La sombra de la sospecha alcanza al hijo del presidente proyectado de Estados Unidos por sus negocios presuntamente fraudulentos en Ucrania
Burisma Holdings es una compañía ucraniana energética con sede en Kiev. Durante las revueltas del año 2014, la denominada revolución del Euromaidán, el Gobierno ucraniano de Viktor Yanukovich cayó, provocando una crisis internacional y el inicio de una guerra civil no resuelta que ha acabado con el surgimiento de un Estado de reconocimiento limitado en el este del país “Novorussia”.
En paralelo a la caída de Yanukovich se vivió el auge de Petro Poroshenko, que se convirtió en el nuevo líder ucraniano. Apoyado por la Unión Europa y Estados Unidos, la administración Obama y muy concretamente Joe Biden se convirtió en el gran apoyo de Poroshenko y en la cara del conflicto para la población estadounidense.
Sin embargo, las actividades de Hunter Biden en China, y de las que he hablado en dos artículos anteriores, coinciden con su llegada a la junta directiva de Burisma en 2014, fecha del inicio de la revuelta antirrusa en el país y del apoyo de Estados Unidos al proceso que acabaría, por cuestiones estratégicas, llevando a Ucrania a la esfera de influencia de Occidente.
El trabajo de Hunter Biden, que en ese momento trabajaba en el despacho de abogados Boies Schiller Flexner, consistía en mejorar las prácticas de la empresa en el gobierno corporativo, de hecho para llevar a cabo ese proyecto contrató a una consultoría de la que Hunter Biden es socio.
Curiosamente, en su viaje a Kiev en 2014, Joe Biden declaró que Ucrania debía de iniciar un proceso interno para depender en menor medida del gas ruso, país vendedor de gas a Ucrania y Europa, de hecho Kiev es una pieza especialmente importante para Moscú en su comercio de gas y la gestión de rutas de suministro a Europa Occidental, un mercado que Estados Unidos quiere copar.
Casualmente, con Burisma como una empresa de suministro energético, de nacionalidad ucraniana, con Hunter Biden en su Consejo de Administración y con Joe Biden, su padre, viajando al país y realizando estas declaraciones, el vicepresidente de Estados Unidos fue preguntado en 2015 sobre estas coincidencias. Su respuesta fue clara: él no hablaba de estas cuestiones con su hijo Hunter.
Sin embargo, Burisma tiene grandes sombras. En 2012, el fiscal general de Ucrania investigó al oligarca ucraniano Mykola Zlochevsky por lavado de dinero, evasión de impuestos y corrupción. En 2015, el caso fue heredado por Viktor Shokin, que fue acusado de negligencia en la investigación de estos hechos, lo cual provocó que la administración estadounidense se planteara investigar por cuenta propia a la empresa.
El problema de la corrupción en Ucrania era algo que preocupaba especialmente a los partidos estadounidenses. De hecho, Rob Portman, Mark Kirk y Ron Johnson (dos senadores republicanos) firmaron una carta en 2016 instando al presidente Poroshenko a implementar reformas que acabaran con la corrupción.
Curiosamente, Joe Biden anunció en su viaje a Kiev que retendrían mil millones de dólares en intereses de préstamos a no ser que se realizaran reformas y se implantara una lucha contra la corrupción efectiva. Eso afectó directamente a Shokin, que fue despedido tras una votación en el parlamento ucraniano en marzo de 2016, el 3 de junio de ese mismo año los intereses crediticios fueron aprobados y el caso Burisma que investigaba Shokin, y que ya estaba inactivo bajo su mandato como fiscal general de Ucrania, se paró definitivamente.
