La Unión Europea ultima un acuerdo para sancionar la importación de petróleo ruso
Todavía está por determinar si se tratará de un embargo total a las importaciones o de algún tipo de arancel comercial
La Unión Europea busca salvar las diferencias entre sus Estados miembros para sancionar las importaciones de petróleo ruso como parte de la sexta ronda de sanciones contra Moscú, después de que en una reunión de ministros de Energía extraordinaria Polonia haya reclamado más medidas y Alemania y Austria hayan señalado que «están listas» para vetar el crudo ruso.
«Un nuevo paquete está efectivamente en curso de preparación pero no fue el tema del día, siguen las discusiones esta semana y habrá información en los próximo días», dijo la ministra de Energía francesa y presidenta de turno de la UE, Barbara Pompili, al término de la reunión extraordinaria a Veintisiete.
En su entrada al encuentro extraordinario de ministros de Energía de la UE, la ministra de Clima y Medio Ambiente polaca, Anna Moskwa, ha hecho un llamamiento a los Estados miembro para implementar sanciones al petróleo y al gas ruso «inmediatamente«, algo que ha señalado es «totalmente necesario» y que debe incluirse en el próximo paquete de sanciones.
«El primer paso es el petróleo y luego el gas. Nosotros apostamos por hacerlo junto», ha incidido la titular de Clima y Medio Ambiente polaca ante los medios, que ha rechazado cumplir con el decreto ruso de pagar las compras de gas en rublos y ha apelado a la «solidaridad» para imponer sanciones al gas del Kremlin. «Estamos bastante orgullosos de estar en la lista de países hostiles para Putin», ha remarcado.
También Alemania y Austria han expresado que «están listas» para aplicar sanciones al petróleo de Moscú, dos países, a priori, con reticencias de incluir al sector energético en el paquete de sanciones por su alta dependencia de los combustibles fósiles rusos.
El ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática alemán, Robert Habeck, ha puesto de relieve que Alemania «está lista» para imponer un veto al petróleo ruso, tras dos meses de trabajo en los que el país ha conseguido reducir la dependencia del crudo de Moscú, pasando del 35% al 12%.
Por su parte, la titular de Clima, Medio Ambiente y Energía austríaca, Leonore Gewessler, ha manifestado que Austria está «lista para participar en el embargo al petróleo si la Comisión y los países que participan están listos para introducirlo».
La comisaria de Energía, Kadri Simson, ha explicado a su llegada al encuentro extraordinario que la Comisión Europea está trabajando en el próximo paquete de sanciones y ha recordado que este martes tendrá lugar una reunión del Colegio de Comisarios, en el que podría haber novedades en este sentido.
Embargo o arancel comercial
La UE trabaja para que el sexto paquete de sanciones incluirá el petróleo ruso, aunque todavía está por determinar si se tratará de un embargo total a las importaciones o de algún tipo de arancel comercial ya que, sin ir más lejos, el Gobierno de Hungría, ha destacado este lunes que no apoyará las sanciones a las importaciones de petróleo y gas, una decisión que requiere de unanimidad por parte de los Veintisiete.
«La postura de Hungría sobre las sanciones de petróleo y gas a Rusia permanece sin cambios: no las apoyamos», ha señalado el portavoz del Ejecutivo húngaro, Zoltan Kovacs, en Twitter.
El quinto paquete, adoptado a principios de abril, incluyó un embargo a las importaciones de carbón ruso, tocando por primera vez el sector energético.
Sobre las nuevas sanciones, la comisaria de Energía ha destacado que la Comisión Europea trabaja en el próximo paquete teniendo en cuenta que «desde el momento en el que Rusia ha decidido detener el suministro de gas a Polonia y Bulgaria ha decidido no ser un proveedor de confianza» y ha insistido en que el decreto ruso que obliga a pagar en rublos el gas «es un intento de dividir a la Unión Europea».
En un paso más, ha expuesto que Moscú podría aplicar otros cortes de suministro de gas, tras el de Polonia y Bulgaria, pero ha detallado que «hay planes de contingencia» y que los Estados miembros tienen «rutas alternativas de suministro».