Jordania usa paracaídas dirigidos por GPS para mandar ayuda a Gaza
El gobierno jordano es ajeno al conflicto desde el punto de vista militar, pero no en el plano humanitario
El conflicto armado entre Israel y Hamás está teniendo lugar en el territorio de Gaza, y tiene atrapados a cientos de miles de gazatíes. Las fuerzas hebreas están rodeando el territorio donde se mueve su enemigo, y en el que tienen retenidos a decenas de ciudadanos judíos. Todo lo que ello conlleva está trayendo consecuencias trágicas a los habitantes del territorio palestino.
Cortes de luz, agua y suministros están llevando al límite las capacidades no solo de la ciudadanía, sino también de sus hospitales. El vecino reino de Jordania ha decidido tomar cartas en el asunto, y está remitiendo por vía aérea ayuda de emergencia, sobre todo relacionada con suministros críticos para hospitales, y ha encontrado una solución poco habitual.
Tecnología militar, ayuda civil
El gobierno jordano es ajeno al conflicto desde el punto de vista militar, pero no en el plano humanitario. Por eso, su gobierno ha dispuesto un hospital de campaña en la Franja de Gaza, a la que está mandando suministros desde el aire, con el aprobado de las Fuerzas de Defensa de Israel, según afirma la cadena Al Jazeera.
Para los envíos, sus fuerzas aéreas disponen de un avión de transporte C-130, desde el que arroja cargas con materiales de emergencia. Pero no lo hacen de cualquier manera, sino con un sistema de origen estadounidense denominado Joint Precision Airdrop System (JPADS). Se trata de una suerte de parapente robotizado que puede maniobrar de manera automatizada y dirige su caída si se le dan unas coordenadas de GPS concretas.
El uso de lanzamientos ayudados por el sistema JPADS tienen todo el sentido en un contexto como este. Suministros médicos y alimentos caídos del cielo siempre son bienvenidos, pero arrojados sin más desde la rampa de un avión conllevaría la posibilidad de que los paquetes fueran a dar a lugares indeseados tras seguir una trayectoria errática. Tejados de edificios de difícil acceso, zonas valladas o rodeadas de algún impedimento natural o artificial, o que llegasen a manos equivocadas son riesgos a evitar y problemas tradicionales del reaprovisionamiento aéreo.
El hospital de campaña está situado en una zona urbana densa, lo que significa que los paquetes podrían haber terminado en un techo o haber quedado atrapados en un edificio, lo que los habría dejado inaccesibles o dañados. La precisión adicional también habría ayudado a garantizar que delincuentes, militantes hostiles, o aprovechados llegasen a la carga antes que sus destinatarios y se la llevaran. Con este mecanismo se garantiza una cierta precisión en los lanzamientos.
Riesgo en el suelo, peligro en el aire
Una de las causas de la baja precisión en lanzamientos es la altura. En el caso de los jordanos, se sospecha que desconfiaban de los sistemas de Hamás, y temían el lanzamiento de algún misil tierra-aire portátiles tipo MANPAD. Cuando se carece de una fuerza antiaérea formal, como es el caso, es habitual la utilización de lanzadores de proyectiles cargados a hombros de soldados de a pie. Por norma general, guiados por sistemas de búsqueda por calor, buscan el generado por los motores de los aviones y no son capaces de distinguir a quien pertenecen, si a Israel, EEUU, como en este caso Jordania, o incluso aeronaves civiles.
La Fuerza Aérea del rey Abdullah II tomó la decisión de volar muy alto. Con idea de eludir esta posibilidad, lanzó sus cargas a una altura por la que podrían perder precisión con facilidad, de ahí el uso del JPADS. Fue precisamente el monarca el que publicó en X (anteriormente Twitter) unas imágenes alusivas a la operación. En estas fotografías se puede ver al menos tres palets de carga preparados para el lanzamiento en la bodega de un avión y equipadas con lo que parecen ser los atalajes y mecanismos propios del JPADS.
Paracaídas con volante
El desarrollo por parte del ejército estadounidense del JPADS comenzó en 1993 y su primera utilización en combate se produjo en Afganistán, en 2006. El sistema suma dos grandes ideas: un paracaídas dirigible similar a los parapentes deportivos, y un sistema de navegación asistido por un GPS, al que se le introducen las coordenadas de la zona de destino. El conjunto también equipa un pequeño ordenador, y una batería para su funcionamiento. Hay cuatro versiones principales, para usar con cargas 1.000, 2.000, 15.000 y 30.000 kilos.
Su precisión depende de diversos factores. La altitud a la que se libera el paquete es una, la distancia a la que se encuentra la aeronave que lo transporta de la zona de lanzamiento prevista es otra, el peso de la carga y las condiciones ambientales. No hay un dato exacto, y los parámetros generales condicionarán el resultado, pero el grado de error máximo suele rondar entre los 50 y 75 metros, y esto requiere de cierta explicación.
Los envíos se pueden lanzar desde altitudes de hasta 24.500 pies (7.500 metros). Una vez se libera, la carga no cae a plomo, sino que se desliza, y en cierto modo planea en busca de las coordenadas programadas. El punto en el aire en el que se deja caer no tiene que ser justo encima y de forma vertical sobre aquel al que se desea hacer llegar. Con la ayuda del sistema, la carga puede ‘volar’ hasta a 25 kilómetros de distancia. Esas capacidades de altitud y deslizamiento también ayudan a mantener a las aeronaves de transporte a una mayor distancia de las defensas enemigas. De la misma manera, se reducen las posibilidades de que se detecte el lanzamiento o de que sus destinatarios no previstos lo detecten.
Los jordanos están en una situación muy compleja. Reconocen el estado de Israel de quienes son vecinos, la zona de Cisjordania —muy palestina— es de su influencia, y mantienen fuertes lazos con Estados Unidos; que dispongan del sistema JPADS es prueba de ello. El uso de este sistema lanzamiento de precisión subraya las dificultades que encaran los civiles en Gaza, en especial en lo referente al acceso a la atención médica. Los intentos de llevar ayuda humanitaria por tierra, sobre todo a través del cruce fronterizo de Rafah con Egipto, se han topado con barreras físicas y políticas. Las caravanas han estado avanzando de manera más constante según se desarrollaba el conflicto, pero el lanzamiento jordano se ha mostrado como uno de los métodos más eficientes. Si es para ayudar, bienvenido sea.