barco por el horizonte, es decir había 700 policías desplazados en Mallorca y creo que eso justificaba la protección», contó el paparazzi. Un testimonio que también compartió Fernando Sacristán.

«Me tiemblan las manos con esta historia. Ese día había un atentado de ETA en Madrid y no salió el Fortuna a la hora de siempre, salió en torno a las 13:30 y llegó a una zona donde el Rey aparcaba. El rey subió, se tumbó y se quitó el bañador, y nos juntamos como 12 personas; pasamos horas haciendo fotos», apuntó el reportero gráfico. Periodísticamente, sin duda, fue «una bomba atómica». Fueron varias, como cuenta el propio Rey en sus memorias, las revistas a las que se le ofrecieron estas imágenes, pero todas ellas las rechazaron. «Nos estábamos enfrentando entre comillas, a un Estado, a un Rey y a un poder», contó Sacristán.
