Una oleada de jubilaciones de pilotos amenaza con una reducción del tráfico aéreo de un 30%
Al sector le faltarán 80.000 profesionales para 2032, lo que coloca a la industria aeronáutica en una delicada situación de cara a su crecimiento futuro
La industria aérea no termina de despegar. Al caos en el sector por la avalancha de huelgas que han tenido lugar en las últimas semanas, se suma una preocupación más: la falta de pilotos en los próximos años por una oleada de jubilaciones. Una situación que amenaza con un caída del tráfico aéreo de entre un 25% y un 30%, mientras la demanda de viajes continúa recuperándose a medida que los gobiernos eliminan las restricciones impuestas por la covid.
Así se desprende del último informe de la consultora Oliver Wyman, que pronostica que a la aviación global le faltarán casi 80.000 pilotos para 2032, lo que coloca al sector en una delicada situación de cara a su crecimiento futuro. Según fuentes expertas, por cada avión es necesario contratar una media de 13 pilotos, por lo que si en una década habrá un déficit de 80.000, el 27% de la flota de aviones activa no podrá despegar por falta de personal cualificado. A principios de este año existían 25.578 aviones en el mundo, la misma cantidad que en 2017, según la firma estadounidense de consultoría de gestión.
Jubilaciones anticipadas
La oferta de pilotos se ve desafiada por múltiples factores. Sin embargo, una de las principales razones sería la ola de jubilaciones anticipadas que tuvo lugar en el punto álgido de la pandemia, cuando los vuelos comerciales se paralizaron prácticamente en todo el mundo durante varios meses. «Muchos compañeros con edades cercanas a la jubilación decidieron abandonar la profesión en ese momento», relata a THE OBJECTIVE Juan M. Núñez, presidente de la Unión Profesional de Pilotos de Aerolínea (UPPA), quien apunta que un piloto debe renovar su licencia cada año, algo que tiene un coste de unos 6.000 euros.
Esto hizo que durante la pandemia muchos de ellos optasen por cambiar de sector profesional o, aquellos más cercanos a la edad de jubilación, retirarse definitivamente. «Es muy fácil llenar un avión de pasajeros, pero no de profesionales cualificados, porque el personal está desentrenado después de meses de parón», hace hincapié.
En este sentido también se pronuncia Daniel Escohotado, vicepresidente del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), que critica la «tardía» edad de jubilación en el mundo de la aviación, lo que hace «que salgan menos pilotos y, por lo tanto, entren nuevos».
Todo ello ha generado un «fuerte choque en la oferta» y se estima que, aunque muchos de los pilotos despedidos durante la pandemia volverán a sus puestos, entre 25.000 y 35.000 actuales y futuros podrían decantarse por trayectorias profesionales alternativas durante la próxima década. No obstante, Escohotado llama a la prudencia y tiende a dudar de que la situación «derive en algo tan catastrófico».
Sin tiempo para formar nuevos pilotos
Por otro lado, los expertos consultados señalan que la crisis del coronavirus ha provocado que muchas aerolíneas frenen en seco sus programas de formación de nuevos pilotos. «En España la situación es lamentable y bastante inestable», lamenta el presidente de UPPA, que apunta como consecuencia de este mal a que muchas compañías aéreas españolas «se han ido dejando morir», lo que ha hecho que «no haya suficiente afluencia de escuelas» de formación de profesionales cualificados. En el último decenio han echado el cierre cerca de 40 aerolíneas españolas, algo inédito en la historia de la aviación. Además, según Europair, la probabilidad de que una línea aérea sobreviva en España es del 21%.
Así, en nuestro país, solo hay cinco grandes escuelas de pilotos, con cursos de formación que ascienden a 100.000 euros. De este modo, reflexionan desde ambas organizaciones, para abordar el problema que supone la escasez de pilotos, las aerolíneas «tienen que configurar soluciones rápidas», que pasa por la apuesta firme en la formación de nuevos pilotos haciendo «atractiva» la profesión a los jóvenes «con ayudas al estudio».
Y es que Juan M. Núñez advierte de que «si la situación de demanda sigue así», no habrá «suficiente afluencia de pilotos», por lo que, si todo se reinicia, «no daría tiempo a formar a toda la gente»
La gran brecha de EEUU
Si bien la escasez de pilotos es un problema que atañe a todas las regiones del mundo, algunas lo acusan más que otras. Estados Unidos, por ejemplo, se encuentra en una delicada situación de desequilibrio entre la oferta y la demanda debido en gran medida, como hemos comentado, al envejecimiento y jubilación de un sector importante de ese colectivo. De este modo, el país se enfrentará a un déficit de 12.000 pilotos en 2023, aglutinando el 13% del total de la demanda sin cubrir de todo el planeta.
En China, por su parte, la escasez de pilotos se debe esencialmente al rápido aumento de la demanda de viajes aéreos impulsada por una creciente clase media, que sitúa al sector ante la obligación de una rapidísima ampliación de capacidades. Asia-Pacífico, otra de las regiones castigadas por la escasez, hará frente a un déficit de 23.000 pilotos para finales de la década. Desde una perspectiva regional, Oriente Medio se suma a las áreas con una escasez más acuciante, mientras que Europa, África y Latinoamérica mantienen un mayor equilibrio entre oferta y demanda.