Zelenski acusa a «terroristas rusos» de destruir la presa de Jersón «con una detonación»
Kuleba dice que Rusia ha provocado «el que probablemente es el mayor desastre tecnológico en décadas» en Europa
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha acusado este martes a «terroristas rusos» de la destrucción a través de «una detonación interna» de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, en el río Dniéper, incidente del que Ucrania y Rusia se han acusado mutuamente, y ha reseñado que «sólo la victoria de Ucrania logrará que vuelva la seguridad».
«Terroristas rusos. La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka únicamente confirma a todo el mundo que deben ser expulsados de todas las esquinas del territorio ucraniano. No debe dejárseles un solo metro, porque usan cada metro para el terror«, ha manifestado el mandatario ucraniano a través de su cuenta en la red social Twitter, según recoge Europa Press.
«Sólo la victoria de Ucrania logrará que vuelva la seguridad, y esta victoria llegará. Los terroristas no podrán detener a Ucrania con agua, misiles o cualquier otra cosa», ha dicho, antes de asegurar que «todos los servicios están funcionando» y confirmar una reunión del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa. «Por favor, difundan únicamente información oficial y verificada», ha pedido.
Tras el encuentro con el Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, el propio Zelenski ha apuntado en un mensaje en su cuenta en Telegram a «una detonación interna» provocada por «terroristas rusos» en la central hidroeléctrica, al tiempo que ha manifestado que en la «zona de inundación» hay alrededor de 80 localidades.
«Se ha ordenado llevar a cabo una evacuación de las áreas de riesgo y entregar agua potable a todas las ciudades y aldeas que recibían agua del embalse de Kajovka. Hacemos todo lo posible para salvar a la gente. Todos los servicios, Ejército, Gobierno y Presidencia, están implicados», ha explicado Zelenski, que ha reseñado que durante la reunión se han pactado «medidas internacionales y de seguridad» para que Rusia «rinda cuentas de forma estricta por este acto terrorista».
La oficina de Zelenski ha aseverado que hasta el momento no se han registrado víctimas «civiles o militares» y ha desvelado que «al menos 150 toneladas de aceite para maquinaria» han sido vertidos al río Dnipró tras el suceso. «Existe el riesgo de una mayor filtración de más de 300 toneladas», ha detallado.
En esta línea, el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, ha acusado a Rusia de causar «el que probablemente es el mayor desastre tecnológico en décadas» en el continente. «Rusia ha destruido la presa de Kajovka, causando probablemente el mayor desastre tecnológico en décadas en Europa y poniendo en riesgo a miles de civiles», ha apuntado en Twitter, antes de agregar que «es un atroz crimen de guerra». «La única forma de detener a Rusia, el mayor terrorista del siglo XXI, es expulsarla de Ucrania», ha zanjado Kuleba.
Asimismo, el principal asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha cargado contra Moscú y ha dicho que «la finalidad es obvia: crear obstáculos insuperables en el camino del avance de las Fuerzas Armadas ucranianas, interceptar la iniciativa de información, ralentizar el justo final de la guerra».
«En un vasto territorio, toda la vida será destruida. Muchas localidades quedarán arrasadas. Se causarán daños colosales al medio ambiente», ha lamentado Podoliak, que ha apuntado que «es otro crimen premeditado en el marco del Crimen Global Uniforme de Rusia en el siglo XXI: la organización de una guerra a gran escala en Europa». «Rusia debe ser reconocida inmediatamente como un país terrorista, con todas las consecuencias legales», ha remachado.
Durante la madrugada de este martes, el Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha informado de la destrucción de la infraestructura por parte de Rusia y ha indicado que está investigando la magnitud del daño, así como la velocidad y la cantidad de agua que afectarían a las zonas probables de inundación.
Por contra, el alcalde prorruso de Nueva Kajovka, Vladimir Leontiev, ha confirmado ataques nocturnos a la central por parte de las tropas ucranianas, que habrían destruido las válvulas, por lo que «el agua del embalse comenzó a descargar río abajo de forma incontrolable». La localidad se encuentra bajo control de Rusia en el marco de la invasión del país, desatada en febrero de 2022 por orden del presidente ruso, Vladimir Putin.